Teenage Mutant Ninja Turtles revela la única cosa que las TMNT no pueden hacer

ADVERTENCIA: Lo siguiente contiene importantes spoilers de Teenage Mutant Ninja Turtles #122, a la venta en IDW.

Tras un cruel ataque durante lo que debería haber sido un día de celebración, los ciudadanos de Ciudad Mutante se han levantado finalmente para acabar con los Mutanimals de una vez por todas. Deshacerse de la influencia de los Mutanimals no ha sido fácil, y ahora la ciudad recién liberada se enfrenta a una nueva serie de problemas. Parecería natural acudir al Clan Splinter en busca de ayuda, pero por una vez eso no podría estar más lejos del caso. En Teenage Mutant Ninja Turtles #122 (por Kevin Eastman, Tom Waltz, Sophie Campbell, Jodi Nishijima, Ronda Pattison, Bobby Curnow y Shawn Lee), la comunidad acude a los héroes en busca de ayuda, pero el Clan Astilla los rechaza.

Ahora que los Mutanimals ya no son una amenaza para Ciudad Mutante, las Tortugas y sus aliados pueden ponerse a trabajar en la redistribución de sus reservas de alimentos y medicinas, así como en la reconversión de su sede en un nuevo ayuntamiento. Por muy monumentales que sean estas tareas, son sólo el comienzo de una nueva era para Ciudad Mutante, que requerirá aún más trabajo del que ya han asumido los héroes. Mientras reparten provisiones a los ciudadanos de Ciudad Mutante, Jennika y Donatello se fijan en la inusual melancolía de Leonardo durante lo que debería ser una ocasión feliz. No es que su estado de ánimo se haya deteriorado por lo que está ocurriendo ahora, sino por saber que él y el resto de las Tortugas no pueden hacer nada más en el futuro, al menos no de forma oficial.

En el último número, el firme líder del clan declara que el Clan Astilla no puede actuar como ningún tipo de autoridad sobre los habitantes de Ciudad Mutante. Aunque siempre han actuado como protectores contra deidades locas e invasores alienígenas, las Tortugas nunca han hecho de ello su trabajo.

Incluso ahora, cuando el Clan Astilla está enseñando activamente a otros cómo defenderse, lo han hecho sin ningún tipo de autoridad oficial. De hecho, a Leonardo parece aterrorizarle la idea de que las Tortugas ocupen una posición de autoridad. A sus ojos, convertirse en una fuerza policial o paramilitar en Ciudad Mutante es lo contrario de la misión original que les encomendó el Maestro Splinter. Leonardo está muy familiarizado con el daño que se puede hacer cuando grupos como los Mutanimals y el Clan del Pie se hacen con el poder, así que evitarlo por completo es el único curso de acción que tiene sentido para él.

Además de todo lo anterior, Jennika señala que las otras Tortugas son todavía demasiado jóvenes para asumir ese grado de responsabilidad oficial, proporcionando con humor otra razón para que el Clan Splinter se mantenga alejado de asumir una posición de autoridad.

Teniendo en cuenta todo esto, probablemente sea mejor que las Tortugas hagan caso a las preocupaciones de su líder y se mantengan alejadas de una posición que las dote de poder político. Después de todo, el Clan Splinter nunca ha necesitado una designación oficial de poder para hacer el bien, y ciertamente no necesitaba tal título para liberar Ciudad Mutante en primer lugar.

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