Always Ascending: Franz Ferdinand otra vez hacia arriba

REINVENCIÓN, NUEVOS PEINADOS Y GANAS

Franz Ferdinand: otra vez hacia arriba

A veces no te queda más remedio que dar un giro de 180 grados y seguir el camino que te habías marcado, pero con energías renovadas.

Franz Ferdinand hicieron mucho por los garitos que servían pintas de cerveza durante la primera mitad de la primera década del milenio, y tras un segundo disco igual de bueno y un tercero algo menos efervescente pero lleno de clase, desaparecieron con un par de discos que no le importaron a nadie.

Con la baja del guitarrista y miembro fundador, Nick McCarthy, y las incorporaciones de Dino Bardot y Julian Corrie, se reinventan con el inesperado, rítmico, elegante y oscurete Always Ascending. A estas alturas de la película, poco menos que un milagro.

Y eso que ni Always Ascending ni Feel the Love Go terminaban de convencer a nadie. Pero estábamos equivocados. O quizás lo estaban ellos. No son dos canciones que deban sacarse del contexto en que se encuentran metidas.

Always Ascending es un excelente retorno a los orígenes con la sabiduría que aportan quince años en la carretera y entre estudios de grabación, y esos reflejos del brillante pasado de la banda se adueña de Lazy Boy, la primera en romper una lanza a favor del disco. Incluso ese primer single tiene más sentido aquí.

Paper Cages es un excelente pulso entre los Franz Ferdinand de hace quince años y los de pasado mañana, y además son temas que en directo han defendido perfectamente durante el último año.

Que el disco no llegue a los cuarenta minutos de duración se agradece, y a través de temas tan redondos como Glimpse of love, casi un himno discotequero, va preparando la pista de aterrizaje de Slow don’t kill me slow, el reverso preciosista y delicado del ascenso inicial, siempre guiados con la mano maestra de Alex Kapranos.

Un viaje redondo.

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