Crónica: Rock in Rio, parque de atracciones con música de fondo

MADRID 2012

RHCP

4 días, 2 fines de semana, 14 grupos, muchos Djs y Pitbull. Esa es la carta de clausura de la tercera Edición de Rock in Rio Madrid, en Arganda del Rey. Se hace raro, y difícil, meterle el rock al nombre del festival, pero entendemos su tirón comercial. La ciudad del Rock ha reunido a casi 180.000 personas, aunque más que ciudad podemos hablar de parque de atracciones en medio del desierto.

Todo lo que sabemos de las primeras jornadas es de oidas. Sólo nos interesaba ver el último día con los conciertos que hacían honor al nombre del festival. Aun así, no pudimos evitar ir el viernes 6 a cotillear el recinto y, sí, a ver al Dj francés junto a un montón de adolescentes que se emocionaban cuando les enfocaba la realización interna y se veían en las pantallas colocadas a los lados del escenario.

Al parecer,  El Pescao fue en encargado de abrir la tercera edición del festival en el día de ensalzamiento del pop nacional, si, ese del bueno. Pese a ello la noche del sábado 30 de junio la cerrarían a medio camino entre el “rockero” Lenny Kravitz y los corta venas de Maná. Toda una oda al rock. 

 

david guetha

El festival se retomaba el jueves 5 de julio pero antes de eso llegaron las malas noticias, Rihanna cancela y el pánico se desata. Pero la organización, antes que pensar en alargar el conciertazo de Amaia Montero, la encargada que coger el hueco horario de la Ri ri, decidió colar a Carl Cox. Un Carl Cox que hubiese pegado más el día siguiente del festival, el viernes 6. Y es que entre David Guetta y Pitbull llegaron a reunir a 61.000 personas ansiosas por consumir sus grandes éxitos y beber mucha agua. Sospechosamente mucha, mucha agua.

Había ganas de ver a Guetta fuera de sus fiestas ibicencas y verle subido en su particular altar predicando para su efervescente público que demandaba sólo lo mejor del francés. Gracioso fue ver como el señor Guetta y su compatriota Martin Solveig pinchaban algún que otro tema de Rihanna y de otros grupos que asistirian al festival, no sabemos si por meter el dedo en la llaga o por eso de avisar lo que viene. Es curioso que en la ciudad del rock lo que los petaran fuesen los Djs. Y más si tenemos en cuenta que el recinto contaba con una zona de música electrónica que funcionaba constantemente.

 

gogol bordelo

 

Último día para ir cerrando y el cartel más rockero estaba al alcance de todos. Y si estábamos en un parque de atracciones gigante, bienvenido fue el circo con el punk rock gitano de los Gogol Bordello. Poca gente se esperaba que el ritmo festivalero del grupo inmigrante liderado por el ucraniano Eugene Hütz lo petara tanto. Los teloneros perfectos. La gente fue dejando el botellón para meterse en el festival y disfrutar de la música y de una tirolina que te dejaba colgado frente al escenario debido al viento. Todo eran risas, bailes y “hey hey heys” hasta que al escenario subieron los chicos de Brandon Boyd.

Incubus se daba el lujo de tocar hora y media sin ser tan moñas como acostumbran y con un Boyd entregadísimo a su público y consigo mismo. Porque cuando él -y todos- se arrancaban con momentos entrópicos el público, que estaba con el buen rollo que había dejado Gogol Bordello, no supo entrar en el momento zen y compartirlo con ellos. Fue el caso de In the company of wolves, que sólo pudo ser remontada porque la siguiente canción fue un temazo como DriveHablando de temazos, se echaron en falta clásicos como Wish You Were Here pero celebramos que no dedicaran todo el tiempo a sus temas más ñoños.

 

incubus

La cosa se iba apretando en primera fila y no era para menos, se acercaba el momento esperado. Con una puntualidad escrupulosa irrumpían en el escenario Flea, John (perdón Josh) Klinghoffer y Chad -Will Ferrel- Smith dando ritmo para que entrase el triunfal bigote de Antohny Kiedis y comenzasen a sonar los Red Hot Chilli Peppers.   

Puede que lo que digamos aquí no coincida con las opiniones de los fans incondicionales, que salieron del recinto henchidos de felicidad, pero lo cierto es que no fueron su mejor versión. Los RHCP sienten el peso de la ausencia, y no nos referimos a la de Frusciante. Antohny Kiedis ha perdido la voz llegando a ser hasta desagradable de escuchar. Temas como Under the bridge, eminentemente vocales, carecían de brillo y emoción.

Aun así cerrarón el festival de manera digna pero con un aprobado alto nada más. Esperábamos algo más de ellos de sus dos horas de concierto que, por cierto, no dieron al completo. No llegarían ellos a ser el cierre real, quedaba Deadmau5 para el festival, pero sí para los autobuses que iban y venían desde el Paseo de la Castellana y Arganda.

 

rhcp

Los más puristas pensamos que poner la palabra rock con semejante cartel no es de agrado, es cómo decir una blasfemia ante un altar de cuero y pinchos con un melenudo con camiseta de Ac/Dc haciendo de cura. Lejos de eso el festival de Rock in Rio ha logrado reunir a los grupos con sus públicos sin hacer mezclas raras que podrían acabar en un lanzamiento de botellas o caos general. Muy bien organizado desde antes de llegar a el festival en sí pese a las casi eternas colas para los autobuses y para poder acceder al recinto, totalmente enfocado a ser escaparate para los patrocinadores y marcas que operaban en el festival.

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