La música se muere por culpa del sexo en Tinder
¿Cómo está perjudicando el sexo en Tinder a los conciertos? El fin de la música llega, no con un bang, sino con un tras tras
La tecnología es el veneno. Ya lo auguró Elton John cuando pidió a las naciones de todo el mundo que actuasen para salvar la industria musical cerrando Internet, y ahora lo hace un promotor de conciertos australianos advirtiendo de una amenaza mucho más seria. El follar. Tinder se inventó para satisfacer tales apetitos -también llamado el instinto de apareamiento humano según los documentales de Explora-, y desde que se convirtió en algo tan fácil deslizar un húmedo dedo a través de la pantalla del dispositivo móvil, se están perdiendo sanas tradiciones como el hablar, comer los bioritmos, y sí, parece que también la pasión por la música.
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O al menos así lo afirma Cherry Bar, promotor musical australiano según quien la gente solo va a los pubs, locales o conciertos para follar, y el sexo en Tinder no está volviendo unos desentendidos de la vida que lo queremos todo hecho y nada de los trámites que hay entre ello. El de tu casa a la mía y mientras menos interacción que no implique sacarla y meterla tengamos mejor, frente al que ninguna starlette o divo del rockanroll puede hacer nada.
El futuro de la música
¿Quién necesita a Love of Lesbian cuando puede montárselo con Ana y su hermana? ¿Quién necesita el regreso de KISS cuando te pueden meter la lengua hasta el cervix? La música en vivo tendrá que ponerse las pilas si de verdad quiere hacer frente a esta amenaza, quien sabe si tocando en locales de swingers u ofreciendo karaoke múltiple de la banda con consumición gratis después de la actuación, pero los mismo terminamos convirtiendo los conciertos en una mezcla entre la cantina de Mos Eisley y el segundo acto de 'Abierto hasta el amanecer'.
La música se muere por culpa del sexo en Tinder, ¿o será que preferimos cojer a que nos jodan los oídos con tanto cántico basura?
