10 directores cuyas películas se pueden identificar sólo por su estilo visual

El cine es rico en deleite sensorial: los degradados de color y los paisajes auditivos definen todas las películas que se han creado desde los albores del medio. Dicho esto, son relativamente pocas las películas (y, por extensión, sus directores) que rozan la verdadera brillantez en lo que respecta a sus historias y a los estilos en los que se desarrollan.

Los grandes cineastas han perfeccionado su oficio hasta casi la perfección. Por ello, sus creaciones tienden a renunciar a los guiones formulistas y a los conceptos tópicos. La amplitud de sus habilidades ha contribuido a reimaginar el propio arte en múltiples ocasiones, lo que explica que sus películas sean reconocibles sólo por su visión y diseño visual.

10 Mira Nair utiliza la espontaneidad artística para separar la verdad de la pelusa

Las películas de Mira Nair reflejan su pasado como documentalista, incorporando una amplia (y saturada) paleta en la apasionada defensa de sus queridos personajes. Abarca temas que van desde la inmigración y la pobreza hasta las diferencias interculturales, como se ve en Salaam Bombay! (1988), Monsoon Wedding (2001) y Mississippi Masala (1991).

Nair es una firme defensora del cinéma vérité, un estilo artístico que utiliza la espontaneidad de la dirección y la cinematografía para separar la verdad de la palabrería. Aunque su adaptación de A Suitable Boy, de Vikram Seth, recibió algunas quejas de la crítica, la miniserie televisiva de 2020 mantiene el poder de su voz.

9 La cámara de Terrence Malick no está anclada a un punto fijo en el espacio

Terrence Malick se ha ganado una horda de devotos fans a lo largo de los años. Sin embargo, casi la misma cantidad de detractores denuncian su estilo como nada más que pretenciosamente ambiguo. Malas Tierras (1973) es tan serpenteante y abstracta como El árbol de la vida (2011). Están separadas por casi cuarenta años, pero siguen conectadas por la inquebrantable visión poética de su director.

Malick se asegura de que su cámara, como una extensión del ojo del espectador, no esté anclada a ningún punto en particular. En su lugar, permite que explore libremente cada escena, haciendo que parezca que está levitando.

8 La bruma atmosférica de David Lynch es casi alucinante

Dennis Lim escribe que "la paradoja de la sensibilidad lynchiana es que es a la vez fácil de reconocer y difícil de definir", una expresión de incredulidad surrealista que caracteriza perfectamente la obra de David Lynch. Las atmósferas de sus historias son, en el mejor de los casos, nebulosas, casi como si tuvieran lugar en una alucinación o un sueño febril.

Lynch introduce en sus películas sus experiencias en un pueblo pequeño, añadiendo un toque etéreo de oscuridad que las transforma en obras de arte que ni los críticos ni el público pueden describir con éxito. Su Mulholland Drive (2001) ha sido elegida la mejor película del siglo XXI por casi 200 críticos.

7 películas de Ava DuVernay provocan reacciones similares en el público

Ava DuVernay se enfrenta a la visualización de la experiencia afroamericana en el cine, subvirtiendo las expectativas tradicionales al inducir una sensación de empatía no disimulada hacia sus personajes.

Su forma de hacer cine tiene varios puntos en común: representaciones claras de la identidad negra resaltadas con una iluminación cuidadosamente diseñada. Selma (2015) de DuVernay es un largometraje, mientras que 13th (2016) es un documental, pero ambos evocan reacciones similares en los espectadores.

6 Sergio Leone yuxtapone planos de gran angular con primeros planos extremos

El maestro del Spaghetti Western, Sergio Leone, es famoso por la Trilogía del Dólar, un conjunto de películas protagonizadas por Clint Eastwood como el icónico Hombre sin Nombre (también conocido como Blondie). Su enfoque del oficio es increíble, apilando el estado de ánimo y la tensión con una delicadeza de la que pocos directores son capaces.

Leone yuxtapone planos de gran angular del entorno con primeros planos extremos de los rostros de los personajes, ampliando y contrayendo la perspectiva del público para adaptarse al flujo narrativo. Además, el genio idiosincrático del compositor Ennio Morricone desempeña un papel innegablemente reconocible en las películas de Leone.

5 Woody Allen mezcla el cine de autor con la comedia abstracta

Woody Allen toma prestados elementos de directores de arte y ensayo como Luis Buñuel, Ingmar Bergman y Akira Kurosawa, mezclándolos en un estilo de comedia que recuerda al de los Hermanos Marx. Sus películas rara vez siguen un camino recto, tejiendo tramas inverosímilmente abstractas con ingenio cinematográfico.

De hecho, Allen insistió en que no se prestó la atención que merecía al "estatus de artefacto cinematográfico" de la comedia, lo que explica por qué decidió seguir ese camino particularmente engorroso. Sin embargo, dio sus frutos, convirtiéndolo en uno de los cineastas más intrincados visualmente de la industria.

4 Las formas desproporcionadas y los elementos góticos de Tim Burton se reconocen al instante

La filmografía de Tim Burton abarca desde ejemplos extraños como Beetlejuice (1988) y Eduardo Manostijeras (1990) hasta meta-comedias deliciosamente truculentas como ¡Mars Attacks! (1996). También ha realizado Batman (1989) y Big Fish (2003), demostrando ser un director visionario.

Las técnicas cinematográficas de Burton son a la vez versátiles y experimentales, y su fascinación por lo macabro es evidente al instante para cualquiera que haya visto al menos una de sus populares películas. Burton distorsiona las perspectivas de sus espectadores con formas extrañamente desproporcionadas, incorporando un toque gótico en casi todo lo que hace.

3 Los hermanos Coen son conocidos por su enfoque práctico del cine

Los hermanos Coen son conocidos por su actitud práctica hacia el cine, que incluye la escritura de todos sus guiones (adaptados o no). El ambiente realista que utilizan en sus películas se ve salpicado en ocasiones por momentos de nostalgia teñida de oro, una combinación que funciona espectacularmente a su favor.

Sin embargo, lo que no se puede subestimar es el impacto de Roger Deakins (director de fotografía de doce de sus películas). Esta alianza inquebrantable entre fotografía y dirección es la razón por la que la arquitectura visual de los Coen es tan distintiva, ya sea en Barton Fink (1991) o en ¡Ave, César! (2016).

2 Taika Waititi incorpora Nueva Zelanda y su cultura a su obra

El director Taika Waititi es neozelandés y se asegura de que su público lo sepa. Hunt for the Wilderpeople (2016) y What We Do in the Shadows (2014) transmiten puntos de vista completamente diferentes sobre el país.

Taika también conmemora su origen cultural en sus otras aventuras como director, sobre todo en Jojo Rabbit (2019), donde interpreta a Hitler con acento germano-neozelandés, y en Thor: Ragnarok (2017), en la que "basó la voz de Korg en los gorilas polinesios." Las comedias de Taika no son menos memorables que sus superproducciones.

1 Las películas de Wes Anderson son exuberantes, radiantes y pintadas en delicioso color pastel

Las películas de Wes Anderson son exuberantes, radiantes y están pintadas con una deliciosa gama de tonos pastel que sólo él puede imaginar. El estilo del director es coherente e inimitable, aunque hay que señalar que su elección habitual de reparto (Bill Murray, Anjelica Huston y Adrien Brody) son igualmente responsables de mantener la estética de Wes Anderson.

Implementa la cámara lenta y el stop-motion con una notable atención a la simetría visual, convirtiéndolos en rasgos conspicuos de sus películas. Isle of Dogs (2018) y The Royal Tenenbaums (2001) parecen diferentes en la superficie, pero comparten el corazón salvajemente palpitante de Anderson.

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