Las 13 mejores películas de telepatía, telequinesia y poderes mentales
La mente es un misterio eterno, y como tal, ha sido objeto de mil y un aproximaciones en el cine y la literatura. Poderes conscientes, inconscientes, buenos y malos, que atormentaban a sus poseedores hasta límites insospechados, como hacer el mayor mal imaginable o, en ocasiones, tratar de mejorar el mundo.
Dentro del cine, las distintas historias sobre el tema han dado mejores y peores películas: Phenomenon o Powder eran dramas familiares con un mayor énfasis en la bajona que en las infinitas posibilidades lúdicas de sus propuestas. Por eso, sin más dilación, vamos a ver nuestros entretenimientos favoritos con las 13 mejores películas de telepatía, telequinesia y poderes mentales.
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Scanners
Moderna, feroz e implacable. La mejor muestra de cine telequinésico directamente de los primeros ochenta, en la onda de Ojos de Fuego o La furia, pero con más huevos, más brutalidad y un tufillo de alianzas mutantes enfrentadas muy comiquero. Además, qué coño, estamos hablando de una película que empieza así:
Poder Mental (The Mind’s Eye)
Tras Almost Human, Joe Begos crece como cineasta retro y clava una serie b en toda regla. The Mind's eye tiene textos explicativos, créditos hermosos, música de Steve Moore y una historia simple y directa. Un hombre de confianza que cualquier día de estos presentará una gran obra maestra. De momento recibamos con los brazos abiertos esta pequeña aportación al universo Scanners.
La Furia (The Fury)
La mejor peli jamás rodada sobre los X-Men. Kirk Douglas luciendo pecho lápida solo podría ser superado por The Hoff.
Patrick
Del mismo año que La Furia llega este locurón australiano lleno de humor negro, humor imbécil, algún sustillo y personajes estrafalarios.
Lo más flipante de todo son los detalles escabrosos, como el del señor del ascensor y sus flores con mierda.
Su remake está a la altura, con los mismos defectos y las mismas virtudes.
Carrie (1976)
La primera incursión del rey de la literatura de terror necesitaba un director a la altura de las expectativas, y nadie mejor que otro talento superdotado, Brian De Palma, para llevar a la pantalla la triste historia de una joven indefensa ante el mundo de crueldad que la espera. Eso sí, cuando esa pequeña criatura tiene poderes telequinéticos, los que estamos indefensos somos nosotros.
Zoolander
¿Qué hace aquí una película como Zoolander? ¿Es que no recuerdas esto?
Movida en la universidad (Zapped!)
Imagina un cruce entre especies similares pero completamente opuestas. Imagina mezclar la genética de Carrie con la de Porky’s. Pues el resultado es algo parecido a esto.
Ojos de fuego (Firestarter)
Una especie de actualización de La Furia a través de otra novela, en este caso de Stephen King. Más padres en apuros cubriendo el terrible secreto de sus hijos mientras organizaciones sospechosas pretender robarlo todo. A los niños y a sus secretos. No es que sea la película de los ochenta que mejor aguanta el paso de los años, pero es muy amena y tiene una buena banda sonora.
Viaje alucinante al fondo de la mente (Altered States)
Otra muestra del talento inabarcable de Ken Russell a la hora de presentar dilemas morales al espectador y un poco de asco también. Una especia de La Mosca (versión 80s) tan desagradable como la obra maestra de Cronenberg, pero mucho más, digamos, privada.
Phenomena
Una de las películas más recordadas del maestro Dario Argento con la omnipresente Jennifer Connelly, que llevaba aún más lejos propuestas tan clásicas como la de Suspiria. Con Goblin de fondo, una gran muestra de cuento de hadas aterrador.
Angustia
Locura metacinematográfica (y mediterranea) grotesca y bárbara que muestra al Bigas Luna más experimental. Una pena que no siguiera explorando el género.
Matilda
Para ir terminando, vamos con los más pequeños de la casa en dos versiones antagónicas. Danny DeVito es un buen director de cine y esta adaptación del libro de Roald Dahl es probablemente uno de sus mayores aciertos. Como Carrie, pero para niños.
El secreto de Joey (Joey)
Antes de volverse loco de remate, Roland Emmerich hacía cosas algo más pequeñas y con algo más de imaginación, aunque todo el material mezclado aquí tiene claras referencias al cine americano de la época. Y la peli era alemana, claro.
