Avatar: The Last Airbender de Netflix demuestra que el público general sigue sin respetar la animación

Advertencia: El siguiente artículo sobre Avatar: The Last Airbender y la animación como medio contiene spoilers.

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La animación es mi entretenimiento favorito. Una de las últimas películas que vi fue Orion and the Dark en Netflix, y me encantó. Sin embargo, nadie habla de ella. De lo que sí habla mucha gente es de la última adaptación de acción real de una propiedad muy querida. Me refiero a la adaptación de Netflix de Avatar: The Last Airbender y a un problema mayor que ha estado revolviéndose en mi mente antes de su estreno.

Si no es real, ¿cuál es el problema?

Por alguna razón, existe la creencia colectiva de que la animación tiene que hacer el viaje mundano de una adaptación de acción real, que arrancar estos personajes más grandes que la vida y bajarlos a nuestro nivel de alguna manera legitima lo que la historia pretendía para que todo el mundo pueda disfrutar de ella. Esto ha ocurrido innumerables veces en el cine y la televisión. Algunas de las más notables son, por supuesto, los remakes de acción real de Disney. Sin embargo, la mayoría de las veces, estas adaptaciones carecen de la magia que captaron sus predecesoras animadas (excepto Pete's Dragon, que se atrevió a ser diferente).

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Ahora tenemos una nueva interpretación de acción real de Avatar: The Last Airbender, y cuantas más noticias salen, más se multiplican las preguntas que siempre me hago: ¿por qué hacer una versión de acción real? Antes de que digan nada, sí, entiendo el valor monetario , pero pregunto ¿dónde está el valor artístico ? Digo esto como alguien que, al principio, era cautelosamente optimista sobre la versión de acción real de Avatar: The Last Airbender de Netflix. El problema que tengo proviene de una creencia que tengo desde hace mucho tiempo.

Creo que la industria y el gran público nunca han dado a la animación lo que se merece. Incluso cuando este medio va más allá en lo que respecta a la narración y los personajes, nunca se le respeta como es debido. Al fin y al cabo, los temas de Avatar: El último maestro del aire son intemporales. Están contados de una forma fantástica que la animación sabe representar a la perfección.

He aquí un dato interesante: la categoría de Mejor Película de Animación en los Oscar no se creó hasta 2001. Así es, en el casi siglo de historia de los premios de la Academia, sólo tres películas de animación han sido nominadas en la categoría de Mejor Película. La primera fue La Bella y la Bestia en 1991. Pasarían 19 años antes de que Up obtuviera la segunda nominación, y eso fue todo, en última instancia. Luego, en 2011, Toy Story 3 acabó (hasta ahora) con el triplete de objetivos animados que logran el reconocimiento.

Las malas lecciones aprendidas

Han pasado 13 años desde entonces y, aunque han aparecido y desaparecido muchas historias fantásticas de animación, la industria sólo piensa en la adaptación. Hemos tenido muchas adaptaciones de acción real, cada una menos interesante que la anterior. Por desgracia, cuando una triunfa (como la Cenicienta de 2015), la lección aprendida no es mirar por qué funcionó, sino vaciar servilmente la imaginación del material fuente del siguiente remake de acción real. Por lo general, esto significa que los estudios harán una nueva versión actualizada del material original, sin vitalidad. Y aun así, los estudios y el público parecen enamorarse de ella.

Podría decirse que el mayor perpetrador de esto fue El Rey León de 2019. Las reacciones oscilaron entre lo ridículo y lo francamente idiota. Como si ser más realista de alguna manera lo hiciera mejor. Era completamente innecesario.

Esperanza para Avatar: El último maestro del aire

Afortunadamente, ha habido momentos brillantes, uno de los cuales ha sido One Piece. Con su éxito, se ha producido una oleada de nuevos fans del material original. También se ha anunciado un remake a cargo de un nuevo estudio de animación, así como un spin-off que explora más a fondo el mundo de One Piece.

Esperemos que la iteración de Netflix de Avatar: The Last Airbender continúe esta tendencia. Y cuando los Gaang hagan su último viaje de acción real, con éxito o sin él, más fans encontrarán Avatar: The Last Airbender, el original animado.