Las mejores sagas de cine de terror: Feast

RISA Y ASCO EN EL DESIERTO

Las mejores sagas de cine de terror: Feast

Te mola Masterchef, te flipa Top Chef y no te pierdes Pesadilla en la cocina, pero hay que reconocer que la telerrealidad española está a años luz de cosas como Project Greenlight, el invento que aterrizó en HBO allá por 2001 apadrinado por Ben Affleck y Matt Damon, y que posteriormente se ha dejado ver en en canal Bravo.

Allí no buscan cocineros ni supervivientes, buscan directores de cine y demás profesionales. Buscan gente con talento por la que -en teoría- vale la pena arriesgarse.

John Gulager se llevó el premio gordo de la tercera edición con Feast, ya que fue el encargado de dirigir el mejor guión de horror, firmado por Patrick Melton y Marcus Dunstan, tipos que demostraron su talento en la estupenda The Collector (2009) y su marchosa secuela.

FEAST (2005)

Feast iba a toda velocidad, y en sus primeros quince minutos muere más gente que en muchos de los últimos estrenos más o menos comerciales de género. Casi todos ellos con monstruos que utilizarían si no la misma, sí una máscara bastante parecida.

Hay varias caras conocidas además de Jay el de Clerks. Balthazar Getty se pone rudo y, sobre todo, Henry Rollins -a quien también vimos en otra saga ayer mismo-, ponen la risa a una película que podría acompañar a la maestra Temblores (Tremors) sin ponerse colorada.

No tenemos ni idea de qué es lo que está devorando a los personajes, pero no importa porque antes de las frenéticas apariciones monstruosas, la peli ya ha demostrado tener chispa y darnos esperanzas gracias a las cachondas presentaciones de los personajes.

En apenas noventa minutos Melton, Dunston y Gulager destrozan sus cuerpos y las mentes de los espectadores, que rápidamente elegirán si la jugada interesa o no.

Una única localización -como en tantas otras ocasiones- se verá compensada por un gusto por el exceso inédito en películas con semejantes productores involucrados. Ese es otro de los aspectos que hacen más chula a la peli, que esta gente demuestre que el humor de mal gusto nos gusta a todos.

Es difícil quedarse con un momento de la película, porque lo mismo te vale una muerte atroz, un personaje que se pudre a medida que avanza la historia o alguna zafiedad sexual de primer nivel.

FEAST II: Sloppy Seconds (2008)

Sin padrinos de por medio pero con las puertas de Dimension (EXTREME) Films abiertas de par en par, llegó la secuela de Feast. Al contrario que la primera, estrenada en dvd bajo el título de Atrapados, ni esta segunda entrega ni la tercera verían la luz en España,

¿Cómo se supera un festín como el anterior? La respuesta es fácil: más personajes imposibles, más escatología, más pollas, más risas y menos vergüenza. Justo lo que necesita una película que explora -y explota- todos los límites del buen gusto.

Personalmente me parece la mejor de las tres y la que mejor define lo que Gulager quería conseguir: un producto rápido y grotesco ideal para una noche con amigos y cervezas.

Algo más cercano a la Troma (buena) y alejado de The Asylum, aunque la tercera parte se parezca más a una de las diez pelis que saca al año la productora de Transmorfers.

Feast II traslada arranca justo donde terminaba la primera, repite un par de personajes y se saca de la manga una hermana gemela de mi víctima favorita de la primera entrega, lógico si tenemos en cuenta que la actriz que la interpreta, Diana Ayala Goldner, lleva casada con John Gulager desde 1986

Hay personajes nuevos que te harán soñar, pero el gran acierto de la secuela es el personaje encarnado por Tom Gulager -hermano del director y ambos hijos de Clu Gulager, el viejo barman de la trilogía- que te hará encadenar una carcajada tras otra. Carcajada que vendrá seguida, muy probablemente, por una arcada.

FEAST III: The Happy Finish (2009)

La familia que hace cine de guerrilla permanece unida. Eso parece demostrar el punto final -¿de verdad no habrá otra?- de la saga del festín, la más floja de las tres y la que más nota la falta de pasta gansa en la producción. Ante una perspectiva tan austera, los cerebros de Feast deciden guardarse lo mejor para el comienzo y para el final, algo que ahora juega un poquito en su contra.

El final feliz mantiene a los personajes de la segunda, algo lógico si tenemos en cuenta que esto es el desenlace de aquella. Feast II no termina, se para un momento y continúa aquí.

Con esa carencia de medios, ¿qué cineasta con dos dedos de frente plantearía más monstruos, más peleas, más sangre y más secuencias de acción, verdad? Afortunadamente -y no-, los papás de Feast son unos insensatos.

La tercera parte, como menciono antes, empieza justo donde nos dejaba la anterior, y aunque no te lo creas, también incluye más chistes de pollas, violaciones, esperados híbridos, nuevos personajes… y un final demencial.

El espíritu transgresor permanece intacto, pero es justo admitir que la calidad es menor y que las resoluciones están lejos de ser nítidas, algo que compensa, insisto, sus ganas de provocar risa y asco en el espectador.

La trilogía termina con una gran broma que podría ser el mejor momento de la película si no fuera por el hecho de que Feast III empieza con un monstruo cagando una cabeza humana.

Justo después de zamparla de un bocado.

Categorías:

¿Te gusta? ¡Puntúalo!

3 votos

Noticias relacionadas