10 maneras en que Girl Meets World fue una mala secuela

En 2015, Disney Channel estrenó una secuela de la popular serie de televisión de los 90, Boy Meets World, titulada Girl Meets World. Seguía a Riley (Rowan Blanchard), la hija de Cory Matthews (Ben Savage) de la serie original, mientras navegaba por los cambios en su vida y sus amistades en medio del crecimiento.

Aunque se ganó una buena base de fans mientras se emitió, Girl Meets World no satisfizo del todo a los fans de Boy Meets World, e incluso aquellos que no eran fans de la serie original notaron algunos de sus defectos a lo largo de los años. Algunos de estos problemas se deben a que se emite en una cadena infantil, pero a veces los problemas son más profundos.

10 Shawn Hunter era algo desagradable en su primera aparición

En "Girl Meets Home for the Holidays", el mejor amigo de Cory, Shawn Hunter (Rider Strong), visita a la familia Matthews por primera vez en años. Cory está encantada, pero Riley está disgustada porque Shawn tiende a darle la espalda.

Resulta que el nacimiento de Riley hizo que Shawn se sintiera como un extraño en la vida de Cory, ya que tenían poco en común. Aunque los sentimientos de Shawn son comprensibles, su incapacidad para asumirlos le convierte en un ser egoísta. Lo peor es que Cory desestima las quejas de Riley sobre el comportamiento de Shawn, y la serie intenta actuar como si el conocimiento de Shawn sobre su nacimiento lo compensara. Afortunadamente, Shawn no tarda en comprender su estupidez y se vuelve mucho más simpático en episodios posteriores.

9 Las apariciones de Alan y Amy no aportaron nada

Los padres de Cory, Alan y Amy Matthews (William Russ y Betsy Randle) tenían defectos en la serie original. Sin embargo, eran unos padres cariñosos que trataban a sus hijos con mano firme pero apasionada.

Alan y Amy aparecen en dos episodios de Girl Meets World, pero tienen poca sustancia. Su primera aparición en "Girl Meets Home for the Holidays" sólo sirvió para presentar al hermano pequeño de Cory, Josh (Uriah Shelton). Volvieron a aparecer en el final de la serie para aconsejar brevemente a sus hijos sobre la mudanza a Londres. La representación de Amy es la de una suegra dominante hacia la esposa de Cory, Topanga (Danielle Fishel), lo que está fuera de su carácter, especialmente teniendo en cuenta la aceptación de Topanga por parte de Amy en la serie original.

8 El triángulo amoroso duró demasiado tiempo

A lo largo de la serie, Riley se enamora de su compañero de clase, Lucas Friar (Peyton Meyer). Con el tiempo, su mejor amiga, Maya Hart (Sabrina Carpenter), revela que ella también puede sentir algo por él, y todos tratan de resolver este apuro para que nadie salga herido.

Lucas no era el personaje más interesante, para empezar, y por lo tanto no había mucho que disfrutar respecto a este dilema. El mayor problema fue que se alargó demasiado a expensas del desarrollo de los personajes y de los temas serios, a pesar de varios intentos de terminarla. Para cuando terminó, la mayoría del público estaba quemado con el drama, y poco más quedaba por explorar.

7 La ventana de la bahía tenía menos valor sentimental que lo que el programa trató de construir

El penúltimo episodio de la segunda temporada sigue a Riley decidiendo si quita el ventanal de su habitación debido a que siente que está creciendo y cambiando. Así, ella y sus amigos rememoran los numerosos cambios de su infancia.

A pesar de que la serie intenta hacer de esta elección algo importante, no lo consigue porque el mirador no tiene ningún significado más allá de los acontecimientos de las chicas fuera de la pantalla. A diferencia de la clase de Feeny o el restaurante de Chubbie de la serie original, el mirador no ha existido el tiempo suficiente para que el público se forme un buen recuerdo. Además, a pesar de que Riley insiste mucho en que las cosas están cambiando, nada de esto estaba fuera de su control.

6 Cory no era el mejor profesor

En la serie original, Cory era conocido por ser un vago en la escuela. Aunque mejoró algo en las últimas temporadas, no era la bombilla más brillante de la caja.

Sin embargo, Girl Meets World hizo que Cory se convirtiera en profesor de historia, como su antiguo mentor, el Sr. Feeny (William Daniels). El hecho de que Cory sea un hombre sabio no encaja con su personaje. Además, rara vez enseña historia y deja descaradamente que su hija y sus amigos se apoderen de la clase y se desvíen de sus planes de lección sin cuidado. En el estreno de la segunda temporada, se hizo una divertida alusión a este problema con otro profesor, pero no se mostró ningún interés en solucionarlo.

5 Farkle no se parecía en nada a su padre, a pesar de los intentos del programa por construirlo como tal

Parte del grupo de amigos de Riley es el cerebrito del colegio Farkle Minkus (Corey Fogelmanis). Farkle resulta ser el hijo de un antiguo compañero de Cory en la escuela secundaria, Stuart Minkus (Lee Norris), y es conocido por ser muy parecido a su padre en su juventud.

Sin embargo, a pesar de la genialidad de Stuart, en la serie original tenía los pies en la tierra. Su enamoramiento de Topanga y sus intentos de cortejarla eran, en su mayor parte, moderados. Estos aspectos están muy lejos del comportamiento de Farkle, ya que sus excentricidades y enamoramientos de Riley y Maya eran exagerados. Aunque Farkle se suavizaba en las últimas temporadas, seguía siendo algo problemático.

4 Aprender de las citas es un arte perdido

En la segunda temporada de Boy Meets World, Cory, Shawn y otros personajes eran conocidos por salir con varias mujeres. Ninguna de las relaciones prosperó, pero a través de estas experiencias románticas, aprendieron más sobre sí mismos y con quiénes eran compatibles e incompatibles.

Girl Meets World tiene poco o nada más que su círculo de amigos. La mayoría de sus consejos sobre citas provienen de la sabiduría de Cory y no de errores genuinos. La segunda temporada introdujo otro potencial interés amoroso para Riley en la forma de Charlie Gardner (Tanner Buchanan), pero su cita ocurre fuera de las cámaras. Esto sólo enfatiza que a Riley le gustaba Lucas en lugar de que ella aprendiera más sobre sí misma.

3 El programa no logró transmitir correctamente los temas serios

La mayoría de los fans criticaron a Girl Meets World por no tratar temas serios como en la serie original. Algunos argumentaron que no podía hacerlo debido a que la serie estaba en Disney Channel.

Sin embargo, Girl Meets World sí intentó tratar temas serios como el comunismo, el autismo y el acoso escolar. Pero lo hizo muy mal. A veces, la lección estaba tan machacada que perdía todo el sentido. Otras veces, los personajes abordan un problema de forma equivocada. En varias ocasiones, al público sólo se le dicen ciertas cosas en lugar de permitirle verlas por sí mismo. Estos problemas son desconcertantes, ya que anteriores programas de Disney Channel trataban sinceramente temas serios sin apenas problemas.

2 El miedo de Riley a que sus amistades se desmoronen es exagerado

Quizá uno de los aspectos más exasperantes, pero apasionantes, de Boy Meets World era que, a pesar de que todos le advertían de que las probabilidades estaban en su contra, Cory siempre se aferraba a su amor por Shawn y Topanga. Pocas cosas hicieron tambalear su creencia, y aunque no era lógica, sí era respetable.

En varios episodios de Girl Meets World, Riley y Maya temen que su amistad no sobreviva a los cambios en sus vidas. Los espectadores tienen pocas razones para preocuparse por estos conflictos, ya que la mayoría no son especialmente significativos y han tenido estas discusiones demasiadas veces. Además, el final del episodio "Girl Meets the Bay Window" muestra que las dos seguirán siendo amigas hasta la edad adulta, lo que elimina cualquier otro interés.

1 Los personajes principales se divierten poco o nada

Aunque Boy Meets World se volvió más consecuente a medida que avanzaba la serie, eso no impidió que los personajes disfrutaran de la vida. En las primeras temporadas, Cory era un apasionado del béisbol. Él y sus amigos salían a restaurantes, jugaban al billar y tenían citas. Estas actividades no siempre tenían impacto en la trama, pero humanizaban a los personajes.

La pandilla de Girl Meets World rara vez disfruta de la vida. El público tiene poca idea de sus aficiones, y la mayoría de sus actividades divertidas son un mero medio para una lección de vida. Los personajes apenas hacen nada con su tiempo de inactividad, sino que aportan un significado profundo e innecesario a cualquier conversación. Ergo, no hay mucho que conectar con estos personajes.

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