El legado de Jess Franco: Ha muerto el artista, pero siempre vivirá por medio de su obra

EL GIGANTE DEL CINE PEQUEÑO

El legado de Jesús Franco: Ha muerto el artista, pero siempre vivirá por medio de su obra 

Muere Jesús Franco a los 82 años, abandonándonos uno de los más grandes pioneros del cine underground de este país. 

No fue a media noche ni por motivos sobrenaturales acompañados de casquería, efectos especiales artesanales de bajo presupuesto o erotismo desmadrado como a él probablemente le hubiera gustado rodarla. La muerte de Jess Franco se produjo por una silencioso accidente cerebro vascular que puso fin a una carrera cinematográfica de más de medio siglo en la que rara vez se le vio paseando por esas alfombras rojas sobre las que las grandes estrellas mendigan su reconocimiento.

Rodaje

Madrileño de origen, Jesús Franco introdujo sus peludas zarpas en el mundo del cine a través de su pasión por la música, llegando a codearse con autrores de la talla de Orson Welles (junto al que trabajó como director de segunda unidad en 'Campanadas a Medianoche' o su frustrada versión de Don Quijote). Pero a él las películas que le interesaban era otras. Esas a las que difícilmente llevarías a una primera cita a no ser que te vaya el riesgo.

Basta ver que incluso las mejores películas de Jess Franco rara vez han sido nominadas para cualquier tipo de ceremonia del star system, por lo que casi se antoja como una blasfemia que el día de su muerte, personalidades como el ministro Wert se apresuren a lamentar su perdida. A Jesús Franco nunca le fueron los focos, ni los cineastas de método salidos de las grandes academias o las películas creadas con el objetivo de seducir al respetable para labrarse un hueco en la posteridad. 

 

Y sin embargo, es muy posible que su cine haya dejado más huella que el de muchos compañeros de profesión que se hicieron con las mieles del éxito solo para desaparecer con la misma intensidad que llegaron. Adalid de la subcultura, las películas de Jess Franco se gestaban en ambientes oscuros y opresivos, en los que los Hombres Lobo, enigmáticas vampiresas que se follarían a Bella, Edward Cullen y toda su familia para luego desecharlos como trapos usados y los rituales satánicos encontraban su lugar de ser. 

Tras encandilar a la opinión internacional con 'Necronomicon', Jesús Franco no tardó en ser marcado como sinónimo de cine poco ortodoxo y contracultural por cometer el peor pecado que uno puede llevar a cabo contra la industria: Rodar cine. Mucho cine. Tanto rodó que incluso hoy es día es complicado llevar la cuenta de cuantas películas llegó a realizar Jesús Franco, habiendo años en los que llegó a dirigir ocho películas simultáneamente, recibiendo recomendaciones por part de las productoras para que usase alias mediantes los que no saturar el mercado con su nombre.

La virgen y los Muertos vivientes

Entre las mejores películas de Jesús Franco (o por lo menos las más populares) encontramos títulos como 'Gritos en la Noche', La Mano del Hombre Muerto', 'El Secreto del Dr. Orloff', 'Fu-Manchú y el Beso de la Muerte', 'El Proceso de las Brujas', 'Las Vampiras (Vampyros Lesbos)', 'La Venganza del Doctor Mabuse', 'Diario Íntimo de Una Ninfómana', 'Maciste Contra el Reino de las Amazonas', 'Mujeres en el Campo de Concentración del Amor', 'El Caníbal', 'Sexo Caníbal', 'Unca de Chinos', 'Los Depredadores de la Noche', 'Killer Babys', 'Killer Babys contra Drácula'... apenas he escrito un 10% de sus títulos y ya me duelen los dedos. 

Sobra decir que el cine de Jess Franco poco tenía que ver con lo convencional y que en muchas ocasiones bordeaba el gore o la pornografía del peor gusto (cuando no se zambullía directamente en él). Y aun así, sus obras cargadas de sexplotaition y visceras han influido a un gran número de cineastas por todo el mundo, dejando una profunda huella en autores como Quentin Tarantino o Alex de la Iglesia. Considerado como el Roger Corman europeo, el inventor del cine vampírico lésbico, trató géneros como los zombies, horror quirúrgico, el sadomasoquismo o películas de prisiones de mujeres. 

Habiendo rodado videoclips para Los Planetas o Hablando en Plata, Jesús Franco continúo trabajando hasta que la muerte se lo llevó en su casa de Málaga. La muerte de su esposa y musa Lina Romay fue un duro golpe del que nunca acabó de recuperarse. Mes y medio después de su muerte, Jess Franco se ha marchado junto a ella, abandonando el mundo de los vivos dejando tras de sí toneladas de celuloide para el disfrute de los amantes de la casquería.

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