La franquicia de las Tortugas Ninja es la más duradera de la cultura pop

En 1984, Kevin Eastman y Peter Laird crearon algo extraño y maravilloso en forma de familia. Cuatro hermanos y un padre que se enfrentaban a robots asesinos, monstruos y mucho más. Eran las Tortugas Ninja Mutantes y, desde 1984, han hecho lo imposible por mantener su relevancia.

Mi relación con Heroes in a Half Shell comenzó cuando era un chaval que crecía en Irlanda. Veía las aventuras de Leonardo, Miguel Ángel, Donatello y Rafael en RTÉ2, y me encantaba cada momento. Mi favorito siempre ha sido Rafael, que nunca ha cambiado, y me encantaba la comedia alocada y salvaje de la serie. A medida que crecía, sin embargo, me di cuenta de que mi amor nunca decaía. Cada dos años aparecía una nueva iteración, que reavivaba mi interés.

Eso ha continuado hasta la última iteración, Teenage Mutant Ninja Turtles: Mutant Mayhem. Disfruté mucho con las travesuras de la película, pero lo que más me gustó fue el giro final. Estos adolescentes pueden llegar a ser adolescentes normales. Iban a la escuela, y puede parecer una tontería, pero ver a estos personajes disfrutar de un día normal fue sorprendentemente dulce y sin duda mi parte favorita de la película.

10 maneras de revitalizar la franquicia de las Tortugas Ninja Mutantes

Película de las Tortugas Ninja con tortugas realistas hecha por fans

Las Tortugas Ninja son esos raros personajes que no pasan de moda. Incluso en los tiempos oscuros (las películas de Michael Bay sobre las TMNT y la serie de acción real Ninja Turtles: La próxima mutación), hubo momentos brillantes. Puede que las películas de Bay fueran terribles, pero las tortugas seguían siendo geniales. La escena del ascensor de la primera película es un microcosmos de por qué las tortugas son tan geniales, pero no fue ahí donde se me ocurrió la idea.

Mi creencia arraigó en mi mente cuando vi la iteración de 2012. Esta serie CGI seguía a las tortugas desde su primer día en las calles de Nueva York y celebraba cada elemento de la larga historia de la franquicia. Los personajes contaban con historias nuevas e interesantes, sin perder de vista lo que hacía a estos bichos raros tan atractivos. Las interpretaciones fueron de primera y las historias, de las más oscuras que hemos visto nunca, añadieron más capas a este increíble tapiz que se tejió hace tantas décadas.

Entonces, para completarlo, empecé a leer la fenomenal serie de IDW sobre las Tortugas Ninja Mutantes y me quedé alucinado. No podía creer cómo se había conseguido. Nuevos ángulos, nuevos giros y mucho más hicieron de esta serie la definitiva para los fans de las Tortugas Ninja. Aún no he terminado. Me estoy tomando mi tiempo, asimilando cada nuevo volumen y disfrutando de lo que ofrece, historia tras historia.

La franquicia TMNT también rompió una antigua maldición: introdujo un nuevo miembro en el grupo, una nueva tortuga, y era una chica. Pero el fandom no implosionó. No me refiero a Venus de Milo, aunque creo que ya se ha unido oficialmente a la banda en los cómics. Hablo, por supuesto, de Jennika, un personaje que ha sido (al menos desde mi punto de vista) universalmente acogido por el fandom. Todo un logro, sobre todo en los tiempos que corren.

Las Tortugas Ninja son una increíble anomalía en la cultura pop. Han conquistado el cine, los videojuegos, la televisión y los cómics. Pero lo más importante es que cada generación tiene sus tortugas y su historia para recordar con cariño. Tanto si eres fan de la serie Teenage Mutant Ninja Turtles de 2003 como de la impecablemente animada Rise of the Teenage Mutant Ninja Turtles, hay un sabor para todos los gustos. Uno de los mejores elementos de todas estas iteraciones es que cada una tiene un tema de apertura único pero familiar, que suele ser pegadizo a más no poder.

En 1984, cuando Eastman y Laird crearon a Leo, Raph, Mikey, Donnie y Splinter, lo hicieron para burlarse de otros héroes. Me gusta pensar que miran hacia atrás a su legado y saben que crearon algo universalmente entretenido y atemporal. Es un logro poco común y por el que muchos artistas luchan, y creo que con el poder de la pizza, el amor fraternal y el poder de las tortugas, lo mejor aún está por llegar.