La residencia de Adele en Las Vegas se inaugura con la presencia de Tim Cook de Apple, James Corden y Baz Luhrmann

Las disculpas están de moda estos días cuando se trata de entradas para conciertos difíciles de conseguir. Y Adele, cuya esperada residencia en Las Vegas arrancó el viernes (18 de noviembre) en el Colosseum del Caesars Palace, no se libró de las suyas: "Siento de verdad las molestias y la decepción que he causado, pero estamos aquí esta noche y juntos", dijo desde el escenario. Retrasar la carrera, añadió, "ha sido la mejor decisión que he tomado".

Fue un recordatorio del largo camino hasta el Coliseo. Aunque en un principio estaba previsto que el espectáculo comenzara en enero, los problemas de producción -y la insatisfacción de la propia Adele con la puesta en escena- provocaron un retraso de nueve meses, durante los cuales circularon rumores que sugerían que el espectáculo podría cambiar de sede o cancelarse por completo. "Me gustaría dar las gracias al Caesars porque se ha escrito mucha mierda sobre mí desde que cancelé esos espectáculos", dijo Adele. "El noventa por ciento es completamente inventado, pero ni una sola vez [el Caesars] hizo ninguna pregunta", se defendió Adele, remarcando que tratar con los negocios es la parte de su trabajo como cantante de renombre mundial que no siempre disfruta: "Por eso me voy a la mierda durante seis años seguidos", se quejó.

A decir verdad, nadie se quejó. En todo caso, los 4.100 asistentes -entre los que se encontraban James Corden, el director Baz Luhrmann, el consejero delegado de Apple, Tim Cook, y el artista británico Stormzy (sentado con el novio de Adele, Rich Paul), así como Rob Stringer y Afo Verde, de Sony Music Group, y el ejecutivo de CBS, Jack Sussman- estaban audible y visiblemente emocionados por formar parte de la noche de estreno de Adele, como demuestran sus gritos y sus frecuentes ovaciones.

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Aun así, Adele estaba nerviosa, y lo dijo al principio del espectáculo mientras entonaba "Hello" y calentaba la voz. "Estoy tan asustada y tan feliz", confesó, antes de preguntar retóricamente: "¿Cómo estáis todos?".

Adele explicó que quería que el espectáculo "empezara en pequeño", sólo con ella y un piano. También advirtió al público de que los temas de moda eran escasos, por lo que había que aprovechar la oportunidad de bailar cuando llegara un tema de ritmo alto: "No sé en qué estaba pensando", dijo sobre la carga de baladas en el espectáculo.

"Tengo muchas cosas que contar", continuó Adele con su característica broma: "Es una semana muy importante para mí: el domingo es el final de 'Walking Dead'. Y son los Grammys y la Copa del Mundo... Estoy hablando tanto porque estoy muy nerviosa"."De hecho, bromeó y contó historias al público durante un total de casi 30 minutos durante las dos horas de espectáculo, en las que habló de todo, desde el tiempo (inusualmente frío en Las Vegas) hasta su "amor por sentarse", pasando por el descubrimiento de la música y la mecánica del espectáculo, e incluso alegró la noche a dos miembros del público canadiense al reasignarles los peores asientos de la sala al centro de la orquesta (piensa repetir la hazaña en futuros espectáculos), y a unos cuantos fans más les disparó camisetas con una pistola. (Al lado del recinto hay una tienda de Adele en la que se venden productos y chucherías y se exhibe una selección de sus vestidos y premios).

Repasando sus grandes éxitos - "Easy On Me", "Rumour Has It", "Send My Love", "Skyfall", "Set Fire to the Rain", "When We Were Young", "Someone

Pero lo que realmente hizo que el espectáculo mereciera la pena fue la promesa de Adele de que sería una experiencia íntima. La razón por la que quería tocar en una sala pequeña era para estar cerca de vosotros", dijo durante un emotivo momento antes del bis ("Rolling in the Deep" y "Love Is a Game"). "Estaba dando vueltas por Londres cuando tenía 21 años y escribí un álbum que acabó cambiando mi vida", continuó Adele, "no tenía ni idea de que mi vida acabaría convirtiéndose en lo que es. Cada día tengo una experiencia extracorporal".

Se podría decir lo mismo del público del viernes por la noche.