Crítica de La Momia, terror y risas como la Marvel de los 70
Mientras que en Estados Unidos no ha podido batir a Wonder Woman en su segunda semana, llevándose casi el doble de dinero en los últimos días, en el resto del mundo ha entrado con fuerza el último estreno del otrora infalible Tom Cruise. Crítica de La Momia, terror aventurero en la línea de la vieja Marvel de los 70.
Por regla general, y salvo contadas excepciones, resucitar a los muertos no es una buena idea y no te traerá más que disgustos. Nadie suele estar contento con ese detalle, ya sea la crítica profesional, el espectador medio sin conocimiento del pasado o de los mismos estudios, a veces avergonzados de la respuesta de los primeros a pesar de tener entre manos productos tan interesantes como El Hombre Lobo que Universal estrenó en 2010 y que por acuerdo general, no podía gustar a nadie a pesar de ser una excelente y violenta peli de horror digna de tiempos mejores.
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Ahora, con la lección aprendida y mirando en el espejo de Marvel, la casa de los monstruos clásicos pretende resucitar a sus muertos más célebres y ubicarlos en una época en la que los videojuegos y la televisión le han robado el terreno mientras devoraban cualquier atisbo de romanticismo sobreviviente. Bienvenidos al mundo de los monstruos del futuro.
La Momia que abre este universo monstruoso de Universal es la película de aventuras (y terror) AAA que uno debe esperar en los tiempos de Uncharted. Nadie sabe apreciar la aventura clásica (no os he visto, criticones, hacer la misma cola para ver Z, la ciudad perdida) y nadie perdona la emoción desvergonzada (como en Sahara, otra risa de peli), así que era de esperar que esta sopa fría de verano cortase más de una digestión, pero eh, a pesar de la funcionalidad de un director alérgico al riesgo, lo que hay son muchos referentes tanto propios como ajenos: y es que esto es una historia de amor imposible perdida en el tiempo con vampiros del espacio más que una peli de cadáveres llenos de vendas. Y de eso sabe un rato el lector veterano de Marvel, que conocía y trató a estos mismos monstruos allá por los setenta.
Los muertos vivientes de la película son un regalo, puro delirio ochentero, que ya sufren en sí mismos esa mezcla desenfadada, porque son los primeros que corren que se las pelan a pesar de su avanzado estado de putrefacción.
Y luego está Tom Cruise, más divertido que nunca en la secuencia del pub londinense, o el arranque con la presente destrucción de restos históricos a mano armada.
Ahora falta conocer si los resultados económicos no tiran por tierra una apuesta tan sorprendente como arriesgada, porque actualmente el género disfruta de una segunda juventud cuando sabe jugar a la baja, ya que estas producciones sin un espectador concreto en gustos y edad, suele funcionar con otro tipo de “mastodontes” más en la onda de Fast & Furious que con la fiesta por la fiesta dentro del espectro fantástico. Parece que la crítica ha dictado sentencia (y también parece que en España no habrá mucha salvo honrados profesionales y maestros que pasen por taquilla, ya que no hubo pase de prensa), así que ahora solo queda confiar en la buena fe y las ganas de combatir el calor por parte de espectadores con ganas de pasar un buen rato con este delicioso frapuccino fantastique pulp de cine para una tarde calor insoportable.
