La mejor parodia oficial de La Guerra de las Galaxias impresa: Tag & Bink
La autoparodia es un arte poco común. Hay que amar algo sinceramente y, al mismo tiempo, ser tan consciente de ello como para señalar salvajemente sus excéntricos defectos. Sin embargo, Kevin Rubio y Lucas Marangon estuvieron a la altura de la tarea, gracias en parte al corto falso documental de Rubio, Troops. El corto, una parodia de Cops ambientada en La Guerra de las Galaxias, se hizo tan querido que incluso George Lucas reconoció con un guiño que el fan film era canónico a sus ojos. Sin embargo, lo mejor estaba por llegar en las páginas del cómic más atrevido y loco de Dark Horse sobre Star Wars, Tag & Bink.
La serie, que comenzó con el nombre de Tag & Bink Are Dead, pasó a llamarse simplemente Tag & Bink Were Here. Es un título bastante apropiado, ya que los protagonistas Tag Greenley y Bink Otauna se convierten en los Rosencrantz y Guildenstern de la saga Skywalker. Si algo va mal o surge un extraño percance, estos dos adorables idiotas son probablemente los responsables. Desde dar a Anakin Skywalker consejos para ligar en Naboo hasta ayudar a entregar los planos de la Estrella de la Muerte de manos del difunto Manny Both-Hanz, pasando por hacer explotar a C-3PO como venganza, la lista es interminable.
Los protagonistas en sí no son inicialmente profundos, pero lo compensan con creces por lo humanamente que están escritos. Puedes escuchar a estos tipos hablando en tu cabeza en cuestión de segundos, cada uno como un hermano de otra madre, aunque distintos entre sí. Tag es el arrogante corelliano con una pizca de cobardía frente a gente como Vader, mientras que Bink intenta ser más lógico, pero no se resiste a ponerse de mal humor bajo presión. Son un dúo cómico de manual y funcionan a la perfección en medio del elenco de bichos raros icónicos que los rodean.
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La escritura de Rubio es magnífica, ya que capta el tono no sólo de las películas, sino de lo que la gente siente por ellas. Fuera de fanfics como el Especial Leche Azul, es raro ver una representación tan cándidamente absurda y a la vez tan consciente de la ambientación. Mientras que ciertos extras de fondo pueden ser interpretados para reírse, los cameos más importantes como el Almirante Motti y Lando Calrissian están en consonancia con sus representaciones originales. Es ese cuidadoso acto de equilibrio lo que hace que la historia sea legítimamente atractiva.
Aunque es obvio que Tag y Bink están condenados a sobrevivir a las innumerables batallas, lo que hace que te importe es lo que añade fuerza a todo esto. A pesar de lo implacablemente irónico que es todo, capta esa rara energía de la comedia de Espacio Final y Archer, pero en Star Wars. En lugar de forzar la comedia, gran parte de ella se extrae del reconocimiento de lo que las películas tratan de eludir o de lo que los fans han hablado durante años. Y lo que es mejor, profundiza en los retcons de las precuelas, tanto metatextualmente, con su propio tema de precuelas repentinas con historias de fondo rápidamente alteradas para los protagonistas, como en la propia narrativa. Los Fetts, en particular, son ridiculizados en más de una ocasión. Incluso hay un gag que resulta más divertido ahora después de un momento ridículo en El ascenso de Skywalker.
Pero nada de esto importaría si el arte no estuviera a la altura. Afortunadamente, Marangon lo consigue. Tag & Bink es denso en cuanto a la cantidad de gags visuales, sketches de fondo y otras capas cómicas que se incluyen en cada panel. Mientras que Rubio se centra en los chistes centrales de Star Wars, Marangon se pone en plan Mel Brooks. En este cómic hay de todo: es increíble que no les hayan demandado. MST3K aparece junto a Buzz Lightyear como si fuera Quién engañó a Roger Rabbit. Hay toda una serie de parodias musicales como "Jedi on the Roof" y "Menace of the Opera". Jay y Bob el Silencioso son Caballeros Jedi. También encontrarás guiños a las numerosas contribuciones de Dark Horse, incluso las más tontas como "Skippy el droide Jedi".
Se podría pensar que con toda esta indulgencia el cómic estaría sobrecargado, pero como antes, Rubio y Marangon mantienen un equilibrio del que los propios Jedi podrían aprender. Puedes centrarte en los chistes y en la encantadora comedia de Tag y Bink o simplemente pasar por cada página para encontrar las docenas de chistes visuales que se esconden. Es el tipo de cómic al que se puede volver, sólo para tener una nueva experiencia. Es un testamento de la habilidad del equipo creativo, que lo hace todo con pasión. Y desde la adquisición por parte de Disney, han hecho la transición a figuras canónicas en la nueva línea temporal, aunque su escena fue cortada del estreno en cines de Solo.
Lo que empezó como un simple cómic de broma se ha convertido en una cápsula del tiempo del fandom y la ambientación de la serie en su mejor momento, a mediados de la década de 2000. Nunca se amarga ni se enfada por los problemas de crecimiento de la franquicia. En lugar de dejar que cualquier giro no deseado los desanime, los protagonistas de Tag & Binksiguen intentando abrirse camino en una galaxia salvaje e impredecible. Es un sentimiento que el fandom necesita ahora más que nunca, y estoy increíblemente agradecido de que siga estando disponible para leer a día de hoy. Así que si necesitas algo que te aligere el ánimo en tus viajes por la galaxia, ¡hay pocas opciones mejores que Tag & Bink!
