En Acólito es tu trabajo hacer pruebas a una secretaria de Inteligencia Artificial.

En Acólito es tu trabajo hacer pruebas a una secretaria de Inteligencia Artificial.

Vi un Kickstarter el año pasado para un asistente digital llamado el Hybri, que vino en varias formas aunque el marketing se centró en las ciberdamas calientes porque por supuesto lo hizo. La idea de que haremos que las inteligencias artificiales se vean y actúen como mujeres atractivas es un cliché de la ciencia ficción que se está desangrando en el mundo real, tal vez porque es lo que la gente quiere, tal vez porque es justo lo que esperamos.

En Acólito te acaban de contratar para hacer la prueba de fuego a una atractiva asistente personal cromada llamada Ana. Acolyte se ejecuta en una ventana retrato en tu escritorio (también hay una versión telefónica en marcha), donde hablas con esta mujer virtual, personalizas su apariencia, llevas un registro de tu agenda de direcciones y revisas los correos electrónicos de tu empresa.

Es conveniente que en el 2021 Acólito no necesite explicar por qué trabaja desde su casa. Puede que incluso lo estés haciendo cuando se supone que estás haciendo tu verdadero trabajo. A propósito, borra la línea entre la realidad y la ficción: a veces necesitas buscar cosas en Internet para seguir jugando, y los correos electrónicos internos te tratan como a un empleado, diciéndote qué tipo de conversaciones debes tener y cómo enviar los errores si algo sale mal.

No toma mucho tiempo para que las cosas salgan mal. Hay un misterioso mensaje de error, extraños fallos, y el comienzo de una conspiración corporativa para descubrir.

Las cosas también van mal porque la forma en que interactúas con Ana es a través de la "entrada de lenguaje natural". Escribes cosas, y ella responde. Está impulsado por el motor de caracteres de la IA Spirit, una versión moderna de los chatbots como Dr. Sbaitso o ALICE o ELIZA, con texto repetido cuando has tecleado algo que la IA no entiende. A veces Ana responde "Está bien entonces" o "Lo está, no lo está!" o "Fui desarrollado por la Tecnología Nanomax" no importa cuán poco natural sea lo que se desprende de lo que he dicho. Aunque todo el montaje es que se supone que debo ponerla a prueba, es bastante cansado estar atrapado en un bucle durante un momento de la trama porque no puedes responder a una pregunta de la manera correcta.

En Acólito es tu trabajo hacer pruebas a una secretaria de Inteligencia Artificial.

En 1998 había un juego llamado Nave Estelar Titanic, escrito por Douglas Adams. Hablabas con los robots de una nave espacial tecleando lo que querías, y si le dabas a una palabra clave ellos tenían una respuesta para que te respondieran apropiadamente. Cuando no lo hacías, ellos tenían alguna variante de "no entiendo". La primera vez que un PNJ no te entendió fue ligeramente frustrante. La quinta hizo que dejara de importarte. El espejo se rompe, el telón cae, la ilusión se acaba. Prefiero hacer clic en un tema de conversación de un menú en ese momento.

Acólito no es tan frustrante o propenso a la ruptura, pero en un momento dado me encontré escribiendo, "[someter el bicho] la tarea de calificar tres de los haikus de Ana apareció antes de que Ana respondiera a las preguntas sobre los haikus", siendo plenamente consciente de lo trivial que le parecería a cualquiera que no hubiera pasado varios minutos tratando de que una dama robot con tetas les dijera un poema. En ese momento me di cuenta de lo ingrato y alienante que debe ser trabajar en QA.

Puedes tocar el prólogo de Acólito en itch.io o en Steam. La versión completa está prevista para el 2021.

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