Obi-Wan Kenobi 'Parte III' falla en un momento que todos esperábamos
Esta discusión y reseña contiene spoilers de Obi-Wan Kenobi episodio 3, "Parte III", en Disney+.
Tras los excelentes dos capítulos iniciales del evento de la serie limitada Obi-Wan Kenobi de Disney+, no sabía qué esperar de la "Parte III". Y eso es parte de lo que la hacía tan emocionante: la serie ha hecho zig cuando esperaba que hiciera zag, sacándonos de las conocidas arenas de Tatooine al final del primer episodio, presentando a una joven princesa Leia como nuestra segunda protagonista, y burlándose de la misteriosa obsesión que Reva tiene con el cabizbajo Jedi. Desgraciadamente, estoy decepcionado por lo familiar que me resultó gran parte de la "Parte III", e incluso cuando me sorprendió la rapidez con la que obligó a Obi-Wan a enfrentarse a Vader, el esperado enfrentamiento careció de pulido, estructura y participación.
Me gusta que "Parte III" comience con más peticiones de ayuda sin respuesta de Obi-Wan Kenobi a su antiguo mentor, Qui-Gon Jinn. No tengo ninguna duda de que veremos a Liam Neeson retomar su icónico papel de alguna manera cuando Obi-Wan esté en su punto más bajo, lo cual, a juzgar por la forma en que terminó este episodio, podría estar a la vuelta de la esquina. Teniendo en cuenta lo importante que fue para Luke entrar en comunión con el fantasma de Obi-Wan en El retorno del Jedi, esto crearía otra capa de simetría en una serie a la que le encantan las referencias poéticas.
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Este momento se intercala con tomas de Darth Vader siendo "ensamblado", inclinándose fuertemente hacia el Frankenstein de todo ello. Ya hemos visto este tipo de tomas antes, pero algo en esta ocasión lo hace sentir aún más siniestro y antinatural: más allá de los complejos circuitos que lo mantienen vivo, lo único que lo alimenta es la pura rabia. La serie está añadiendo más al mito que Vader creó para sí mismo entre las dos trilogías, junto con las representaciones en Rebels, Jedi: Fallen Order y Rogue One. Esta escena también nos muestra que Reva tiene una línea directa con Vader, para sorpresa de sus compañeros Inquisidores. Espero que la serie sea capaz de dar el salto a su personaje, porque me fascinan las migajas que ha dejado caer hasta ahora.
Un dulce momento en el que Leia siente curiosidad por la Fuerza y le pide a Obi-Wan que se la explique remata el excelente comienzo del episodio. "¿Alguna vez has tenido miedo a la oscuridad?", pregunta Obi-Wan. "¿Qué sientes cuando enciendes la luz?". Es una forma bonita y sencilla de explicar lo inexplicable a un niño, y me alegró que consiguiera arreglar el droide L0-LA59 de Leia, alias Lola. Con BB-8, Chopper, K-2SO y BD-1, la era moderna de Star Wars ha estado repleta de robots geniales.
Lamentablemente, la "Parte III" tiene algunos problemas una vez que la pareja ha llegado a Mapuzo, que podría ser uno de los planetas menos inspirados que he visto en toda la Guerra de las Galaxias. Parece la vista que tendrías desde cualquier gasolinera a 50 kilómetros de Los Ángeles. Aunque me encantaron las luces de neón y la suciedad de Daiyu, este lugar era totalmente inolvidable y, sinceramente, de aspecto bastante barato, lo que es una pena teniendo en cuenta que el episodio trata de dejar caer algunos momentos realmente importantes aquí.
Obi-Wan tiene visiones de un Anakin de la era de la Venganza de Sith, lo que de nuevo alimenta la naturaleza sobrenatural que está asumiendo Vader. A esto le sigue una serie de conversaciones olvidables y mal escenificadas en las que Obi-Wan y Leia intentan ocultar sus identidades a un grupo de soldados de asalto. Todo esto resulta demasiado familiar, incluso cuando Obi-Wan suelta casualmente la noticia de que recuerda atisbos de su familia pre-Jedi, incluido un hermano. Mi instinto me dice que se trata de una frase desechable, pero puedo imaginarme un mundo en el que esto se convierta en algo mucho más sustancial.
Tras escapar de las tropas y desactivar la peor barricada láser del mundo, se ponen en contacto con Tala, una oficial imperial que se ha unido a la proto-Rebellion después de presenciar los atroces actos del Imperio de primera mano. Está interpretada por la excelente Indira Varma, a quien la mayoría reconocerá como Ellaria Sand de Juego de Tronos. Para los que sigan la pista en casa, se une a Pedro Pascal, de The Mandalorian, a Jessica Henwick, de The Force Awakens, y a Keisha Castle-Hughes, de Revenge of the Sith, como miembros de la Casa Martell que han llegado a una galaxia muy, muy lejana.
Este episodio finalmente llega a su punto de ebullición cuando los Inquisidores llegan a la aldea en la que se esconden nuestros héroes, aunque esta vez Darth Vader se ha unido a ellos. Ver la expresión de terror en la cara de Obi-Wan al sentir esta presencia del mal se suma al excelente trabajo no verbal que Ewan McGregor ha estado haciendo durante toda la temporada. La entrada de Vader coincide con ese terror: cuando llega, es un monstruo, y está rodado como tal. Su respiración icónica y antinatural, la música ominosa y los actos aparentemente aleatorios de violencia extrema muestran la leyenda del mal en la que se ha convertido. Mientras que la presencia de los inquisidores en Tatooine era intimidante, la de Vader aquí está en un nivel totalmente diferente.
Obi-Wan intenta huir para que Leia y Tala tengan tiempo de escapar, pero Vader lo encuentra rápidamente. Pero aunque esta escena tiene destellos de brillantez, al final resulta increíblemente desordenada. Entiendo que no es poca cosa cargar con el peso de décadas de anticipación, pero el escenario, el encuadre y los ritmos aquí se sintieron abofeteados. Enfrentamientos como este en el Imperio y en Jedi hacían un gran trabajo al crear una sensación de lugar que ayudaba a alimentar la tensión, pero aquí no obtuve nada de eso de los montículos de tierra y los contenedores de chatarra esparcidos por este... ¿desguace? ¿Instalación minera? ¿Excavación? El hecho de que ni siquiera esté seguro de lo que era este lugar es revelador en sí mismo.
Me gustó que Obi-Wan se viera superado, luchando por defenderse con las dos manos en su sable mientras Vader le hacía tambalearse sin esfuerzo. Me gustó el intercambio con Obi-Wan gritando: "¿En qué te has convertido?" y Vader respondiendo fríamente: "Soy lo que tú hiciste de mí". Pero esos breves momentos no pudieron mitigar mi decepción por la ejecución, por lo demás descuidada, de una escena muy esperada.
El enfrentamiento termina con una nota igualmente baja. Mientras Vader arrastra a Obi-Wan hacia el fuego para reflejar lo que le había sucedido una década antes, Tala aparece, efectúa algunos disparos y consigue salvar a Obi y escapar. Entiendo que a veces los personajes necesitan que su poder se reduzca para adaptarse a la situación actual, pero teniendo en cuenta lo mucho que acabamos de ver a Vader destrozar una ciudad entera, no creo que unos cuantos disparos de blaster y unas llamas que le lleguen a la cintura le impidan conseguir su venganza 10 años antes.
Como la mayoría de los puntos intermedios de Star Wars, Obi-Wan Kenobi termina con un bajón. A pesar de que no me ha gustado mucho este episodio, estoy contento con la situación actual. Las piezas están aquí para una segunda mitad de la historia realmente convincente. Ahora que Reva tiene a Leia, tengo curiosidad por saber qué piensa hacer con ella. ¿Se enfrentará Vader a su hija sin saberlo? ¿Reva revelará más sobre su historia y sus motivaciones? ¿Y será esta derrota el catalizador que necesita Obi-Wan para poder comunicarse finalmente con Qui-Gon? Sinceramente, mientras salgamos de este aburrido planeta de Palm Springs, seré feliz.
