Morir en un ascensor, el juego de moda en Japón

ESTÁN LOCOS ESTOS JAPONESES. OTRA VEZ

Morir en un ascensor, el juego de moda en Japón

No tienen remedio. Los japoneses son los mejores a la hora de provocar nuevas sensaciones y emociones en los espectadores.

Ya sea sexualizando, cosificando o humillando de cualquier manera imaginable, lo que es innegable es el brutal talento que tienen para provocar carcajadas desde la incredibilidad. Disfraces hiperrealistas de dinosaurios, concursos de comer objetos fálicos a ciegas, peting masturbatorio o curling humano, la televisión japonesa siempre, siempre tiene algo que decir y que ofrecer a los espectadores del mundo.

Este campeonato de curling humano es mucho más que eso. Una joven llega a una oficina y la hacen esperar en una sala, con lo que debe sentarse.

Lo que pasará después, te sorprenderá. Entre el tren de la bruja y el parque de atracciones, con un elegante toque de túnel de lavado, la joven recorre unos metros hasta terminar embadurnada de una loción a la que podríamos denominar “bukkake” para terminar saliendo disparada por un tobogán. Todo ello con la placentera sensación que provoca la incertidumbre de saber si vas a morir o no en cualquier momento.

 Otro de nuestros descubrimientos recientes favoritos es el “Strong Neck”, un cachondísimo juego para masoquistas que consiste en soportar el impacto de varios objetos arrojados desde las alturas a la cabeza del concursante. Puesto que los concursantes tienen un desparpajo como el que tenían los macarras de tu barrio hace 25 años, la cosa tiene mucha más gracia.

Pero nuestro favorito es el juego del ascensor. Un susto que puede resultar fatal en algunos casos pero que se convierte en entretenimiento gracias al objetivo principal: conseguir la foto finish más graciosa posible.

Sin duda, se agradecen las risas. Aunque los muy cabrones solo lo hagan con mujeres y no se rían tanto de los hombres a la hora de dar un susto humillante como dios manda.

Categorías:

¿Te gusta? ¡Puntúalo!

6 votos

Noticias relacionadas