Machistas y racistas lideran los ataques contra Star Wars: Los Últimos Jedi

CONTINÚA LA CRUZADA CONTRA STAR WARS

Down With Disney’s Treatment of Franchises

Frente de internacional de machistas y racistas reivindican la autoría de numerosos ataques contra Star Wars: Los Últimos Jedi

¿Quiere hundir un frente alt right la nueva película de Star Wars? ¿Por qué? Si durante el cambio de siglo Chuck Palahniuk afirmó en su El Club de la Lucha que una de las grandes tragedias de nuestra generación fue no haber vivido una guerra que la definiera, da la impresión de que en esta segunda década del s XXI en la que aun nos encontramos nos hubieramos propuesto a crear una guerra santa digna de Las Cruzadas o la II Guerra Mundial. Escalando a través de todo el mundo a unos niveles tan demenciales que es imposible saber hasta dónde va a llegar, dos cosas fundamentales podemos decir sobre este conflicto. ¿Lo bueno? Que está teniendo lugar en internet. ¿Lo malo? Que no se trata de ninguna plataforma de entretenimiento lúdico tipo World of Warcraft o Playerunknown's Battleground, sino de gente lanzándose los unos contra los otros con una ferocidad, falta de empatía y ganas de sangre que daría mucho miedo si alguien de esta gente estuviera al frente de algún ejército real. Donald Trump, Kim Jong-un y Vladimir Putin quiero decir.

Pudiendo diferenciar entre dos bandos claros del conflicto, por un lado tenemos gente que celebra que poco a poco se vayan cayendo las barreras y que esos problemas que todavía hoy arrastramos se vayan superando. Gente que celebra que la desigualdad de género vaya quedando atrás como también se va quedando el racismo, el miedo a que cada persona sea libre de elegir el género de los que lo atraen independientemente de la condición sexual, que ponen todo lo que esté en su mano para contribuir o apoyar a todo aquello que ponga fin a la desigualdades sociales, la mala distribución de la riqueza, la crueldad contra otros seres conscientes, el abuso de la naturaleza, etc.

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Y luego por otro lado está la gente que considera que ya estamos de puta madre, y que cualquier intento de cambiar a mejor no solo es un cáncer, sino que si acotamos todavía las libertades todavía mejor. Gente que cuando hablas de feminismo lo convierte en “feminazis”, que cuando hablas de diversidad y minorías te dicen que donde quieras menos en su parecela y que no ven mayor ofensa que darle a cualquier miembro del colectivo LGBT la misma consideración que a cualquier otra persona. Si un producto de ficción muestra algún tipo de relación heterosexual todo lo cerda, explícita y evidente posible no solo les parecerá genial, sino que cualquier limitación en ese aspecto lo verán como censura. Pero si dicha relación es entre personas del mismo género o incluye una persona transgénero, da igual lo sutil, casto y apenas insinuado que se muestre. Lo considerarán como una ofensa inadmisible y propaganda con la que lavar el cerebro a los niños. Como si cualquier relación entre personas no fuera igualmente válida independientemente de las “X”s y las “Y”s con las que hayas nacido...

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El caso es que dentro de esta segunda facción de lo que se viene denominando Alt Right (derecha alternativa) están apareciendo diferentes bastiones algunos de los cuales se han hecho fuertes en las redes, y que tienen como especial blanco cualquier proyecto que se atreva a hacer algo mínimamente diferente con alguna licencia del siglo XX de la que se consideren propietarios. Da igual si se trata de introducir más superheroínas o superhéroes de otras razas y géneros en Marvel o DC, que Charlize Theron tenga tanto protagonismo como Tom Hardy en Mad Max: Furia en la Carretera o que haya una nueva película de los Cazafantasmas protagonizada integramente por mujeres. Allí estarán ellos para atacarlo como si le fuera la vida en ello, sumando toda la masa enfurecida a su causa por medio de hacer ruido, desinformación y gritar mucho y muy fuerte.

Esto es exactamente lo que está ocurriendo actualmente con la nueva película de Star Wars, en la que podemos diferenciar dos principales frentes principales acaparando la atención en todo el mundo. Gente a la que la película de Rian Johnson le ha gustado o disgustado a diferentes niveles, bien por razones completamente coherentes o porque símplemente tienen un fuerte apego emocional a Star Wars, y por otro lado, gente que odia esta nueva película de la Guerra de las Galaxias con todas sus entrañas y parece estar decidida a hacer todo lo posible para hundirla mientras proclama que es “basura”. Proclamación que en muchos casos llega sin que ellos mismos tienen demasiado claro el porqué, o sin importarles que a la práctica totalidad de la crítica especializada que sabe un mínimo de cine más allá de haberse visto todas las películas de Zack Snyder y Marvel Studios o a la auciencia recogida por el método más fiable del mercado americano (Cinemascore) les encante.

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Pero bueno, todos nos hemos levantado en algún momento con el pie equivocado, nos ha sentado mal algo que no tenía porque o nos hemos encontrado especialmente irascible. Lo malo no es que una película que en realidad no hace otra cosa que ser fiel al espíritu de la franquicia no le caiga en gracia a uno solo por no ofrecerle lo que se esperaba. Lo malo es cuando ese odio viene por unas motivaciones tan concretas como que dicha película ofrezca más protagonismo a mujeres y gente de otras razas, y por alguna extraña razón se emprenda una cruzada considerando que es una “blasfemia” contra el legado de Star Wars.

En primer lugar, porque quien diga eso no debe conocer demasiado Star Wars, la saga en la que una alianza formada por gente de diferentes orígenes, razas, géneros, culturas y planetas hacía frente a un maligno Imperio de tipos de apariencia aria modelado a imagen del III Reich de Adolf Hitler. En segundo, porque cualquier fan que considere que la saga original de Star Wars no tenía un problema en cuanto a diversidad o miente o se está poniendo una venda bastante considerable. Que quizás tienes un canal de YouTube y alguien te ha dicho que eso del “SJW” da mucha risa. Pero yo al menos me lo pensaría bien antes de pretender tener más razón que el astronomo, cosmologista, astrofísico, astrobiólogo, escritor de ciencia ficción y eminencia en el mundo de las ciencias en general Carl Sagan.

Pero más allá de eso, que en pleno 2017 alguien considere “ofensivo” que hagan con una mujer (Rey) exactamente lo mismo que hicieron en su día con Luke Skywalker y Anakin, que le moleste la fuerte presencia de mujeres en esta trilogía o que entre los protagonistas tengamos actors latinos, asiáticas o de raza negra entre otros caucásicos debería ser para hacérselo mirar. Y sin embargo, así ocurre, hasta el punto de que una organización de ideología alt-right que se llama a si misma como Down With Disney’s Treatment of Franchises (o “Abajo con el Tratamiento de Disney de las Franquicias”) está reivindicando ataques como el que condujo a la anómala reducción de la valoración del público de Star Wars: Los Últimos Jedi en Rotten Tomatoes de la que os hablábamos hace unas semanas, o la petición de firmas a través de Change.org para que la película de Rian Johnson sea borrada de la existencia.

Así ha sido declarado a través de multitud de fuentes, incluyendo la entrevista a The Huffington Post de uno de sus miembros, proclamando que el boicot contra Star Wars: Los Últimos Jedi ha sido llevado a cabo como protesta por introducir más personajes femeninos en la franquicia, así como la acusación de que el personaje interpretado por Oscar Isaac (Poe Dameron) se ha convertido en víctima de una “cruzada anti mansplaining”. El portavoz de Down With Disney’s Treatment of Franchises acusa también a la película de “amenazar con convertir a Poe Dameron y Luke Skywalker en gays”, así como de ser un “ataque directo contra el rol de los hombres como amos de la sociedad”.

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Estás son las proclamas de este frente de aficionados que insisten con que no detendran su boicot contra Star Wars ni en su decisión de extender el odio contra la saga allá donde lleguen hasta que no la arranquen de manos de Kathleen Kennedy y Pablo Hidalgo, para volverla a poner en manos de hombres blancos heterosexuales. De momento la veracidad de estas proclamaciones continua estudiándose, y aunque Rotten Tomatoes afirma que todavía no ha podido evidenciar que se estén usando bots, ni puede negar la existencia de un frente unificado de personas que hayan decidido atacar a la película en masa, ni terminar de explicar extraños fenómenos como que estén apareciendo críticas de Los Últimos Jedi en los perfiles de otras películas como La Forma del Agua.

Si a eso sumamos como se están extendiendo feroces ataques contra este aspecto de la película en multitud de frentes entre otras críticas que, a favor de la película o en contra, se guían por parámetros más normales que por crucificar cualquier film cuyo mayor pecado sea introducir más mujeres, personas de otras etnias o personajes LGBT de los que consideran correcto, desde luego todo apunta a que la audiencia está perdiendo el juicio, apaleando obras por cuestiones que no solo no tienen nada que ver con lo cinematográfico, sino que cuesta entender como alguien puede verlas como algo negativo.

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Así es este extraño fenómeno en el que machistas y racistas lideran los ataques contra Star Wars: Los Últimos Jedi, posicionándose como autores responsables de la cruzada de odio que se está extendiendo contra la película. ¿Son ellos los culpables de que se esté atacando a la cinta de Rian Johnson con más fiereza que a ninguna otra película de Star Wars jamás estrenada, así como de la visible separación entre crítica y público?

 

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