Ex residente de la casa de 'The Conjuring' comparte sus encuentros más espeluznantes

La cuidadora y antigua residente de la casa que inspiró The Conjuring ha compartido sus experiencias más espeluznantes mientras vivía en la granja de Rhode Island.

Desde escalofriantes pasos hasta voces misteriosas y "figuras de sombras" en el interior de la casa, esta vivienda hace honor a su reputación construida a partir del horror de 2013. La familia de Madison Heinzen ya era propietaria de la casa, así que está acostumbrada a sus escalofriantes características e incluso organiza visitas guiadas de fantasmas.

En una entrevista con The Sun compartió algunas de las inexplicables experiencias fantasmales que ha tenido en la casa, y describe sus encuentros más aterradores, incluyendo escuchar voces.

"Oí una voz que decía mi nombre en voz alta y me asusté", cuenta la joven de 23 años. "Pensé que era mi madre, sonaba distante como tu madre regañándote, era repetidamente 'Madison, Madison', así que pensé ¿qué necesita mi madre?".

Sin embargo, cuando fue a investigar, Heinzen se dio cuenta de que su madre no la había estado llamando, diciéndole que estaba "en el lado completamente opuesto, así que no había forma de que [ella] lo hubiera oído".

Heinzen cuenta que tuvo una infancia atípica, ya que creció en la casa que inspiró la exitosa franquicia de terror, con unos padres que eran investigadores de lo paranormal y viajes regulares en busca de fantasmas. Tras ver por primera vez The Conjuring a los 13 años, dijo que estaba emocionada por mudarse a la casa, pero que desde el principio estaba claro que había algo más en juego: "Estábamos revisando distintas partes de la casa y oí algo que me sonó como un gruñido, estaba por encima de mi cabeza y yo estaba buscando entre las cosas que había dejado el dueño".

Y añadió: "Me asusté porque pensé: quizá no deba tocar esas cosas, quizá no les guste".

Pero una de sus experiencias más aterradoras ocurrió cuando no era la única que estaba allí para presenciarla, y es espeluznantemente similar a una escena de la película.

Mientras estaba sentada haciendo una entrevista, oyó dos palmadas. "Todos nos miramos y yo me quedé como 'Oh, Dios mío', porque eso era algo que pasaba en las películas, que jugaban a esconderse y aplaudir", dijo, refiriéndose a la escena de la primera película de The Conjuring en la que, en un juego, los personajes llevan los ojos vendados, pero oyen unos aplausos inoportunos procedentes del sótano.

Heinzen continuó diciendo que todavía duerme regularmente en la casa, pero que nunca va sola al sótano.