Star Trek: El asesino ficticio del capitán Kirk recibió amenazas de muerte reales

Star Trek: Generacionespasó la antorcha entre dos épocas. Estrenada en 1994, la película lo hizo casi literalmente, poniendo por primera vez a sus dos icónicos capitanes de la Flota Estelar, Kirk de la Serie Original y Picard de Star Trek: La Nueva Generación, uno al lado del otro. La película no estaba exenta de defectos, pero su reparto era estelar. El veterano actor Malcolm McDowell fue atraído al proyecto como villano, con una oferta que no pudo rechazar. Como hombre que iba a matar al ficticio capitán James T. Kirk, McDowell no esperaba amenazas de muerte en la vida real.

La trama deStar Trek: Generaciones es oscura, pero se reduce al deseo de un científico loco de regresar a un nexo extradimensional, donde la existencia es alegre. El Dr. Soran (McDowell) es del mismo mundo que la favorita de los fans, Guinan (Whoopi Goldberg), y son sus recuerdos de él los que dan una pista a Picard sobre lo que está haciendo Soran. El primer intento de Picard de impedir el genocidio planetario de Soran fracasa, y es arrastrado al nexo junto con Soran. Dentro de esta cinta de tiempo congelado, Kirk vive una vida pacífica, y tras decidir ayudar a Picard a salvar el siguiente mundo condenado, Kirk muere en un intento exitoso de detener a Soran.

Era un material irresistible para McDowell, que ha tenido una larga y exitosa carrera en la que ha puesto en juego su capacidad dramática para el mal. Es una leyenda del cine por su papel de Alex DeLarge en La naranja mecánica de Stanley Kubrick. Tampoco es ajeno a los aficionados a los videojuegos por ser la voz del diabólico príncipe daédrico Molag Bal en Elder Scrolls Online. Pero como el hombre que derriba al capitán Kirk, McDowell vivió otra experiencia por primera vez: las amenazas de muerte de fans demasiado ávidos. Fue una sorpresa para McDowell, que evitó una ira similar dirigida a Kubrick por su película ultraviolenta.

En una entrevista de 2011 con el periodista Brian Reesman, McDowell se apresuró a explicar que no se tomó en serio las amenazas. Sin embargo, los estudios sí lo hicieron, dándole un detalle de seguridad cada vez que salía a hacer paradas promocionales de Star Trek. Afortunadamente para McDowell, las amenazas no supusieron un peligro real. McDowell bromeó con su destacamento una noche a la salida del Hotel Carlyle de Nueva York, diciendo: "Me siento avergonzado de que nadie haya intentado matarme, ¡por el amor de Dios!".

No era la primera vez que la franquicia de Star Tre k recibía amenazas. La familia de Leonard Nimoy se llevó la peor parte de la ira del fandom por Star Trek II: La ira de Khan. Spock muere en el clímax de una de las mejores películas de Tre k hasta la fecha, en una secuencia inquietante pero significativa que posteriormente dio lugar a una de las mejores reencarnaciones de la ciencia ficción. El corte original de la película no dejaba ganchos claros para el regreso de Spock, pero la ira acumulada y el renovado cariño de Nimoy por el papel suavizaron la cuestión.

Otra historia escalofriante viene de la mano de la actriz de Babylon 5 Claudia Christian, sobre un fan que llegó a su mesa de la convención vestido como un tributo de Star Trek y que le disparó con una pistola cargada de balas de fogueo. Es un fenómeno problemático que tampoco se limita a Star Trek, con fans descontentos que se infiltran en las convenciones o en la vida de los artistas para amenazarles o hacerles daño.

Harlan Ellison, el autor de "La ciudad al borde de la eternidad" de Star Trek, dio a conocer varios ejemplos de comportamientos horribles en un ensayo de 1990 titulado "Xenogénesis", incluido uno de los primeros ejemplos conocidos de ser "apaleado" cuando un supuesto fan hizo que Ellison fuera asaltado por la policía. Otro ejemplo revela que el autor de fantasía Raymond E. Feist recibió amenazas de muerte a través de su número de teléfono público. Se trata de anécdotas anteriores a la inminente era de las BBS y los foros, en la que las guerras de llamas se convertirían en un nuevo y popular "pasatiempo" entre algunos fanáticos cruelmente inclinados. En esa misma entrevista con Reesman, McDowell señaló que evitar la era de Internet probablemente había suavizado parte de la respuesta a la película de Kubrick.

En tiempos más recientes, la respuesta hostil a los Cazafantasmas de 2016 y el abuso que sufrieron Kelly Marie Tran y John Boyega por sus papeles en Star Wars demuestran que el problema nunca desaparece. También vale la pena recordar que este comportamiento proviene de una minoría vocal y no debería reflejarse en el fandom en general. Aun así, estas experiencias pueden dejar a los creadores con efectos duraderos.

Aunque McDowell superó su encuentro con el fandom sin problemas, el ritmo de cierre de cuentas de celebridades en las redes sociales y los constantes abusos en Twitter se han convertido en algo que los creadores deben tener en cuenta antes de ponerse a trabajar. Es un aspecto incómodo y extraño de la cultura pop. Con lo grande que es Star Trek, no es una sorpresa descubrir un lado más feo de su fandom. Pero siempre vale la pena denunciar ese abuso cuando se produce, para que los futuros fans y creadores puedan tener un lugar más seguro para explorar nuevos mundos valientes.

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