Muere Roger Moore, el James Bond más granuja

DESCANSE EN PAZ

Muere Roger Moore, el James Bond más granuja

En Suiza tenía que ser, dónde si no. Roger George Moore nos ha dejado a los 89 años de edad hace escasos minutos. Muere Roger Moore, el James Bond más granuja.

El Sir, natural de Stockwell, Londres, sus padres fueron una ama de casa, y un policía. Inicialmente quiso ser dibujante de historietas, y de hecho su primer empleo fue en una revista. Tras cursar como modelo y actor en Londres y gracias a su belleza masculina, no le fue difícil abrirse en el medio teatral y del cine de entonces. Uno de sus primeros papeles como actor fue ser uno de los centuriones de César y Cleopatra (1945). Ya definida su meta en el cine, siguió cursos de Arte Dramático en la Royal School de Londres, trabajando poco a poco después en el teatro y en la radio.

El papel recurrente en Maverick le llevó directo a El Santo, el primer hito de su carrera, y de ahí directo a James Bond en su primera película de la franquicia, Vive y deja morir (Live and let die), donde repetiría con el personaje en siete ocasiones, logrando protagonizar alguna de las mejores historias del espía en la pantalla, como la extraordinaria La espía que me amó (The Spy Who Loved Me), uno de los hitos del personaje creado por Ian Fleming. Sus otros trabajos como agente doble cero son El hombre de la pistola de oro (con el grandioso Christopher Lee como Scaramanga), Moonraker (la odisea espacial de Bond), Solo para sus ojos, Octopussy y Panorama para matar, que rodó con casi sesenta años y aún así tenía más huevos que muchos otros espías de cartón piedra.

Tal era su carisma que entre medias se permitió el lujo de ser Sherlock Holmes, Jacques Clouseau o meterse en órdagos bélicos del calibre de Patos Salvajes.

Con más sentido del humor del que cualquier Bond haya tenido jamás (con la excepción de Pierce Brosnan) se dejó ver en películas tan alejadas de su talla como Spiceworld: la película, The Quest (En busca de la ciudad perdida) a las órdenes de Jean-Claude Van Damme o incluso en el último remake televisivo de la serie de Simon Templar.

Se va un grande, un derrochador de carisma que solo necesitaba alzar una ceja para cumplir misiones, un seductor, un cachondo y, esto ya a título personal, el mejor James Bond de la historia del personaje.

Espero que sigas con la licencia en orden, viejo. Gracias por los servicios prestados.

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