Dragon's Dogma 2 merecía una mejor narrativa para su mundo
Me ha encantado Dragon's Dogma 2, tanto que empecé a jugarlo en NG+ tras los (verdaderos) créditos finales. Sin embargo, creo que está bastante lejos de ser material GOTY, por no hablar de una obra maestra de los RPG modernos, y todo se reduce a la increíblemente mediocre historia principal y a cómo está contada.
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"Dragon's Dogma 2 no trata realmente de la historia", dirás. Sí, ya lo sé. Me he pasado el juego original y Dark Arisen dos veces, y a pesar de su variedad de conceptos atrevidos e interesantes, es difícil argumentar que la trama principal fuera coherente o memorable. Yo (y probablemente la mayoría de los fans de DD) recuerdo con bastante cariño sus giros más descabellados, sobre todo cuando se nos presentó el verdadero tramo final, pero eso no hizo que todo lo que lo precedió fuera menos inconexo y torpe.
En su día, Dragon's Dogma tenía la excusa de haber sido completado con prisas, lo cual es obvio incluso si pasas por alto sus defectos narrativos: El mapa del mundo era bastante pequeño y estaba lleno de espacios "vacíos"; el botín no tenía mucho sentido hasta el final del juego; y la variedad de enemigos no era del todo buena. Doce años después, Dragon's Dogma 2 ha corregido muchos de esos problemas gracias a un presupuesto notablemente mayor y más tiempo de desarrollo, pero aún quedan algunos defectos que, a estas alturas, creo que forman parte de la visión de Hideaki Itsuno y su equipo.
No es difícil llegar al estado posterior al juego de DD2, en el que el mundo del juego se ve amenazado por fuerzas de otro mundo y está, literalmente, deshaciéndose. Tras matar al Dragón titular (pero no demasiado presente), tenemos la opción de convertirnos en los Sovran y conseguir un final feliz o atrevernos a "levantar el velo" y ver el mundo real, es decir, un mundo sin el ciclo que supuestamente lo mantiene unido. Es una metáfora fascinante y el tipo adecuado de bateo con grandes ideas del que carecen la mayoría de los juegos AAA, llevando las cosas incluso más lejos que el impactante tramo final del original. Diablos, el título Dragon's Dogma II no aparece hasta que se llega a esta sección opcional. ¡Es increíble!
Del mismo modo, la estructura del juego y la forma en que interactuamos con el mundo se han modificado, con un reloj que corre y mucho más en juego, lo que hace que el fracaso sea más doloroso y anima a hacer varias carreras para aprovecharlo al máximo. Sin embargo, todo esto no me hizo olvidar lo superficial, extraña e insatisfactoria que había sido la historia principal hasta ese momento. Dragon's Dogma 2 es un juego bastante recargado, con un par de momentos cinemáticos bastante buenos al principio, pero que se resiste cada vez más a sus ambiciones narrativas a medida que avanza el viaje.
Siguiendo todo el arco de la "intriga de la corte", que es algo interesante pero no juega a favor de los puntos fuertes del juego, el Arisen y su grupo de peones son enviados al país vecino de Battahl, probablemente con la esperanza de que los jugadores se despisten lo suficiente como para hacer que las cosas parezcan mucho más grandes de lo que realmente son. Lo admito: es todo un viaje, y la sensación de descubrimiento una vez cruzada la frontera es asombrosa. De nuevo, creo que DD2 es un juego muy bueno, y el combate contundente y la exploración satisfactoria lo hacen brillar. En cierto modo, es un RPG que mejora cuanto más tiempo pasas en el espacio entre los principales lugares y acontecimientos.
Aparte de un par de escenas prometedoras, que dejan de serlo a mitad de camino hasta que llegas al "verdadero" final, la emoción y la intriga simplemente no están ahí. Se nos habla de las tensiones entre Vermund y Battahl, pero nunca entran en la trama ni en la jugabilidad real, más allá de la xenofobia casual que desprenden algunos PNJ. Los villanos pueden controlar peones, pero nunca es una amenaza explícita. Lord Phaesus es supuestamente el malo, pero apenas se opone a nuestros avances y acabamos ayudando a su investigación durante un buen rato sin ninguna buena razón. Algunos personajes "principales" (¿supongo?) desaparecen de la faz del mundo hasta después del juego. Todo resulta cada vez más desconcertante y hace que te preguntes si el equipo ha vuelto a tener problemas de presupuesto o de tiempo, pero me inclino a creer que se trata simplemente de cómo han decidido presentar esta excusa para una historia.
Supongo que no estaría tan enfadado por la enorme decepción que ha resultado ser el arco argumental principal de DD2 (¡hay sólidas misiones secundarias!) si no hubiera intentado contar una historia interesante. No me habría importado que todo fuera una parodia descarada de Breath of the Wild y su refrescante (en 2017) estructura de "derrota a Ganon cuando quieras, pero hazte un poco más fuerte antes". La verdad es que habría molado. Pero este juego se esfuerza un poco en contar realmente una historia épica a la manera tradicional, y simplemente no mantiene el nivel exigido. De hecho, deja caer todos los platos y corre hacia la salida más cercana poco después de llegar a Battahl. Es muy desconcertante y me hizo desear que en su lugar se fijaran en las enigmáticas pero sutiles narrativas de FromSoftware.
He pensado en describir Dragon's Dogma 2 a cualquiera que me pregunte por él como lo opuesto a Final Fantasy XVI, es decir, que sobresale en aventuras y misiones secundarias descuidadas, y sólo tropieza cuando intenta decir algo con sentido. De hecho, diría que incluso los esfuerzos narrativos de Bethesda en Starfield, en gran medida anticuados y medio estúpidos, fueron mucho mejores que lo que Itsuno y su pandilla intentaron torpemente ofrecer aquí. Si la historia se repite, puede que tengamos algo mucho más interesante cuando llegue la (yo diría que inevitable) expansión DLC.
