En un año de auge para el cine negro, las nominaciones a los Globos de Oro son insultantemente blancas

La temporada de premios 2020/2021 siempre iba a ser controvertida. Con las reglas de elegibilidad cambiadas y con las líneas entre el cine y la televisión cada vez más borrosas, por no mencionar el efecto de la pandemia en los calendarios de producción y estreno, nadie sabía qué esperar de las ceremonias de este año. Luego llegó el anuncio de las nominaciones a los Globos de Oro 2021, que se verán (y deberían verse) envueltas en otra lamentable pero previsible polémica. En un año cultural y políticamente desafiante que contó con numerosas películas expertamente realizadas y relevantes creadas por profesionales negros, la Asociación de la Prensa Extranjera de Hollywood las ignoró en su mayoría. Una vez más, las galas de premios celebran la competencia de los blancos por encima de la excelencia de los negros... en su detrimento.

Continúe desplazándose para seguir leyendoHaga clic en el botón siguiente para iniciar este artículo en vista rápida.Empezar ahora

El desaire más atroz es la exclusión total de Da 5 Bloods, de Spike Lee. Se esperaba que la película obtuviera varias nominaciones a la película, al director y a sus actores principales, Delroy Lindo y Chadwick Boseman. La mejor interpretación de Lindo en su carrera como un veterano de Vietnam que apoya a Trump y padece trastorno de estrés postraumático sólo ha quedado en segundo plano ante el increíble trabajo de Boseman en Ma Rainey's Black Bottom. Puede que Da 5 Bloods no sea la mejor película de Lee, pero sin duda es audaz, visionaria y merecedora de premios. Lee no es ajeno a la frialdad de los premios, ya que ha hablado en repetidas ocasiones sobre el hecho de que las películas negras están infrarrepresentadas en las galas de premios.

De hecho, ninguna película negra consiguió colarse en la lista de mejores películas. Hamilton, que cuenta con un reparto diverso, fue nominada a la mejor película musical o de comedia. Sin embargo, la que suele considerarse la categoría más prestigiosa, la de mejor película dramática, está llena de películas creadas y dirigidas exclusivamente por blancos. No hay títulos como Ma Rainey's Black Bottom, One Night in Miami, Judas and the Black Messiah, The United States vs. Billie Holiday y Malcolm & Marie. Es poco probable que todas estas aclamadas películas hayan sido nominadas, pero el hecho de que ninguna de ellas lo haya sido apesta a parcialidad.

Ma Rainey's Black Bottom sí obtuvo el reconocimiento para sus coprotagonistas, Viola Davis y Boseman, que son innegables como la madre del blues en la vida real y su testarudo trompetista. Pero la película de Netflix se quedó fuera de otras categorías principales. La adaptación producida por Denzel Washington de la obra teatral de August Wilson fue un gran éxito de crítica y público, y al igual que Da 5 Bloods, utilizó eficazmente el pasado para destacar las luchas negras que persisten en el presente. Del mismo modo, Andra Day recibió una nominación por su interpretación de la legendaria cantante Billie Holiday, al igual que Leslie Odom Jr. por su papel de Sam Cookie en Una noche en Miami. Esta película obtuvo el reconocimiento de la directora novel Regina King, pero Kemp Powers (que también coescribió Soul) fue desairado por adaptar su propio guión.

Daniel Kaluuya, que interpreta a Fred Hampton en Judas y el Mesías Negro, fue honrado con una nominación al Mejor Actor de Reparto. Al igual que Ma Rainey's Black Bottom, la película sobre el presidente de las Panteras Negras se encuentra entre las más criticadas del periodo de elegibilidad, y ha generado un considerable ruido de premios y de público. Por si fuera poco, Judas y el Mesías Negro tiene un tema que coincide con El juicio de los 7 de Chicago, de Aaron Sorkin. Ambas películas tratan de los movimientos de protesta de los años 70 y comparten algunos de los mismos personajes. Esta última se centra en las personalidades blancas, tiene un final totalmente irreal y es una película de premios mucho más pintoresca. Tiene sus méritos, pero tuvo menos acogida y es más teórica en el tratamiento de sus temas. La primera se centra en los organizadores negros y es apasionada, urgente e inquebrantable.

La falta de representación negra tampoco es el único problema. Minari, una película muy apreciada por la crítica que aún no ha sido vista por los espectadores, sólo pudo presentarse en la (obsoleta) categoría de lengua extranjera. Peor aún, ninguno de sus actores fue nominado. Históricamente, a los actores asiáticos les cuesta aún más obtener reconocimiento, como ocurrió con la innovadora Parasite del año pasado.

El arte es subjetivo, y no es responsabilidad de ningún organismo de premiación solucionar los problemas de representación. Su tarea es simplemente elogiar el trabajo que consideran excepcional. Obviamente, los blancos también hacen buenas películas. Las películas nominadas en varias ocasiones, Nomadland y The Father, tienen guiones e interpretaciones sólidas, y merecen sus elogios. Lo que ocurre es que las historias de los negros son realmente importantes en la era política actual. Lo que parece inconcebible es que Hollywood haya empezado a abordar algunas de las desigualdades de la industria, y que el talento negro haya aprovechado la oportunidad y haya empezado a alcanzar un mayor nivel de producción. La verdad es que el hecho de que la HFPA no lo reconozca dice más sobre sus prejuicios y sus ideas preconcebidas que sobre la calidad del trabajo de estos artistas negros.

Categorías:

¿Te gusta? ¡Puntúalo!

6 votos

Noticias relacionadas