25 grandes sagas de superhéroes que fueron un completo mindfuck
Enmascarados que hacen pensar, ¿qué 25 grandes sagas de superhéroes, fueron un completo mindfuck?
Tradicionalmente, los cómics de superhéroes no han tenido otro fin que el del entretenimiento ligero. Servir de plataforma para pintorescos enfrentamientos de individuos enmascarados con poderes irreales, y en ocasiones algo de culebrón y fanservice. La representación más tradicional del género, donde puede ser tan disfrutable el ver a Spider-Man o Batman enfrentándose a sus galerías de villanos, como Superman y la Capitana Marvel se enamoren provocando la animadversión de Wonder Woman y el Capitán América, o ver enfrentarse a Vengadores y X-Men tanto como a la Liga de la Justicia contra los personajes de Watchmen.
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Pero como buenos hijos de la ciencia ficción, hay ocasiones en los que los comics de superhéroes van más allá y flirtean con sus habituales historias de enmascarados cuestiones morales que remueven las neuronas del lector más allá de pensar si es más fuerte Hulk o la Cosa. La última de ellas la nueva saga Marvel, el 'Imperio Secreto', jugando con una controvertida idea que durante décadas ha dado mucho que hablar, siendo incluso un tema recurrente dentro de los sectores más controvertidos de la sociedad occidental.
Usando a la versión retorcida del Capitán América Hydra como paladín de la misma, que menos que usar esta arriesgada jugada para repasar otras 25 grandes sagas de superhéroes que fueron un completo mindfuck al plantear cuestiones que removieron por completo a los enmascarados, a través de preguntas directamente ligadas a la sociedad en la que vivimos.
Centrándonos exclusivamente en las grandes sagas de superhéroes en sí -esto es, aquellas que incluyen al grueso de sus universos- estas son las 25 grandes sagas de superhéroes que fueron un completo mindfuck:
La Saga de los Centinelas: Uno de los cambios más importantes de rumbo de Marvel Comics, cuando la editorial capitaneada por Stan Lee y Jack Kirby rompieron con el vitoreo americano en su Guerra Fría contra la Unión Soviética, metiendo el dedo en la llaga con un tema tan peliagudo como la caza de brujas iniciado por el senador McCarthy.
¿Qué se esconde tras la Colmena?: Stan Lee y Jack Kirby ya habían abordado antes la aproximación del hombre a Dios. Seguramente la saga de Galactus la más popular de todas. Pero ninguno de los acercamientos que hicieron a este concepto llegó a ser tan angustioso y sobrecogedor, como este relato en el que un grupo de científicos trataba de usar una crisálida para dar forma humana al altísimo, resultando en una cruenta carnicería a manos de una fuerza imparable que los lectores no llegábamos a terminar de percibir.
La Saga del Fénix Oscuro: La máxima de si el poder corrompe, el poder absoluto corrompe absolutamente, abordado por Chris Claremont y John Byrne en la saga de los X-Men en la que -tras salvar el universo con el inconmensurable poder de su mente- Jean Grey se veía corrompida por las maquinaciones del Club Fuego Infernal, y las propias pasiones y apetitos ocultos de su propio ser.
El Contrato de Judas: Relatos de miembros de grupos de superhéroes que se revelan como traidores al servicio de un villano se han hecho muchos, pero ninguno de forma tan cruda y con habilidad para tocar cuestiones muy delicadas como la llevaron a cabo Marv Wolfman y George Perez en los Titanes.
Dios Ama, El Hombre Mata: De nuevo el tema de la intolerancia y discriminación que Stan Lee y Jack Kirby desarrollaron en la saga original de los Centinelas, aunque en esta ocasión con un enfoque mucho más fácilmente reconocible dentro de la situación político social de los setenta y ochenta, con esta nueva saga de los X-Men que incluía predicadores religiosos, escuadrones de la muerte llevando a cabo ejecuciones clandestinas de niños mutantes aprovechando la idolencia de usa sociedad indolente, y lavados colectios de cerebro. De nuevo Chris Claremont, en esta ocasión junto al dibujante Brent Anderson.
Watchmen: ¿Cómo hubiera cambiado la historia del siglo XX si los superhéroes hubieran existido? Alan Moore demolió el género de forma incontestable, con esta saga crepuscular en la que los relatos de coloridos de enmascarados y justicieros viraban a territorios muy turbios, en los que el vacío existencial y la búsqueda del bien absoluto pueden conducir a horrores mucho más insoportables de aquellos contra los que se lucha.
Crisis en Tierras Infinitas: Mundos morirán, mundos vivirán. Si sagas como la Muerte de Gwen Stacy o el Juicio de Jean Grey nos enseñaron que los superhéroes y seres querídos de estos podían morir, Marv Wolfman y George Perez fueron un paso más lejos, en esta saga en la que mundos enteros que habían existido durante décadas caían frente a una pavorosa amenza, frente a lo que solo se podía describir como un auténtico apocalipsis de los superhéroes.
La Era de Apocalipsis: La Crisis de DC lo cambió todo, hasta el punto de que Marvel decidió jugar con la idea de llevar la suya propia, con un relato de viajes en el tiempo en el que el intento de matar a Hitler antes de que naciera -aunque en este caso era más bien Magneto- cambio irremediablemente la realidad.
Torre de Babel: Viendo como esta el percal, si formases parte de un grupo de superhéroes ¿confiarías ciegamente en que tus aliados -algunos de los cuales poseen el poder de los dioses-, no se pasarían al lado oscuro, o tendrías planes de contingencia por si esto ocurría? Narrado en la JLA de Mark Waid, la saga cuestionaría la confianza entre los superhéroes, especialmente cuando los protocolos creados por Batman para acabar con el resto de sus compañeros de la Liga de la Justicia se convertían en una amenaza cayeron en manos de Ra's Al Ghul.
Authority: ¿Es posible ser realmente un superhéroe siguiendo las leyes, teniendo en cuenta que vivimos en un mundo injusto en el que las leyes están creadas para proteger a los poderosos? Con esta premisa y el legendario Sed buenos,os estamos vigilando, Warren Ellis y Mark Millar darían vida al supergrupo proactivo definitivo, colocándose por encima de los gobiernos de las naciones más poderosas del mundo para imponer su criterio de la justicia. Con todas las tensiones y problemas resultantes, claro.
Planetary: Marvel supuso una revolución dentro del cómic de superhéroes, por su aproximación realista del género, desmarcándose de la más imaginativa y colorista de DC. Claro que dicha aproximación suponía una contradicción si Marvel quería mantener este enfoque duradero, ya que o bien la existencia de superhéroes como los Cuatro Fantásticos suponía la transformación completa de la sociedad, o estos eran auténticos villanos que estaban acaparando para sí todos sus hallazgos, impidiendo que la humanidad diera su salto al progreso definitivo. Con el cuarteto original de Marvel Comics como adversarios que se dedicaban a explotar las maravillas del mundo para satisfacer sus fines más egoístas, Warren Ellis y John Cassaday narrarían la historia de un grupo de investigadores de lo desconocido encabezados por Elijah Snow, en su lucha para que estos secretos y misterios siguieran haciendo de nuestro mundo un lugar especial.
Ultimates: El atentado contra las Torres Gemelas el 11 de septiembre de 2001 sepultó gran parte del optimismo e inocencia occidental. En los comics, este trágico acontecimiento se plasmo en esta revisión de la política exterior norteamerica a través de una cínica vuelta de tuerca a los Vengadores originales, formados por una Capitán América que encarnaba los ideales más conservadores y reaccionarios de la II Guerra Mundial, un Iron Man suicida con crisis de ansiedad, un Hulk violador y caníbal, Thor como un activista medioambiental con cuatro megalómano al que todo el mundo consideraba un demente, y un Hank Pym que llevaría su relación abusiva con la Avispa al borde del homicidio.
Crisis de Identidad: Después de que la mujer del Hombre Elástico fuera violada por el Doctor Luz, varios miembros de la Liga de la Justicia se confabularon para llevar a cabo una terrible venganza que terminaría afectando de forma inesperada a uno de sus más antiguos aliados. Un relato de intriga y asesinato llevado a cabo por Brad Meltzer y Rag Morales, donde la tradición del ojo por ojo derivaba en un círculo vicioso de muerte y tragedia dónde nunca hay ningún ganador.
Desunidos: Los asuntos que dejamos en el camino. Los Vengadores tuvieron su propio 11 de septiembre en el peor día de su historia, en el que perderían la vida y se verían afectados varios de sus integrantes más ilustres. Pero lo peor no fue eso, sino descubrir como el origen de la enigmática amenaza estaba directamente vinculada a alguien de sus propias filas, y como la constante de lidiar con una crisis tras otra -sin nunca dedicar el tiempo necesario para hacer frente a sus consecuencias- puede terminar creando un problema que nos golpee en las narices.
Crisis Infinita: La obra cumbre de Geoff Johns no solo supondría una de las sagas con más contenido multirreferencial a la historia de un universo de ficción, sino que demostraría un espíritu acidícimamente meta, al adelantarse a su tiempo y convertirtir en los villanos de la saga a todos esos fans que reniegan de los cambios y cuya obsesiva idealización del pasado les lleva a renegar de las virtudes de cualquier obra contemporánea.
Civil War: A pesar de que la mayoría de lectores se quedó con una lectura superficial tomando al Capitán América como gran héroe y defensor de las libertades, las intenciones de su autor -el británico Mark Millar- eran mucho más sibilinas, abordando a los superhéroes desde la óptica del registro de armas, y la absoluta necesidad de asumirlo por parte de cualquier nación civilizada. Porque si bien lo de ver al Capi aporreando a supervillanos con trajes de colores quizás suene como una idea atractiva, el tema cambia mucho si en lugar de un tipo vestido de azul con un escudo lo vemos como lo que es: Un loco golpeando y pegando tiros en las calles contra quién le parezca, sin ningún tipo de control o regulación.
Crisis Final: Llevando la aproximación apocalíptica del género de superhéroes de la saga original y el enfoque meta de su continuación a un nivel que es prácticamente imposible entenderla si no es desde un punto de vista puramente conceptual, el escocés Grant Morrison llevaría a cabo esta saga de dioses caídos que arrastran el multiverso a la no existencia, corredores escarlata en una carrera continua contra la muerte, detectives dispuestos a llevar a cabo el crimen definitivo, la amazona de las cuatro furias del Apocalipsis y superhombres con máquinas de cumplir milagros, en esta saga en el que la realidad haría frente a su único y último enemigo: El completo vacío que le precede, y que la engullirá irremediablemente cuando esta se colapse.
Guerra de Reyes: Tercer acto de la etapa cósmica de los padres de la encarnación actual de los Guardianes de la Galaxia, enfrentaría a dos poderosos Imperios Cósmicos encabezados por Rayo Negro y sus Inhumanos contra los Supergardianes Sh'iar del mutante Vulcano, en una guerra fraticida de consecuencias funestas para todos. Su final, con los ojos de los vencedores empañados por las lágrimas frente a los resultados de su victoria puede ser uno de los más simbólicos reflejos del absurdo de la guerra que se han hecho.
Viaje al Misterio: El lector como instrumento de condenación del protagonista, en esta serie que arrancaría como relato de aventuras ligero ambientado en el entorno de los dioses asgardianos de Thor -con el joven Loki como protagonista- y que terminaría como uno de los dramas más desgarradores que se hayan parido en el género de superhéroes.
Uncanny X-Force: Durante años, se han llevado a cabo muchas series de superhéroes centradas en grupos que cruzan la línea del “no matar”, para proteger a los suyos acabando con sus enemigos de forma proactiva. De entre ellas, pocas han profundizado tanto en las consecuencias de adentrarse en esta espiral sin retorno como la serie guionizada por Rick Remender, que alcanzaría su momento cumbre con La Saga del Ángel Oscuro.
La Era de Ultron: Cuando los villanos llevan a cabo un ataque contra los héroes, generalmente suelen dejar una puerta abierta para que -oportunamente- estos se reagrupen y lo derroten. Abordando la Inteligencia Artificial creada por Hank Pym desde la óptica de la imparable expansión de internet y la tecnología, Brian Michael Bendis perpetraría el mayor golpe que los superhéroes del universo Marvel hayan recibido nunca, mostrándolos tan acabados que no quedaría otro remedio que llevar a cabo una solución de emergencia a la desesperada, de consecuencias todavía más funestas para su mundo que el propio ataque del villano. Dándole un nuevo enfoque a los relatos de los viajes en el tiempo desde la óptica del cambio climático, el guionista colocaría a los protagonistas en una situación tan súmamente difícil que solo era posible elegir entre varias opciones catastróficas de derrota.
Sección Ocho: Los universos de superhéroes como delirio intoxicado de un alcohólico reincidente con problemas de autocontrol. Solo alguien como Garth Ennis podía concebir esta nueva reaproximación al clásico de la Crisis donde la lucha contra el fin del mundo se gesta en el interior de una taberna de mala muerte, y Superman tiene la llave para salvar al Multiverso empujando a un pobre diablo de vuelta a la bebida.
El Testamento de Xavier: Durante años, la imagen del Profesor X como mentor venerable ha ido siendo minada por las diferentes sagas que se dedicaban a sacar los trapos sucios de su pasado, demostrando que lo mismo tampoco era tan trigo limpio. Llevando esta idea diez pasos más allá, Brian Michael Bendis aboradaría una idea tan incómoda como que el legado entre padres e hijos y mentores y alumnos no es en realidad un presente, sino un regalo envenenado en el que ni los que ceden el testigo ni los que lo reciben tienen la menor idea de cómo conseguir que el mundo siga girando, más allá de improvisando sobre la marcha con las soluciones más impesables, cuestionables y en muchas ocasiones completamente amorales y terribles que seamos capaces de sacarnos de la manga en el último momento. El mundo es un completo caos, y lo único que nos separa de la aniquilación más absoluta es conseguir aguantar lo suficientemente la mecha llevando a cabo actos que pueden ser más que dudosos, antes de pasarle a otro el barril de dinamita.
Secret Wars: No confundir con las Guerras Secretas originales, Jonathan Hickman realizó su propia aproximación al tropo de la Crisis de DC Comics eliminando de forma prácticamente completa cualquier rastro de villano en la sombra, abordándolo más bien como la madre de todas las catástrofes medioambientales. Una situación de barco que se hunde, en la que -para preservar la supervivencia de sus mundos- a los superhéroes no les quedaba otra condición que la de abandonar sus ideales y abrazar un círculo en el que no queda otra opción que matar o morir.
El Multiverso: Los comics de superhéroes como maldición capaz de destruir las vidas y sumir a la condenación a aquellos que se sumergen demasiado en ellos... Narrado desde el propio género. Tendría que venir el propio Morrison para usar a una gran compañía dedicada al género como DC Comics para abordar el lado más pernicioso y siniestro del cómic. ¡Escapad ahora que aun estáis a tiempo!
Civil War II: Más allá del nuevo conflicto desarrollado entre los héroes de Marvel Comics, pocas sagas han sido tan conscientes como la escrita por Brian Michael Bendis de que -por mucha fe que tengamos en ella- la sociedad está irremediablemente condenada. Escenas como la de Hulka enfrentándose a un jurado que tiene el veredicto decidido desde antes de empezar el juicio solo por la opinión que les merece un acusado, o ese consternado Ojo de Halcón aclamado por una masa que definitivamente parece haber decidido que prefiere seguridad a mantener cualquier tipo de principio moral en relación a vidas ajenas, deja muy claro que vivimos en un mundo en el que en ocasiones es mejor temer a la sociedad, como el animal irracional y terrible que puede llegar a ser.
Imperio Secreto: Última adición a la larga lista de grandes sagas de superhéroes, Nick Spencer se ha metido de lleno con él en una idea tan peliaguda y controvertida como la de que la historia es escrita por los vencedores, y ellos tienen la llave para controlarla y usarla para promover sus propios fines. Porque sí, en la realidad no existen Cubos Cósmicos que los Aliados pudieran haber usado para proclamarse como grandes héroes de los úlimos 75 años, ¿pero quién nos dice que no han usado los medios para inculcarnos desde hace décadas que no hay otra verdad que la suya? Una idea envenenada por parte del guionista demócrata, con la que hacernos dudar si su reverso oscuro del Capitán América es realmente peor o más heróico que el de toda la vida, y si los ideales en los que hemos creído durante toda nuestra vida no son otra cosa que una gran mentira.
Tramas sobre la discriminación, sobre los peligros de los metahumanos, sobre nuestra percepción de la realidad y los valores vitales derivados de lo mismo, sobre nuestra forma de abordad retos cotidianos a los que nos enfrentamos cada día... Ocasiones en los que los superhéroes fueron mucho más allá de las simples peleas, y sirvieron de plataforma para cuestiones mucho más serias.
