El evento Path Infernal de FFXIV es el mejor anuncio de FFXVI de la historia

Advertencia: Este artículo contiene pequeños spoilers de la primera hora de Final Fantasy XVI, así como de la misión colaborativa The Path Infernal de Final Fantasy XIV.

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A riesgo de enfadar a los dioses de la nueva escuela de Final Fantasy, creo que debo revelar que aún no he terminado de jugar a Final Fantasy XVI. De hecho, lo abandoné rápidamente tras completar el prólogo y algunas misiones. No sé muy bien por qué; tal vez fuera el tono oscuro y a lo Juego de Tronos lo que me desanimó, o tal vez no me convencía Clive Rosfield como protagonista. Sea como fuere, dejé FFXVI a un lado pensando que algún día volvería a él. Lo que básicamente significa "no volveré a tocar este juego".

Entra en The Path Infernal, la última misión colaborativa con temática de FFXVI que se acaba de añadir a FFXIV, y debo admitir que puede que sea el catalizador que me haga volver a jugar a FFXVI.

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Al igual que la misión conjunta de FFXV, The Path Infernal introduce a Clive en el mundo de Eorzea de una forma bastante torpe. De algún modo, ha sido transportado a un nuevo mundo y necesita encontrar el camino de vuelta a casa. De hecho, The Path Infernal incorpora un tropo adicional digno de quejarse: Clive también tiene amnesia y no puede recordar quién es, de dónde viene o qué se supone que debe hacer. Lo único que sabe es que tiene que volver a casa y vengar a su hermano pequeño Joshua. Y sin embargo, esta minihistoria hace que funcione de alguna manera, porque The Path Infernal se ha convertido rápidamente en uno de mis arcos argumentales favoritos que he jugado en FFXIV.

Aunque el arco argumental es corto, no pierde el tiempo en tonterías. El objetivo del Guerrero de la Luz es ayudar a Clive a recuperar sus recuerdos, y cuando Garuda aparece, esto desencadena algo dentro de Clive. Muy pronto, Clive y tú os veis envueltos en una ardiente batalla contra Ifrit, que tiene un aspecto mucho más malvado y siniestro que el Ifrit contra el que luchaste originalmente en A Realm Reborn. Este Ifrit, conocido como la Sombra Infernal, es mucho más duro y tiene movimientos que pueden matarte rápidamente si no estás atento.

La historia alcanza un punto álgido cuando Clive se da cuenta en mitad de la batalla de que en realidad no se trata de Ifrit. En realidad es él. Es entonces cuando se revela el giro argumental: Clive se convirtió de algún modo en el segundo Eikon de fuego y mató a su propio hermano, que albergaba el espíritu del Fénix. Se trata de una revelación que ocurre bastante pronto en FFXVI, pero que aquí sigue golpeando con fuerza, gracias en gran parte a la fantástica banda sonora y a la batalla cinemática entre Ifrit y Clive y el Guerrero de la Luz.

La lucha contra Ifrit te da acceso a dos acciones únicas que te permiten esquivar ataques y contrarrestarlos con un golpe de precisión. La verdad es que me sorprendió bastante lo bien que funcionaba esa mecánica de esquivar en FFXIV, y casi me sorprendí a mí mismo deseando que se añadiera al juego, ya fuera como mecánica general o como una acción que pudieras usar con uno de los trabajos existentes.

Al final de la historia, Clive recupera la memoria y se reúne con el cachorro Torgal, que aparece para guiarle a casa. Sin embargo, antes de que se marche, se nos ofrece un dato más que vincula inteligentemente los mundos de Eorzea y Valisthea. El Juglar Errante le habla a Clive de la Séptima Calamidad Umbral y de cómo el Muro Ardiente está en realidad lleno de los restos de la destrucción del Fénix, y ambos deducen que estos dos mundos estaban probablemente conectados por el espíritu del propio Fénix.

Cuando Clive se marcha, el Juglar Errante se plantea brevemente escribir una balada sobre él, pero decide no hacerlo porque, sencillamente, no tiene la capacidad de asomarse al mundo de Clive para captar toda la magnitud y el alcance de su historia. Pero, y mira directamente a la cámara mientras dice esto, tal vez el Guerrero de la Luz podría lograr algo así.

Sería muy fácil ver toda esta secuencia como una promoción cursi para conseguir que los jugadores de FFXIV vayan a echar un vistazo a FFXVI, pero a mí me ha funcionado totalmente. The Path Infernal no pierde el tiempo y sospecho que por eso funciona tan bien. Al cabo de una hora, ya conocía mejor a Clive como personaje y me había involucrado de lleno en su historia y en su relación con Joshua. Me pregunté cómo se había convertido en Ifrit y qué significaba eso para su linaje y su búsqueda en el futuro.

Así que sí. ¿La nueva collab quest de FFXIV? Yo diría que es genial. Tan genial que ya he vuelto a instalar FFXVI. Me has vuelto a atrapar, Square Enix. Puede que esta vez se me pegue.