Breaking Bad: 6 cosas que no se sostienen hoy en día

En muchos sentidos, Breaking Bad se considera una serie atemporal. Su argumento es uno de los grandes de la televisión de todos los tiempos, y sus temas, personajes y arcos argumentales tienen una resonancia y un significado que no disminuyen con el tiempo. Sin embargo, no se puede negar que la televisión y la sociedad han progresado desde su emisión.

Por ello, a pesar de que hay muchas áreas en las que la serie se mantiene, se ha quedado atrás por el cambio de valores en ciertos aspectos. Si bien estos aspectos no empañan a Breaking Bad, sí que llaman la atención de las personas que ven la serie en la actualidad.

6 Los defectos de Hank nunca se abordan adecuadamente

Hank Schrader, un personaje importante desde el primer episodio, es el cuñado de Walter White y un agente de la DEA que se obsesiona con dar caza a Heisenberg y llevarlo ante la justicia. Después de una recepción inicial difícil, su humor, su giro heroico y su muerte lo convirtieron en uno de los favoritos de los fans.

No se puede negar que Hank termina la serie como uno de sus personajes más heroicos, pero tiene muchos defectos. Aunque se explora su voluntad de romper las reglas, la serie o sus personajes nunca denuncian su racismo casual, su hipocresía, el mal trato a su esposa y su acoso a una trabajadora sexual.

Breaking Bad presenta estos aspectos como partes aceptables de la personalidad de Hank, y tiende a sobresalir. En particular, algunas partes de sus tendencias a saltarse las normas se tratan como algo cómico, más que como un abuso de confianza de una persona en posición de autoridad como un agente de la DEA.

5 La visión simpática de Walter White no siempre se disipa a fondo

En muchos casos, los fans de una serie pueden llegar a ser tan protagonistas como la propia producción. En Breaking Bad, no se puede negar que Walter White es uno de los protagonistas más convincentes de la televisión, con su espiral descendente hacia la abyecta villanía desde sus humildes comienzos siendo visto como uno de los arcos mejor escritos de la televisión moderna.

Sin embargo, existe la idea entre muchos fans, defendida por partes de la serie, de que Walter White es realmente un personaje simpático, y que incluso sus peores acciones están justificadas, hasta el envenenamiento de un niño.

La mayoría de las series se basan en un protagonista simpático, pero las últimas temporadas de BreakingBad muestran que Walter puede ser convincente incluso cuando no es simpático, y está rodeado de personajes que son moralmente mejores que él. En consecuencia, se puede cuestionar el hecho de que la serie no haga más para frenar la visión de los fans de Walter como un protagonista justificado e ideal.

4 La representación de sus personajes femeninos no es la más matizada, especialmente al principio

Aunque Breaking Bad se adentra en una exploración de personajes realmente profunda, sacando a relucir facetas de las personalidades de numerosos personajes que la audiencia habría estado más que feliz de tomar al pie de la letra, Breaking Bad no siempre hace el mejor trabajo de presentar a los personajes de manera igualitaria.

Aunque, al final de la serie, algunos sostienen que Skyler White es uno de los personajes más simpáticos, atrapado en una situación horrible, no siempre fue así. Durante gran parte de la serie, fue uno de los personajes más odiados, sólo superado por su hermana, Marie.

En las primeras temporadas, las únicas mujeres que aparecen habitualmente en Breaking Bad son retratadas como esposas regañonas. Aunque ni siquiera el director de la serie, Vince Gilligan, se esperaba la reacción de Skyler, la serie se esfuerza por ofrecerle una historia interesante y una representación matizada a medida que avanza la serie, pero su escritura sigue estando un poco por detrás de los tiempos actuales.

3 La representación LGBTQ+ es especialmente escasa

Breaking Bad carece de mucha representación LGBTQ+. A pesar de que las relaciones de pareja son un tema recurrente en la serie, no se confirma que ningún personaje sea diferente a los heterosexuales. Aparte de algunas especulaciones sobre Gus Fring, sólo se sugiere que el personaje de Gale Boetticher es gay y está enamorado de Walter.

Con la ya escasa representación LGBTQ+, la serie también dirige las bromas hacia Gale -centrándose en su naturaleza afeminada-, incluso después de su muerte.

2 Una agresión sexual se desprecia con demasiada ligereza

La historia principal deBreaking Bad sigue la evolución de Walter White, que pasa de ser un profesor de química de instituto aparentemente simpático a convertirse en un despiadado capo de la droga al que su propia familia no puede querer. Como tal, los momentos clave de la historia están salpicados de actos de máxima villanía por parte de Walt.

El programa presta especial atención a varios de estos momentos, como dejar morir a Jane Margolis, envenenar a Brock y disparar a Mike Ehrmantraut sin ninguna razón. Sin embargo, Walt comete un acto despreciable antes de cualquiera de ellos al que la serie presta poca atención.

En la segunda temporada, Walt llega a casa e intenta iniciar el sexo con Skyler, que se resiste. A pesar de ser un caso claro de intento de agresión sexual, la serie le da poca importancia, tratándolo como algo mucho menor que casi cualquiera de los otros crímenes de Walt.

1 La supremacía blanca es tratada como un defecto moderado de sus villanos neonazis

Los aspectos políticos de la banda neonazi de Jack Welker -y el modo en que su contratación se refleja en Walt- no se exploran especialmente a lo largo de la serie.

Aunque los miembros de la banda son incuestionablemente villanos, la narración hace hincapié en sus actos como la razón por la que son verdaderamente malvados, y algunos miembros, como Todd, son vistos con cierta simpatía antes de ciertas acciones moralmente inaceptables.

La supremacía blanca es una fuerza aún presente en la sociedad y la política estadounidenses. En consecuencia, el uso de los neonazis como villanos no es tan casual como puede parecer, ya que la supremacía blanca es algo que hay que explorar y condenar, en lugar de una simple referencia de pasada para enfatizar la villanía de un personaje.

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