14 musicales mejores que La La Land

UNO POR NOMINACIÓN

14 musicales mejores que La La Land

En plena temporada de nominaciones y premios, aprovechamos para recordar 14 musicales mejores que La La Land

Con 14 nominaciones a los Oscar, récord absoluto, La La Land (La ciudad de las estrellas) se ha convertido en el fenómeno de la temporada. Aunque la gente salga bailando de las salas y haciendo ridículos pasos de baile cuesta abajo volviendo del trabajo, antes de la película de Damien Chazelle hubo otras. Y molaban más. Y nadie bailaba por la calle. Vamos a recordar 14, una por nominación.

Footoloose (1984)

Los años 80, los padres chungos, la ley mordaza y Kevin Bacon muy cabreado con todo dios. La labor de Herbert Ross, conocedor del género y veterano fiable de la industria, aportaron sabiduría a una banda sonora descomunal e irrepetible que forma parte de nuestras vidas desde hace décadas.

Little Shop of Horrors (1986)

Frank Oz siempre ha sido un seguro de vida. Curtido en compañía de Jim Henson, moviendo hilos en Muppets o sacando lo mejor de Eddie Murphy y Steve Martin, consiguió a mediados de los ochenta uno de los musicales más encantadores y perversos que se recuerdan. Los animatronics, las canciones increíbles y un reparto maravilloso lo hicieron fácil.

 

Grease (1978)

Cultivó todos los géneros, pero Randal Kleiser nunca pudo superar Grease. Ni la película ni el fenómeno. Macarras y pijas, veteranas y noveles, unidas por la música y el buen rollo high-school hasta el fin de nuestros días.

El fantasma del paraíso (1974)

Brian De Palma es uno de los mejores directores de todos los tiempos te pongas como te pongas. Lo demostró aquí y acababa de empezar su carrera. Sigue resultando infinitamente aterradora y, sobre todo, muy muy triste. A pesar de los Juicy Fruits y de la mejor canción de la historia para arrancar una peli. Irrepetible. Inolvidable.

The Juicy Fruits - Goodbye Eddie from yoshi on Vimeo.

Los Productores (1967)

La primera película de Mel Brooks puso el listón tan alto que nunca lo superó. No, ni con El jovencito Frankenstein ni con Sillas de Montar Calientes. Aún así, estuvo bien cerca. Joder, qué risa.

 

Mary Poppins (1964)

Uno mira la fecha de producción de esta película y no puede dar crédito ante semejante movida: una niñera que pone en constante peligro a un par de críos, que lleva de calle a un pagafantas y que pone su magia al servicio de un despliegue imaginativo inaudito.

The Rocky Horror Picture Show (1975)

La prima simpática de la película de Brian De Palma lo tuvo más fácil un año más tarde. Su complicidad con la audiencia sigue celebrándose hoy día cada vez que se proyecta en cualquier rincón del mundo.

Sweeney Todd: The Demon Barber of Fleet Street (2007)

El último resquicio de identidad de un director consumido por la industria y la pérdida de magia se dejó ver con fuerza en esta brillante adaptación de un personaje que lleva causando estragos desde 1846.

Aladdin (1992)

Veinte guionistas acreditados y dos directores hicieron falta para que Disney regalase al mundo uno de los iconos de la compañía, el genio de la lámpara. Magia y sano cachondeo a ritmo de unas melodías que llegaron para no salir jamás de tu cabeza.

Hedwig and the Angry Inch (2001)

Entre John Cameron Mitchel y Stephen Trask reventaron el Off-Broadway con un musical directo a la yugular y con el corazón en su sitio. Hermosamente incómoda, tiene algunas de las letras más increíbles de este dossier.

The Blues Brothers (1980)

John Landis supo vivir su momento de gloria exprimiéndolo al máximo. Una pareja que es historia y un canto blues de amor al exceso y al poder de destrucción que tanto gustaba a Landis en dos horas de montaña rusa.

Dirty Dancing (1987)

La filmografía de Emile Ardolino debería haber sufrido un antes y un después a raíz de la peli favorita de tu madre, pero no. Aquí había temazos, carisma y un Patrick Swayze forjando su leyenda a fuego.

El otro lado de la cama (2002)

Seguro que Emilio Martínez-Lázaro jamás pensó que su película más divertida (vía David Serrano) sería un musical y mucho menos aparecer en una lista como esta. Un reparto entregado al que no le importa demostrar que lo suyo no es el cante convierte una clásica comedia de enredos 100% española en un musical muy divertido.

Inside Llewyn Davis (2013)

Una de las mejores películas de los hermanos Coen, seguramente la mejor, no es un musical al uso. Hay canciones (recurso mínimo), pero no hay coreografías. Es un musical porque en esta epopeya circular sobre la miseria, la única protagonista es la música.

Como ves, hemos intentado no abusar de los trillados clásicos del cine: El Mago de Oz, Cabaret, Cantando bajo la lluvia, West Side Story… claro que había musicales enormes, pero como los tiempos han cambiado, puede que nuestros 14 musicales mejores que La La Land no te dejen indiferente. Parafraseando a Kevin Bacon en Footloose, ¡¡¡A BAILAR!!!

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