San Valentín es cosa de Dos: Tiempos Modernos y Wall*E

CLÁSICOS DE AYER Y HOY, LA MAGIA DEL SENTIMIENTO SIN NECESIDAD DE PALABRAS

San Valentín es Cosa de Dos: Tiempos Modernos y Wall*E

¿Buscando películas para ver en pareja (o no) en San Valentín?

El 14 de Febrero está a la vuelta de la esquina y con motivo de San Valentín hemos decidido dedicaros un especial de siete entregas con el que repasaremos algunas de las grandes historias románticas que ha dado el cine. Películas como las que nos ocupan en este caso, Tiempos Modernos y Wall*E, sin ser las más habituales represantan a la perfección el espíritu de esta fecha.

En el caso de la película de Charles Chaplin y Paulette Goddard, se trata de una película extrañamente moderna para los tiempos en los que fue rodada y con la que -por desgracia- fácilmente se podrían trazar paralelismos con la época que nos ha tocado vivir. En tiempos de penurias, cuando el fantasma de la Gran Depresión llenaba los hogares de hambre y desesperación, un trabajador apunto de perder el juicio por un empleo alienante y una huérfana obligada a malvivir en las calles cuando las autoridades le arrebatasen su familia encontrarían apoyo mutuo frente a los negros días que les había tocado vivir.

No hay trabajo. El poco que hay se desarrolla en unas condiciones precarias e inhumanas, las manifestaciones de los sindicatos llenan las calles y apenas cuentan con algo que llevarse a la boca. Pero aun así, se tienen el uno al otro para intentar valerse de su ingenio y salir airosos en el día a día. Una película con un optimismo melancólico capaz de insataurar una sonrisa incluso en el rostro más inexpugnable y dejarla ahí hasta mucho después de que termine la función.

En el caso de la película de Pixar, Wall*E nos presenta una historia de ciencia ficción futurista en la que la Tierra se ha convertido en un vertedero abandonado donde únicamente habita un pequeño robot de limpieza. Tan irresistible como dinámica, las desventuras de este expresivo robot guardan bastantes similitudes con la de Chaplin. De hecho puede verse gran parte del espíritu del slapstick que popularizaron él, Buster Keaton y muchos otros en sus intentos por encontrar una vía de escape a su soledad a través de la marcial EVA.

Sentimientos humanos en forma de chisporroteo digital, en el interior de dos carcasas de materiales sintéticos atrapadas en un mundo extraño en el que nuestra especie perdió su razón de ser. Divertida, triste, encantadora.... sin apenas mediar palabra, la autenticidad de todo las emociones que nos convirtieron en lo que somos renacen con toda su pureza con la sencillez de una danza espacial entre píxeles y polvo estelar.

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