E.T.: 10 cosas que siguen vigentes desde 1982

Es una de las películas más queridas del cine y a menudo se la cita como la más conmovedora y eufórica de la legendaria carrera de Steven Spielberg. E.T. el Extraterrestre cautivó al público cuando se estrenó y sigue haciéndolo hoy en día. La historia de Elliott y su amigo extraterrestre hizo mucho más que aumentar las ventas de Reese's Pieces: inspiró décadas de adoración por parte de los fans y ayudó a consolidar a Spielberg como uno de los mayores talentos de Hollywood.

Por increíble que parezca, E.T. llegó a derrotar a La guerra de las gal axias para convertirse en la película más taquillera de todos los tiempos, y mantendría ese récord durante 11 años, sólo para ser superada por otra obra maestra atemporal de Spielberg: Parque Jurásico. Si echamos la vista atrás a esta aventura intergaláctica, hay muchas razones por las que este alienígena abrazable y su historia seguirán estando a la vanguardia del cine de ciencia ficción para siempre.

Es quizás el aspecto más maravilloso y asombroso de E.T. el Extraterrestre: La magnífica partitura de John Williams toma una película expertamente elaborada y repleta de imágenes deslumbrantes y la convierte en una de las grandes aventuras de ciencia ficción de todos los tiempos.

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La banda sonora de Williams, mágica y a veces inquietante y desgarradora, ganó el premio de la Academia a la mejor partitura original. Casi 40 años después, la música de la impresionante aventura alienígena de Spielberg sigue siendo una de sus cualidades más destacadas.

En 1982, Steven Spielberg había demostrado con creces su capacidad como director de cine. Incluso lo había hecho como director de ciencia ficción con Encuentros cercanos del tercer tipo, de 1977. E.T. no haría más que consolidar a Spielberg como uno de los grandes, y aunque el director de Tiburón ha llegado a ser conocido como el rey del cine familiar, pocas de sus películas pueden igualar a E.T. cuando se trata de tocar el corazón de los espectadores.

La impresionante acción, las inspiradoras interpretaciones y el ritmo estelar son ejemplos de un maestro en su trabajo. Spielberg tiene uno de los currículos más impresionantes de la historia del cine, y E.T. muestra a la leyenda en su mejor momento.

Desde Dee Wallace como la cariñosa y comprensiva madre de Elliott, hasta el joven Henry Thomas como el propio Elliott, E.T. el Extraterrestre está llena de interpretaciones creíbles, conmovedoras y, sobre todo, cautivadoras.

Drew Barrymore, por supuesto, dejó su huella como estrella infantil en la película, mientras que el breve papel de Erika Eleniak la preparó para una carrera en Hollywood como actriz y modelo, y Robert McNaughton se ganó múltiples premios de actor joven por su papel como hermano de Elliott. Tampoco podemos dejar de mencionar a Pat Welsh, ya que su interpretación vocal del alienígena titular sigue siendo una de las cualidades más duraderas y entrañables de la película.

La tolerancia y el crecimiento constituyen el núcleo de la historia de E.T., siendo ambas ideas habituales en las películas de Spielberg. Elliott, el solitario que encuentra a su amigo en un lugar inusual, es una historia atemporal que resuena en el público de cualquier generación.

Algunos críticos incluso vieron similitudes entre E.T. y la historia bíblica de Jesús, aunque Spielberg las descartó, y si los paralelismos eran prominentes, probablemente habrían frenado el alcance de E.T. en todo el mundo, y quizás incluso habrían limitado la capacidad de la aventura de ciencia ficción para envejecer con tanta gracia como lo ha hecho.

Otro de los cuatro componentes de E.T. ganadores del Oscar, los efectos visuales de la película son posiblemente lo más impresionante de la película cuando la ve el público moderno.

Desde el diseño de E.T. hasta las fenomenales bicicletas voladoras, el clásico de Spielberg ofrece una secuencia asombrosa tras otra, y a diferencia de muchas películas de ciencia ficción que llegaron en los años posteriores, no hay espectáculos visuales dentro de E.T. que rompan la inmersión del espectador. E.T. el Extraterrestre consigue mantener su magnífica sensación de asombro en todo momento, y esto es en gran parte gracias a su innovador trabajo de efectos especiales.

Steven Spielberg nunca ha sido ajeno a la acción al límite -después de todo, es el hombre que dirigió Tiburón- y algunas de las secuencias más espeluznantes de E.T. son simplemente una prueba más de la increíble habilidad de Spielberg a la hora de subir las apuestas.

Ver a los chicos y sus bicicletas despegar con E.T. pilotando desde la cesta es una de las escenas más icónicas y emocionantes del cine, y tanto si es la primera vez que la ves como si es la número trescientos, la persecución es un espectáculo realmente encantador que dejó sin aliento a muchos espectadores en 1982.

E.T. el Extraterrestre tiene todos los ingredientes de una película conmovedora y saludable, pero la belleza de la película sigue siendo uno de sus aspectos más subestimados. Allen Daviau debutó en el cine como director de fotografía de E .T. y sus esfuerzos por hacer de E.T. una película muy agradable a la vista le valieron varias nominaciones a premios.

Con su primera película, Daviau demostró realmente su habilidad. Se convertiría en un colaborador habitual de Spielberg, prestando su talento a El color púrpura y a El imperio del sol, protagonizada por Christian Bale.

El diseño de sonido de E.T., un aspecto de la película que es discutiblemente mucho menos notable que los componentes premiados habituales, es tan vital como cualquiera de los ingredientes de la película.

Los tonos de esta aventura de ciencia-ficción ganaron el Oscar al mejor sonido y al mejor montaje de sonido, lo que, unido a la eléctrica partitura de John Williams, hace que el clásico de Spielberg siga siendo una delicia tanto para los oídos como para los ojos.

El guión de E.T. de Melissa Mathison, nominado al Oscar al mejor guión original, es el punto de partida de la aventura extraterrestre, y todo, desde los inolvidables diálogos hasta la propia historia, se mantiene perfectamente bajo el escrutinio actual.

Spielberg recibe la mayor parte del crédito por la obra maestra que es E.T., pero la elaboración de la historia por parte de Mathison y su capacidad para crear una sensación de maravilla en la página merece mucho más reconocimiento del que recibe actualmente.

A pesar de que Steven Spielberg declaró que la marioneta original de E . T. era algo que "sólo podía querer una madre", el adorable alienígena pasó a cautivar los corazones de niños y adultos por igual tras el estreno de la película en 1982. Con un diseño del oscarizado artista de efectos Carlos Rambaldi y unos atractivos ojos creados por el personal del Instituto Ocular Jules Stein, E.T. se convirtió en una de las criaturas más reconocidas de la historia del cine.

Gracias al minucioso trabajo y a los detalles que se emplearon en la creación del alienígena, el pequeño ser intergaláctico tiene tan buen aspecto hoy como a principios de los años ochenta.