Olivia Rodrigo sorprende con un show triunfal en Radio City

Desde los Beatles hasta los Backstreet Boys, pasando por Billie y BTS, el concierto pop centrado en los adolescentes es a la vez intemporal y definitivamente contemporáneo, desde los gritos y las algarabías hasta las masas de fans vestidos de forma similar -con un aspecto casi militar en una mercancía a juego-, pasando por los padres complacientes que asisten y, hoy en día, los selfies y la sobrecarga social. Y fue esto último, junto con la abrumadora mayoría de público en edad de no beber, lo que hizo que el concierto de Olivia Rodrigo en el Radio City Music Hall de Nueva York fuera el más definitivamente centrado en los adolescentes de los años 2020: un apagón de wi-fi casi total, de dos horas de duración, en el recinto, tan extenso que Rusia podría haber lanzado un ciberataque y la mayoría del público habría asumido que se debía simplemente a que miles de niños publicaban selfies y vídeos.
Pero para todos los conciertos con tendencia a los adolescentes a los que hemos asistido en los últimos años -Harry Styles, Ariana Grande, Jack Harlow, Dua Lipa, Eilish, BTS y más- el de Rodrigo fue el más centrado en hablar con y para su público y grupo de edad. A pesar de todas sus diferencias en cuanto a sonido e imagen, fue la más parecida a Eilish alrededor de 2019, lo cual no es sorprendente: ambas son (o fueron) adolescentes.
Pero mientras que el atractivo de Eilish en ese momento era más bien el de la amiga guay y creativa de la clase de arte, el de Rodrigo es una relación más situacional: "Escribí esta canción en mi habitación cuando sentía que me quedaba corta para este chico que me gustaba de verdad" fue su introducción hablada para una sola canción, pero podría haber sido para muchas. Y el hecho de que su actuación se abriera con una grabación de "Olivia" de OneDirection reproducida a un volumen ensordecedor, seguida de su entusiasta versión de "Brutal", la canción que abre su álbum de debut "Sour", selló el trato.
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No hay duda de que el público estaba con Rodrigo antes de que pusiera un pie en el escenario, pero estar a la altura es una historia diferente, y lo más impresionante es la forma en que se ha convertido en una artista de nivel en un período tan corto de tiempo. Gran parte de su desenvoltura en el escenario es relativamente natural, aunque esté moldeada por su experiencia en "High School Musical", y como intérprete pareció llegar casi completamente formada con su aparición en "Saturday Night Live" hace poco menos de un año. Pero llenar una sala de la envergadura de Radio City, con su escenario superancho, es un reto mucho mayor, y ella lo hizo con una gracia fácil, utilizando poses tanto naturales como entrenadas: brazos extendidos, un salto desenfadado o un paseo decidido por el escenario, volteretas en el pelo, encorvarse para enfatizar y fruncir el ceño en las letras desgarradoras mientras se sonríe en las alegres, y sobre todo, conectar con su público. Vestida con una minifalda de cuadros, grandes botas de tacón y una camiseta sin mangas con un gran corazón en el que se leía "Happy and healthy" (feliz y saludable), recorrió el escenario de punta a punta, llevando en un momento dado una boa blanca que alguien había lanzado al escenario durante una o dos estrofas, y en otro recogiendo el teléfono de un fan y grabándose con él mientras cantaba.
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Una tarea aún más ardua es llenar un set de cabeza de cartel cuando el artista sólo tiene un álbum de 11 canciones y 35 minutos de duración, pero Rodrigo también lo consiguió. Adornó la lista de canciones con "All I Want", su canción de "High School Musical", así como con un par de versiones pop-punk estilísticamente apropiadas: "Complicated", de Avril Lavigne, que fue un adelanto de Lavigne al presentar a Rodrigo en la ceremonia de los Hitmakers el pasado mes de diciembre, y "Seether", el éxito indie de Veruca Salt de 1994, del que dijo que "salió antes de que yo naciera" y que fue la única canción del repertorio que no fue recibida con una histeria extrema. (Otras dos influencias clave, Paramore y Taylor Swift, tuvieron una presencia implícita en forma de créditos de composición a posteriori en "Good 4 U" y "Déjà Vu", respectivamente). También dio a casi todas las canciones una introducción hablada, contando historias que sirvieron no sólo de ambientación, sino como una señal para que el público sacara sus teléfonos y así no se perdiera ni una nota.
Pero el concierto también tuvo un ritmo musical cuidadoso, teniendo en cuenta su duración de menos de una hora: El éxito, "Drivers License", llegó sorprendentemente pronto; tocó "Happier" en solitario, acompañándose a sí misma con la guitarra acústica; hubo un par de interludios instrumentales de su banda femenina de cinco miembros; y también un cambio de vestuario a mitad de la actuación y tres telones de fondo diferentes: una cortina gigante de mylar que cayó a mitad de la actuación, revelando unas ondulantes cortinas blancas que cayeron un par de canciones más tarde para mostrar los equipos de iluminación.
En el momento oportuno, terminó con un par de canciones - "Déjà Vu" y "Good 4 U"- y terminó con una explosión de confeti y un gran agradecimiento: Las luces del recinto estaban encendidas y la música de la casa sonaba antes de que el confeti terminara de caer del techo.
La telonera, Holly Humberstone, obtuvo una respuesta impresionante por parte del público de Rodrigo, sobre todo teniendo en cuenta el número de canciones lentas de su actuación y el hecho de que actuó completamente en solitario, acompañándose a sí misma con la guitarra y el teclado (junto con pistas de acompañamiento pregrabadas). La joven británica de 22 años sólo cuenta con un par de EP y un puñado de singles en su discografía, pero un grupo de fans se agolpó en la parte delantera del escenario y su primer single, "Deep End", obtuvo una respuesta totalmente espontánea por parte del público.
