Crítica de 'Tusk', de Kevin Smith

KEVIN SMITH, MAXIMUM TROLL

Crítica de 'Tusk', de Kevin Smith

Crítica de 'Tusk', la carcajada en lo puto peor

La nueva película de Kevin Smith es grosera e irreal, debido a su contenido, ninguna persona en su sano juicio debería verla. Sirviendo tanto de sátira gamberra como de advertencia de los tiempos locos en los que nos estábamos adentrando, las palabras que daban paso a cada uno de los episodios de 'South Park' bien podrían haber sido incluidas en los títulos de crédito de 'Tusk'.

Como buen friki curtido en los tiempos del videoclub, el director de 'Clerks' mama a conciencia de 'El Silencio de los Corderos', 'Misery' y 'El Ciempiés Humano' pero -sobre todo- Alfred Hitchcock, para brindarnos un inenarrable esperpento que es a 'Psicosis' lo que 'Jackass: La Película' al cine de Charles Chaplin. Y como ocurriera en la película de Norman Bates, Kevin Smith nos ofrece una introducción absorbente y llena de ingenio, en la que utiliza el mundo de los podcast y la celebración del descalabro ajeno por medio de las redes como plataforma para abordar el choque generacional entre las generaciones millenials frente a las que nos brindaron el estado del bienestar del que disfrutamos dejándose la vida en las trincheras de las guerras del siglo XX.

Crítica de 'Tusk', de Kevin Smith

Y es mordaz, contundentemente mordaz, a la ahora de plasmar como para la liviana frivolidad de sensibilidad entumecida que celebramos en la era de las redes sociales, toda esa gente mayor curtida entre interminables dosis de realidad y la certeza de que la vida es una lucha diaria repleta de sacrificio y sudor resulta algo extraño y casi alienígena. El patente desdén del personaje de Justin Long por la vida humana como una plataforma con la que elevar sus ratings de audiencia y su incapacidad para captar el sentimiento que trata de transmitirle Michael Parks con el relato de como una morsa llegó a convertirse en la criatura más importante de su vida está tan bien retratado, que es como si ambos personajes estuviesen hablando en dos idiomas diferentes.

Pero como ocurriera con la 'Psicosis' de Hitchcock, Smith da un volantazo a la historia que estaba desarrollando hasta entonces, convirtiendo lo que parecía iba a ser un ácido e inteligente thriller de terror, en una sórdida comedia de horror a cada secuencia más disparatada. Una gran broma pesada con la que el director todavía debe estar partiéndose la caja a costa de todos esos miles des espectadores que deben haber salido del cine con la sensación de haber visto una de las películas más espantosas y de mal gusto de sus vidas.

Crítica de 'Tusk', de Kevin Smith

Correspondiendo este espectro a aproximadamente el 85% de los espectadores habituales que van al cine, los que restan probablemente se sumará a la gamberrada con sonoras carcajadas, mientras ve como buena parte de la platea abandona la sala indignada sin terminar de dar crédito a que Smith esté poniendo esas frases en boca de los personajes. Pero el problema es que a lo que podría haber sido un desternillante episodio de 'South Park', sus casi dos horas le vienen exageradamente largas, llegando a un punto en el que el chiste se agota y la ironía se transforma en tediosos e interminables pasajes (como la práctica totalidad de los que protagoniza Johnny Depp en una suerte de burla de 'True Detective').

En resumidas cuentas, 'Tusk' es una película atroz que solo se entiende dentro del ámbito en el que fue concebida: Un podcast en el que Kevin Smith y Scott Mosier bromeaban sobre la posibilidad de hacer una película sobre la historia real de un marinero que acabó varado en alta mar sin más compañía que la de una morsa, y que cuando volvió a la civilización buscaba compañero de piso que accediera a pasar buena parte del día disfrazado como una morsa. Conscientes de ser lo peor por mofarse a costa de las desgracias de dicho tipo, lo que nos brindan es un film de humor enfermo basado en una conversación que acabó yéndose de madre, como cualquier ida de olla que podamos tener con los colegas entre alcohol, trasnocheo y otras sustancias.

Crítica de 'Tusk', de Kevin Smith

Para todos los que no se hayan criado con este humor soez y destroyer de la gracia del sinsentido, 'Tusk' será una película muy, muy difícil. Para los que sí, probablemente también, siendo más que nada un film para aquellos que sean muy partícipes de la broma, o que compartan el sentido del humor de Kevin Smith a niveles de alma gemela.

¿De que va de 'Tusk'? De coger las fórmulas del thriller de terror, defecar sobre ellas, y echarse unas risas al terminar.

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