Olvídate del Mad Max de Kojima, quiero el Metal Gear de George Miller.

Según un comentario muy difundido en la alfombra roja, al director George Miller le encantaría que su fan número uno, Hideo Kojima, hiciera un videojuego de Mad Max. "Sabes, soy una de esas personas que prefiere no hacer algo a menos que puedas hacerlo al más alto nivel", dijo Miller, que tiene un papel como actor en la próxima película de Kojima, a Gaming Bible. "Acabo de hablar con Kojima [...] y él lo aceptaría, pero tiene tantas cosas fantásticas en su propia cabeza que nunca se lo pediría". Es un cortés cumplido profesional, de un autor a otro, que asume humildemente que Kojima tiene cosas mejores que hacer.

Lo primero que pensé fue que estaba de acuerdo. Independientemente de lo que pienses de Kojima y de sus juegos, no cabe duda de que tiene una visión distintiva y de que su obra lleva una fuerte impronta personal. Hacer una adaptación cinematográfica parece un desperdicio de su talento, incluso para un creador tan obsesionado con el cine. No esperarías que George Miller hiciera una película de Metal Gear Solid, ¿verdad?

Mi segundo pensamiento fue: Maldición, una película de Metal Gear Solid de George Miller sería.

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Mi tercer pensamiento fue: ¿No es un doble rasero, incluso una especie de esnobismo, considerar que Miller y Kojima están por encima de adaptar la obra del otro? Nadie pestañearía ante la perspectiva de que un famoso autor cinematográfico (como, por ejemplo, Paul Thomas Anderson) adaptara una novela (como, por ejemplo, la de Thomas Pynchon, que se rumorea que Anderson está realizando en estos momentos). Una adaptación así se ve como una conversación entre dos grandes artistas, uno aportando su propia perspectiva a la obra del otro. Pero se nos ha acostumbrado a considerar los crossovers de películas y videojuegos (y viceversa) como meras extensiones de marca, porque casi siempre lo son. (Incluido el no-malo-no-gran juego de 2015, del que Miller dijo a Gaming Bible que "no era tan bueno como [él] quería que fuera", ganándose una respuesta molesta de uno de los desarrolladores).

En sus comentarios sobre Kojima, Miller se atrevió a soñar con algo mejor. Así que sigamos con ese ideal platónico de adaptación y asumamos que es posible, aunque sólo sea porque debería serlo. ¿Es realmente Kojima el adecuado para Mad Max? No estoy seguro. El mundo de Miller es famoso por sus pocas palabras. (Anya Taylor-Joy dice que pasó meses en el plató de 's sin hablar).

Los mundos de Kojima... no son eso. La estética de Mad Max es anárquica, ruda, metalera sin disculpas. La estética de Kojima es tecnoorgánica, militarizada, siniestra pero de buen gusto. La jugabilidad de Kojima es meticulosa y está obsesionada con el detalle; el cine de acción de Miller consiste en grandes gestos sobre un lienzo vacío de desierto. Creo que Kojima suavizaría Mad Max, aplanaría su iconografía pop con demasiada construcción del mundo.

Pero al revés: imagina una película de Metal Gear con los diálogos reducidos al mínimo, el terror nuclear implícito en lugar de enunciado en monólogos filosóficos, y las imágenes aún más recargadas. Piensa en cómo sería si el talento de Miller para presentar personajes extravagantes se aplicara a los grandes antagonistas de Metal Gear, como Psycho Mantis. Piensa en la intensidad enloquecida que conseguiría que sus actores aportaran a la narrativa de espionaje operístico de Kojima. Piensa que Miller insistía en que el departamento de atrezo construyera un.

Por supuesto, nunca podría funcionar. Aparte de todo lo demás, Miller tendría que trabajar con Konami en lugar de con Kojima Productions en el proyecto, y Konami, que no ha mostrado una buena comprensión del atractivo de Metal Gear desde una agria ruptura con Kojima, podría no conseguirlo. Estoy seguro de que hay muchas razones por las que el desarrollo de la película de Metal Gear Solid se ha estancado, pero apuesto a que Konami es una de ellas.

Así que no, no estoy sugiriendo en serio que George Miller, que cumplirá 80 años el año que viene, dedique su tiempo a hacer una película de Metal Gear Solid. Él también tiene demasiadas cosas fantásticas en la cabeza. Pero imagínense. Sería lo máximo.