¿Por qué recurrimos al anime cuando necesitamos llorar?
El anime es famoso por abarcar una notable variedad de géneros, arquetipos de historias, escenarios, periodos de tiempo y mucho más. Y, por supuesto, cualquier serie de animación que se precie sabrá cómo llegar a su público a nivel emocional, resonando con el espectador de muchas maneras sentidas, desde personajes simpáticos hasta un drama devastador.
Cualquier obra de ficción bien elaborada puede hacer llorar al público, desde un cuento o un poema hasta una película de acción real o una producción teatral. Pero el anime, en particular, tiene un gran talento para hacer llorar a los espectadores de una manera única y consistente. De hecho, eso es lo que hace que muchos fans del anime vuelvan a por más. Pero, ¿cuál es exactamente el secreto de este medio?
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Parte de lo que hace que tantos animes sean tan conmovedores podría ser su amor por los extremos. Desde la dirección de las voces hasta el estilo visual y el argumento, la exageración y lo superlativo forman parte de lo que hace al anime. Un personaje enfadado no se limita a poner una cara, sino que, dependiendo del género, todo su aspecto puede cambiar -los dientes pueden volverse más afilados, los ojos más fieros, el rostro aterrador- junto con la música y la atmósfera. Las expresiones de tristeza también se elevan al máximo, con personajes que se desahogan o lloran a mares. Estas exageraciones se ven favorecidas por el hecho de que el anime es animado, lo que significa que los estilos visuales son apenas lo suficientemente irreales como para hacer que el drama y la tristeza de un personaje destaquen en contraste. Como los artistas pueden deformar a los personajes para que se ajusten a lo que sienten, sus emociones se reflejan no sólo en lo que dicen y hacen, sino también en su aspecto.
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Además, muchas de las series más populares duran mucho más que un programa de televisión típico. Estos animes de larga duración pueden dedicar decenas de episodios a desarrollar los personajes y sus historias, dando a los fans tiempo más que suficiente para encariñarse con ellos antes de matarlos. No obstante, hay que señalar que las series más cortas y las películas independientes también pueden tener una gran carga dramática. Por último, está la variedad creativa del contenido del anime, desde la ambientación y la tecnología hasta los elementos de ciencia ficción y fantasía que pueden hacer que el drama y la tristeza destaquen aún más. Si se hace mal, el drama y la tristeza pueden parecer fuera de lugar, pero si se hace bien, brillan como el sol.
Diversas series y películas de anime demuestran cómo este medio puede asestar un increíble golpe emocional a los espectadores. Por ejemplo, la famosa serie de acción fantástica de larga duración One Piece se permite el lujo de contar con muchos episodios para explorar en profundidad su escenario, su sistema de combate y sus personajes, y los espectadores pueden pasar 400 episodios estrechando lazos con alguien, sólo para verlo perecer. Cuando el As de Fuego murió en Marineford, tanto Luffy como los espectadores vieron cómo se les arrancaba un viejo amigo, lo que provocó un intenso dolor. Algo parecido podría decirse cuando el recién nacido Naruto Uzumaki perdió a sus padres Kushina y Minato al final de la franquicia Naruto , mucho después de que los espectadores establecieran un vínculo con Naruto y desarrollaran simpatía por su amarga posición de huérfano ampliamente temido.
Las series más cortas pueden aprovechar el estilo visual distintivo del anime para ofrecer un drama y una tristeza precisos y contundentes, como la serie exuberantemente animada y famosamente agridulce Violet Evergarden. Los espectadores tenían suerte si no rompían a llorar cuando Violet leía las sucesivas cartas de su madre a su joven hija tras su muerte (y la propia Violet lloraba a mares). Lapelícula de animación de Makoto Shinkai, Your Name , se presenta como una aventura de intercambio de cuerpos y como la desgarradora historia de la muerte de una chica de pueblo hace tres años, cuando un meteorito golpeó violentamente su ciudad natal. ¿Podrá Taki, un chico de ciudad, salvar la vida de Mitsuha yendo tres años al pasado en su cuerpo, y conocerla de verdad? Hay mucho en juego, tanto por el bien de la ciudad natal de Mitsuha como por los corazones de los dos adolescentes. Y, por supuesto, también para los espectadores.
