Una línea icónica de Gladiator fue en realidad adibida

Joaquin Phoenix ya era conocido como villano mucho antes de que ganara el Oscar por el Joker. 20 años antes, obtuvo otra nominación al Oscar por un personaje igualmente psicótico: Elemperador Cómodo en Gladiator, de Ridley Scott. Aunque no llegó a robarle el protagonismo a la estrella Russell Crowe, demostró ser más que capaz de compartir la pantalla con él. De hecho, podría decirse que la frase más icónica de la película le pertenece.

Resulta que no estaba en el guión. El propio Phoenix la improvisó en el plató en un esfuerzo por subrayar el núcleo podrido del personaje. Ayudó a consolidar la figura en la memoria del público tanto como cualquier línea del Joker. Teniendo en cuenta el prestigio del director y de la película -por no hablar del trabajo posterior del actor como el Príncipe del Crimen-, dice mucho.

La frase es "¿No soy misericordioso?" y, francamente, es tan descabellada como cualquier cosa que haya dicho el Joker en cualquier contexto. Con su enemigo capturado y su gobierno aparentemente consolidado, Commodus se regodea con su hermana Lucilla sobre el poder que ahora posee. Reflexiona sobre si debería adoptar a su hijo (su sobrino) como propio y obligarla a presenciar cada momento sin hablar, para que no mate al niño en el acto. Promete hacer lo mismo si ella se quita la vida o le desagrada de alguna manera. Eso se extiende a un matrimonio incestuoso con él como reina. Él formula este destino como "misericordia", en lugar de simplemente ejecutarlos.

Más que las líneas, es la actuación la que capta el espectáculo de horror de su propuesta. La mayor parte del discurso se pronuncia de forma conversacional, con un tono de voz aparentemente agradable y ecuánime. Es el discurso de un hombre que reflexiona sobre cosas terribles con la despreocupación de decidir qué va a cenar. Sólo al final grita la frase, a centímetros de su cara, mientras ella reflexiona sobre el infierno que le ha preparado.

Es el discurso de un hombre que ostenta el poder absoluto y que ha sido totalmente consumido por él. Como emperador de Roma, puede definir los términos de cualquier interacción social, y la sociedad que le rodea lo hará. Si llama a la piedad -sin importar lo horrible que sea- nadie está en posición de refutarlo. Phoenix utiliza la cadencia de la entrega para demostrar la monstruosidad. En el proceso, encuentra una pizca de la misma oscuridad narcisista que luego mostró como el Joker.

Y la línea no estaba planeada. Según IMDb, el discurso de Phoenix debía terminar con una conversación más "¿No soy misericordioso?". En cambio, se lo grita a Lucilla por segunda vez. La brusquedad es impactante, y pilló a Nielsen completamente por sorpresa. Su reacción sin guión es parte de lo que hace que la línea sea tan memorable.

Es doblemente notable por la fastidiosa atención al detalle del director Ridley Scott.El guión de Gladiatorse sometió a varias reescrituras durante su producción, con especial énfasis en los diálogos, que Crowe consideraba que debían mejorarse. Las improvisaciones se convirtieron en algo normal durante la producción, y las mejores se incluyeron en la película. Teniendo en cuenta las inclinaciones del director, debió de percibir algo fundamental en el momento de Phoenix, porque dejó que se mantuviera, e hizo historia en el cine en el proceso.

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