Dos cápsulas del tiempo ocultas en el culo de Jesucristo

LEYENDAS DEL TIEMPO

Dos cápsulas del tiempo ocultas en el culo de Jesucristo

Una increíble cápsula del tiempo que se remonta al siglo XVIII ha sido descubierta doscientos cuarenta años después en el último lugar que los historiadores pensaron que jamás verían: el culo de un Cristo.

Gemma Ramirez es una conservacionista que trabaja con la organización madrileña Da Vince Restauro, actualmente comprometida en un proyecto para restaurar una estatua de Jesucristo que había estado colgada en la iglesia de San Águeda, en el norte de España.

La estatua había caído en desgracia y estaba empezando a mostrar grietas, soltándose de la cruz en la que había sido fijada, siendo seleccionada para la reconstrucción.

Ramirez explica que mientras ella y otros miembros del equipo estaban levantando la estatua sobre la mesa de trabajo, se dieron cuenta de que había algo dentro. Más tarde, cuando quitaron una sección de la estatua que había sido tallada como una representación de un taparrabos, Ramírez y sus colegas descubrieron que las nalgas de la estatua eran huecas y que contenían dos documentos.

Los documentos fueron dos cartas manuscritas fechadas en 1777 y firmadas por Joaquín Mínguez, un capellán de la catedral de Burgo de Osma. En estas cartas, Mínguez explica con gran detalle las actividades económicas y culturales de la región en la que vivió en ese momento. Él describe la creación de la estatua por un hombre llamado Manuel Bal y otras obras, incluidas otras figuras espirituales de la región. También describe las actividades agrícolas de la región en ese momento y las exitosas cosechas de trigo, centeno, avena, cebada y las reservas de vino en la zona. También hace referencia a las terribles epidemias que asolaron los pueblos de España en ese momento, incluida la fiebre tifoidea y la triste Inquisición española, que todavía estaba buscando herejes en el momento de escribir esas misivas. En una nota más brillante, Mínguez también toma nota de los juegos de cartas y pelotas que las personas rústicas usaban para el entretenimiento en este momento. Según el historiador Efrén Arroyo, es probable que se haya dado el contenido y la forma de las letras que Mínguez pretendía que las letras fueran descubiertas y leídas por las generaciones futuras. Esto significa que Mínguez creó efectivamente una cápsula del tiempo del siglo XVIII. Sin embargo, Arroyo dice que no está claro por qué ocultó las letras en una estatua, ya que es profundamente inusual encontrar artefactos ocultos dentro de las estatuas de esta manera. Las cartas han sido enviadas al Arzobispo de Burgos, donde serán archivadas y, con un poco de suerte, estarán a disposición de cualquiera que quiera echar un vistazo a una descripción verdaderamente auténtica de la vida en la España del siglo XVIII. Por respeto a Mínguez y su inusual regalo a las generaciones futuras, se hizo una copia de las cartas y se colocaron dentro de las nalgas huecas donde permanecerán cuando la estatua sea devuelta a la iglesia.

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