El mayor error de Halo sigue siendo contar la historia del Jefe Maestro - The Escapist

La segunda temporada de Halo está casi terminada y muchos fans coinciden en que ha mejorado mucho con respecto a la primera. Sin embargo, Halo sigue estando lejos de ser la adaptación de videojuegos que Paramount+ imaginó cuando dio luz verde a la serie, y todo por culpa del Jefe Maestro.

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A primera vista, esto no tiene mucho sentido. John-117/The Master Chief no sólo es el protagonista de la franquicia Halo, sino también uno de los personajes más icónicos de la historia de la cultura pop. Es más, la interpretación del Jefe Maestro por parte del actor Pablo Schreiber suele citarse como uno de los mejores momentos de la serie de Paramount+, incluso entre sus detractores. Entonces, ¿cómo puede ser el Jefe Maestro el problema?

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Es simple: no solo hemos visto la historia del Jefe contada antes, sino que, como jugadores, hemos ayudado a contarla. Ahora se nos pide que nos sentemos y dejemos que otros tomen el relevo, y eso no está bien.

El Jefe Maestro no es el único problema de la segunda temporada de Halo

Hay que reconocer que no es justo achacar todos los problemas de las temporadas 1 y 2 de Halo al Jefe Maestro. Se podría argumentar que volver a contar la historia de John-117 habría sido mucho más satisfactorio si se hubiera abordado de otra forma. Los directores de la serie original, Kyle Killen y Steven Kane, su sucesor, David Wiener, y todo el equipo creativo de Halo tomaron un montón de decisiones narrativas atrevidas, algunas de las cuales, francamente, fracasaron. Desde enfatizar las disputas internas de la humanidad por encima de su lucha contra el Covenant hasta tomarse dos temporadas enteras para visitar de verdad el propio Halo, esta no es precisamente la mejor versión posible de las hazañas del Jefe Maestro.

De hecho, una versión de Halo con el mismo reparto principal y una narrativa más ajustada y ágil, despojada de subtramas extrañas dedicadas a personajes exclusivos de la serie, podría haber gustado mucho más a los seguidores de la serie. Killen, Kane y Wiener también estaban en condiciones de arreglar aspectos de la narrativa original de los videojuegos de Halo que habían dejado fríos a los fans. Si la serie de Paramount+ no hubiera pasado tanto tiempo preparando el escenario para una nueva versión de Halo: Combat Evolved, ya podría estar recibiendo elogios por haber limado las asperezas narrativas de Halo 3.

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Pero, ¿habría resultado esto en una recepción notablemente mejor para Halo en general? No estoy convencido. Por muy eficazmente que la serie reimaginara la historia del Jefe Maestro, en última instancia siempre iba a ser un ejercicio de transformación de una experiencia activa en una pasiva. Pasamos de ser el Jefe a observarlo. El efecto es que cuando la primera o segunda temporada de Halo hace un gran trabajo para captar el espíritu de su material original, se ve socavado por nuestra falta de implicación directa. Y cuando la serie se sale de madre, resulta el doble de alienante, porque estamos tan íntimamente acostumbrados a cómo debe sentirse Halo.

Por si sirve de algo, esto no se limita a los juegos protagonizados por el Jefe Maestro. Los primeros episodios de la segunda temporada de Halo retoman el argumento básico de la precuela de 2010, Halo: Reach, e incluso en sus momentos más eficaces, no consiguen conectar al mismo nivel visceral. Una vez más, esto se debe en parte a la toma de decisiones creativas. Podría decirse que Reach hiló una historia mejor y más emotiva que los Episodios 1-5 de la segunda temporada de Halo. Pero es imposible exagerar la diferencia que hay entre participar en la valiente y desesperada defensa de Reach y ver a otros hacerlo. ¿Cómo es posible que esto último no se quede corto en comparación?

Las muchas ventajas de un espectáculo de Halo sin Jefe Maestro

Entonces, si la interactividad de los juegos de Halo es lo que más está frenando el espectáculo de Paramount+ en otoño, ¿cuál es la solución? Por desgracia, ya es demasiado tarde para ponerla en práctica. Sin embargo, la solución más fácil habría sido evitar adaptar directamente cualquiera de los juegos de Halo, especialmente los protagonizados por el Jefe Maestro. Seguro que los fans habrían odiado este enfoque en un principio, pero seamos realistas: no están precisamente entusiasmados con la serie centrada en el Jefe que recibieron, de todos modos.

Además, una vez que se disipó el rumor negativo inicial en torno a la ausencia del Jefe Maestro, es muy probable que los fieles a Halo se hubieran dado cuenta de las ventajas de esta opción. Para empezar, seguir a un héroe espartano completamente nuevo habría significado preocuparse menos por la fidelidad con la que Paramount+ adaptaba los juegos. También habría dado a los guionistas de Halo mayor libertad para ampliar la historia establecida, presentando nuevos personajes, mundos y acontecimientos que entusiasmaran a los devotos de la franquicia, en lugar de irritarlos por pasar tiempo lejos del Jefe.

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Pero lo más importante de todo es que el Halo de Paramount+ habría sufrido menos el déficit de interactividad que es inevitable cuando se adaptan las aventuras del Jefe Maestro. Por supuesto, siempre habrá una sensación de "esto mola más cuando lo estoy jugando yo", pero es menos pronunciada cuando los escenarios en pantalla no están sacados directamente de los juegos. Y oye, no es que el Jefe Maestro no pudiera haber hecho algún que otro cameo. Siempre debería haber espacio para un poco de diversión cruzada en este tipo de proyectos.

Como ya he reconocido: esta es una serie de Halo que nunca veremos. A no ser que Paramount+ dé el visto bueno a la producción de un spinoff en este sentido (y nada hace pensar que eso vaya a ocurrir). Así que, hasta entonces, tendremos que aguantar con el giro revisionista que Halo da a la historia del Jefe Maestro o dejar de verla por completo: todo lo demás (al igual que el Jefe de Schreiber) está fuera de nuestro control.

La segunda temporada de Halo se emite actualmente en Paramount+.