Las 13 mejores pelĂ­culas de Bud Spencer y Terence Hill

DOS SUPER MĂŤTICOS

Las 13 mejores películas de Bud Spencer y Terence Hill

El pasado verano nos dejaba una de nuestras leyendas personales, Bud Spencer. A dos meses para su primer aniversario fuera de nuestras vidas, le dedicamos las 13 mejores películas de Bud Spencer y Terence Hill.

La mitad de una de nuestras sociedades favoritas, uno de los tipos que nos inculcó una serie de valores cinematográficos y, por qué no, vitales, nos dejaba para siempre. Pero nunca se irá, porque junto a Terence Hill, y a veces en solitario (ambos), nos dejaron una buena colección de mamporros y humor blanco que son eternos.

...y si no, nos enfadamos (...altrimenti ci arrabbiamo!)

Dos peleas históricas (la del gimnasio y la del final), una canción inolvidable y las localizaciones más españolas de su carrera dieron como fruto la joya de la corona de la pareja Bud Spencer y Terence Hill. Por molar mola hasta la ropa. Todos queremos una chupa com la de Bud Spencer. Cervezas y salchichas para todos.

Le llamaban Trinidad (Lo chiamavano Trinità…)

Su primer éxito juntos, la película que marcó el boom de los spaghetti westerns en clave de humor. Aquí no había salchichas, pero sí unos buenos bocadillos de judías. En estos tiempos de actores blanditos, habrían necesitado un especialista.

Par-impar (Pari e dispari)

Más educación con los mejores profesores. En esta ocasión, sobre los juegos de mesa con dinero de por medio. Dos hermanos bastante brutos que intentarán desarticular una banda de apostadores clandestinos… en medio del océano. Llevo toda la vida intentando hacer este truco y no hay manera.

Quien tiene un amigo, tiene un tesoro (Chi trova un amico trova un tesoro)

Con otro clásico de la pareja dirigiendo, el gran Sergio Corbucci. Mermelada, tesoros y un viejo japonés en una isla que no sabe que la II Guerra Mundial terminó hace tiempo. Un poco incorrecta al meterse en otras civilizaciones, pero igual de efectiva que cualquiera de esta lista. Y con lo de incorrecta nos referimos exactamente a esto:

Dos super dos (Non c'è due senza quattro)

Lo que terminaría siendo la especialidad de Jean-Claude Van Damme se adelantó unos cuantos años multiplicada por dos. Al igual que en el trabajo anterior, la incorrección mostrada con un par de personajes principales sería inimaginable actualmente.

¡Más fuerte, muchachos! (Più forte, ragazzi!)

Otra combinación ganadora desde su banda sonora, porque vaya bandas sonoras tenían las películas de estos colegas. Más selvas explotadas y villanos a la altura del mejor archienemigo de James Bond.

Dos súper policías (I due superpiedi quasi piatti)

Otra comedia de enredos entre (las posteriores) Loca Academia de Policía y Kiss Kiss Bang Bang. Los hermanos Marx del sopapo, ahora con uniforme. No se puede pedir más.

Dos superesbirros (Nati con la camicia)

Solo Hill & Spencer eran capaces de multiplicar los enredos por cuatro, su parte y la de los dos juntos. En este caso, pasan de ser tomados por criminales a agentes especiales.

Estoy con los hipopótamos (Io sto con gli ippopotami)

¿En qué situación podríamos adorar aún más si cabe a nuestros héroes favoritos? La respuesta es fácil: protegiendo la fauna africana de una banda de traficantes desalmados. Otro clásico de la pareja anterior a la década de los ochenta. Como casi siempre, si algo se les daba mejor que repartir justicia, era comer como cochinos.

Dos misioneros (Porgi l'altra guancia)

Vale, estos dos tarados molan más cuando la acción se desarrolla en su época, pero es innegable que esta aventura con nativos tiene su punto interesante. ¿Ya hemos dicho lo bien que comían estos dos?

Le seguían llamando Trinidad (Continuavano a chiamarlo Trinità)

Más elegantes pero igual de sudorosos, la secuela de Trinidad presenta tantas risas y momentos hilarantes como la primera. Uno de ellos, para la historia. Carne de meme en el maldito 1971.

El superpoderoso (Poliziotto superpiù)

Para ir terminado, y para hacer el homenaje como dios manda, vamos a despedirnos con dos aventuras individuales de los dos súper cracks, y la primera es esta divertida aventura de cómic con un policía que adquiere superpoderes vía energía nuclear, AKA radiación. Ernest Borgnine será su inolvidable compañero en esta ocasión y el color rojo el mayor de sus problemas.

El Supersheriff (Chissà perché... capitano tutte a me)

El mismo año que Hill se hacía policía en solitario, Spencer revalidaba el título de sheriff acompañando por segunda vez al pequeño visitante de otro planeta para combatir el crimen en el pequeño pueblo donde viven… y en la galaxia. Gracias por tanto. A los dos.

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