Jaime Urrutia da la vuelta al ruedo en ‘la arena’ del Apolo

TERCIO DEL REENCUENTRO CON LA AFICIÓN ALMERIENSE


¿Quién sino Jaime Urrutia podía presentarse sobre el escenario del coqueto Teatro Apolo, de la capital almeriense, ataviado como un gentleman del oeste americano y ante un burladero de cartón piedra? El madrileño nos trajo justo lo que se esperaba de él, eso que viene haciendo toda la vida, pasar por su tamiz castizo y mediterráneo todas sus influencias del mejor rock anglosajón que van, por citar unas pocas, desde The Doors a The Cure, sin olvidarnos de, por ejemplo, David Bowie.

En definitiva, Jaime Urrutia, otrora líder de los extintos y mitiquísimos Gabinete Caligari, es uno de los padres del Rock en España, quizás tardío pero padre al fin y al cabo, como esos grandes solteros que demoran en casarse pero luego tienen unas hijas preciosas. Y es que Gabinete Caligari, en forma de canciones, tuvieron muchas de las más lindas descendientes que un progenitor puede engendrar.

Cual certamen de belleza, fueron desfilando, a lo largo de hora y media de recital, preciosas creaciones como Pecados más dulces que un zapato de raso, que el artista eligió para abrir su actuación, La sangre de tu tristeza, de una música tan alegre como letra desconsolada, Amor de madre, que Jaime escribió cuando su madre se encontraba enferma, Cuatro Rosas, más emocionante aún en directo, Golpes, de la época más siniestra de Gabinete, o las mucho más que imprescindibles Camino Soria, melancólica y cadenciosa, El calor del amor en un bar, con todo el auditorio en pie bailando y coreando la canción, y La culpa fue del cha cha chá, con la que Urrutia concluyó la gala.

No se echaron en falta las mejores canciones de su última etapa en solitario, principalmente de su tremendo álbum ‘Patente de Corso’ (2002), fue el caso de ¡Qué barbaridad!, Castillos en el aire, ¿Dónde estás? o Completamente feliz. Temas que demostraron una gran pegada, pese a que el cantante Jaime Urrutia, a la guitarra eléctrica, venía sólo acompañado por teclados y guitarra acústica. En una noche con una balance muy positivo para el músico que llevaba años sin acercarse a Almería, desde aquel concierto que dio en una lejana feria con Gabinete Caligari. Todo un acierto por parte del ayuntamiento programar su concierto, que cerró el pasado viernes la tanda de abril del Ciclo de Música de Autor.

Por Gabriel Górriz.

 

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