Esta mujer monta una galería de penes para denunciar el acoso

TE LO PENSARÁS DOS VECES ANTES DE ENVIAR OTRA FOTOGRAFÍA.

Esta mujer monta una galería de penes para denunciar el acoso

La manera en que se conjuga el sexo con la mirada del poeta, el trazo del pintor como caricia prohibida. La sublimación del sexo grabado en un encuadre. El Eros en la mirada de quien contempla la obra. El arte siempre ha sido destinatario de nuestras pulsiones, manteniendo un diálogo libidinoso con nosotros. Tal vez por esta razón, Whitney Bell haya tomado la determinación de convertir las fotografías de penes no solicitados en protagonistas de una exposición. Una galería de penes.

“La cosa empezó cuando un tío con el que me veía me envió una foto en la que aparecía la sombra de una polla. Se lo enseñé a una amiga, quien me dijo que la foto era tan bonita que debería estar en un museo. Entonces se me ocurrió montar una galería de pollas.”

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Más de treinta pollas hiniestas engalanan las paredes de esta peculiar galería de arte. Son fotografías no solicitadas que expresan la lujuria y soberbia de quienes las comparten pero también el acoso. La inseguridad. Bell dispuso esta galería como si fuera su hogar, un espacio doméstico que podría confundirse con el nuestro, con la particularidad de que las paredes están repletas de falos enmarcados. De todos los tamaños y colores. Unos adornos que transmiten, debido a su contexto, la incomodidad que puede llegar a sentir cualquier individuo cuando recibe una fotografía íntima no solicitada.

“Con esto no pretendo lanzar un mensaje de odio hacia las pollas o a los hombres. A mí me gusta una buena polla, lo que no me gusta es el acoso, que es lo que pretendo transmitir con esto. Yo no he pedido que me mandaran ninguna de estas fotos. He pedido fotos de pollas, sí, pero no me interesa ver la de un tipo al que no he visto en mi vida o de alguien con quien he estado una vez.”

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Para Bell, el envío sin solicitud de penes no responde a una cuestión de sexo, sino de poder. Los hombres que comparten las imágenes de sus miembros erectos sin pedir permiso encuentran placer en la sensación de control. En saber que han obligado a una mujer a ver sus pollas.

Ahora, Whitney Bell las expone en su peculiar galería. Una galería de penes. Y de penas, las miserias de una generación de hombres que no se reconocen como acosadores. 

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