Las 13 mejores recreativas de la historia

A PROPÓSITO DE RAMPAGE

Las 13 mejores recreativas de la historia

Empiezan a aparecer las primeras informaciones sobre la adaptación de Rampage, y no pueden ser más esperanzadoras. Esperemos que sirva como homenaje a esos viejos tiempos de salones recreativos e incontables gastos en forma de monedas de cinco duros, pellas en el instituto y gente chunga pidiéndote dinero si no querías recibir un navajazo. Estas son nuestras 13 mejores recreativas de la historia.

After Burner

Ok, echar una partidita aquí costaba cuatro veces lo que una partida al Ghosts 'n Goblins, pero coño, durante un par de minutos (¿alguien ha aguantado ahí dentro siquiera cinco?) uno podía sentirse como un verdadero rey de los cielos en guerra. Entre poder ser el Tom Cruise de Top Gun y aguantar al profesor de matemáticas la elección estaba bastante clara, ¿no?

Operation Wolf

Durante sus primeros años fue imbatible: armas con (casi) retroceso, sonidos alucinantes y un nerviosismo extra cada vez que aparecía munición en pantalla. O vida extra. O UNA PUTA GALLINA.

House of the Dead

La digna sucesora evolutiva de Operation Wolf y Time Crisis vino de la casa Sega. Uno de los primeros arcades de temática zombie y un frenesí voraz que nos metía de lleno en una pesadilla de terror y acción irrepetible que a buen seguro hizo las delicias de Uwe Boll.

Snow Bros

1990 necesitaba un relevo generacional en muchos aspectos, así que Capcom demostraba haber aprendido de la jugada de Taito y su inmortal Bubble Bobble con un clon que salía como vencedor gracias a su ingenio, velocidad y unos personajes enemigos bizarros con una capacidad sorprendente para formar parte de la carambola. La sensación de limpiar el escenario con una bola todavía perdura en nuestros corazones.

Una verdadera obra maestra.

Pang

Ay, los exploradores. Si no teníamos suficiente con Indiana Jones o el Quatermain de la Cannon, va Capcom y presenta un apocalipsis global que nos obligaba a viajar por todo el planeta para frenar la invasión de bolas gigantes con capacidad de reproducción alta, pero limitada. Un juego con MUCHO GANCHO.

Toki

Un mono que disparaba bolas de fuego con uno de los sonidos más recordados de la era de los salones recreativos y que se protegía con cascos de fútbol americano. ¿Qué más se podía pedir por cinco miserables duros?

Golden Axe

Un clásico. Una burrada que no daba un respiro y que te ofrecía la posibilidad de domar bestias, comer como un guarro a la luz de la hoguera y patear el culo de los enanos que osaban robar tus pertenencias mientras dormías. Y los personajes. Y las pócimas, claro, menudas magias había ahí.

Crazy Taxi

Muchos aprendimos a conducir emulando a un taxista en medio de un caos que se nos antojaba como ciencia ficción… hasta que nos fuimos a estudiar a la gran ciudad. Al igual que tras nuestra mudanza, aquí se conducía con música macarra y punk. Frenesí divertidísimo.

Neo Turf Masters

La gente de Neo Geo revolucionó las recreativas por última vez con una selección de títulos llenos de fuerza y color donde había militares, futbolistas, samurais y el menos esperado por todos a la hora de enganchar a adolescentes a una máquina: ¡¡¡el maldito golf!!! Un vicio que nos hacía madurar de aquella manera.

Out Run

El papá de Crazy Taxi solo quería que disfrutaras del paseo con tu chica favorita. El Ferrari Testarrosa se convirtió en nuestro deseo más fuerte. Bueno, eso y llevar a una rubia al lado.

Metal Slug

Si lo veías desde lejos podrías llegar a engaños: no era un nuevo videojuego de guerrillas en la selva, era una maldita comedia. Más cercano a Hot Shots que a Rambo, Metal Slug se convirtió en uno de los clásicos indispensables de cualquier salón que tuviera un mínimo de respeto por los clientes.

Street Fighter II

La máquina que revolucionó los juegos de lucha, los controles, las combinaciones y los mayores piques entre colegas que jamás haya conocido un cuarentón de hoy hace 25 años. Lo cambió todo. Hasta la carrera de Jean Claude Van Damme.

WWF Superstars Arcade

No quisiera despedirme sin antes brindar un homenaje a los caídos y al pressing catch con una recreativa irrepetible, casi unos dibujos animados con nuestros héroes de las mañanas de fin de semana viendo combates imposibles. Verdadera cultura pop simplificada en ocho escasos jugadores. Si llega a tener 20, estaría en todas las casas del planeta.

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