El propietario de Studio 54, Mark Fleischman, muere por suicidio asistido en Suiza
El antiguo propietario de Studio 54, Mark Fleischman, ha muerto por suicidio asistido en Suiza.
Se produce después de que el anciano de 82 años sufriera una enfermedad degenerativa desconocida desde 2016, que lo había visto recientemente confinado a una silla de ruedas.
Su esposa, Mimi Fleischman, confirmó el miércoles (13 de julio) la muerte de su marido en un post de Facebook: "Quería haceros saber que Mark ha fallecido valientemente y en paz", escribió.
El Sr. Fleischman reveló sus planes de viajar a la clínica sin ánimo de lucro Dignitas, cerca de Zúrich, con su esposa para poner fin a su vida, el mes pasado.
Durante casi 20 años, Mark Fleischman fue mi compañero en el legendario Century Club. Así que decidimos hacer una estela de vida...
Publicado por Danny Fitzgerald el martes 12 de julio de 2022
"Quieren estar seguros de que estoy tomando la decisión por mí mismo", dijo entonces al New York Post. "Después de leer mi material, me hicieron algunas preguntas para asegurarse de que iba en serio. Tuve que presentar una declaración jurada ante notario en la que afirmaba que quería morir. Tuve que ir a un psiquiatra y me confirmó que estoy en mi sano juicio".
"No hay que avergonzarse de lo que hago", añadió. "Es adecuado y razonable a mi edad. He hecho de todo y he estado en todas partes y he conocido a todos los que quería conocer".
Fleischman compró Studio 54 en Nueva York en 1980 a los propietarios originales, Steve Rubell e Ian Schrager, después de que fueran condenados por evadir más de 700.000 dólares (591.430 libras) en impuestos.
Lo reabrió en 1981 y lo dirigió hasta 1986. "Fui el cabecilla durante casi cuatro años y me intoxiqué con la escena", escribió en unas memorias de 2017.
"Cada noche, celebridades y mujeres despampanantes se abrían paso entre la multitud para beber champán y compartir líneas de cocaína con mi pajita de oro o billetes de cien dólares enrollados".
El legendario club nocturno abrió sus puertas en 1977 y pronto se convirtió en el lugar más caliente de EE.UU., con la presencia de artistas como Keith Richards de los Rolling Stones y David Bowie.
