Crítica de Eva, pequeño cuento robótico

DE KIKE MAÍLLO


Eva, la ópera prima de Kike Maillo, después de haber pasado por dos de los festivales más importantes del país (San Sebastián y Sitges), llega ahora a las carteleras comerciales.

Eva es un pequeño cuento robótico, cálida y tierna. No exenta de la influencia de dos películas como Inteligencia Artificial y Blade Runner. Pero es mucho más acogedora que estas, en el sentido de que es una historia más pequeña, más íntima, más familiar. Y el paisaje suizo donde está localizada ayuda muchísimo, muy gélido y acogedor a la par. No es una película de ciencia ficción, sólo es un contexto para un drama.

El mayor atractivo de la película es su estética, marcada por el retrofuturismo setentero. Nos presenta una sociedad donde lo más retro (coches, ropa), casa perfectamente con un estilo de vida donde los androides son una realidad y donde, aparentemente, todo funciona bien. La fotografía de Arnau Valls Colomer colabora muy bien en la historia.

En este contexto, vuelve a casa el hermano pródigo Daniel Brühl y se encuentra con "aquello que podría haber tenido si no se hubiese ido". Ahora la novia a la que dejó atrás, Marta Etura, está casada con su hermano, interpretado por Alberto Ammann. Y tienen una hija: Eva (interpretada por Claudia Vega).

Una niña que debiera ser fascinante y no llega a serlo del todo. El personaje, con sus fracturas, está diseñado para entrar en esa lista de grandes personajes infantiles del cine al estilo Leolo, Antoine Doinel o Estrella, la protagonista de El Sur. Pero, si bien a ratos resulta de una dulzura preciosa, en otros es un personaje que cansa y agota.

En el resto de los personajes están bastante bien defendidos por sus intérpretes, aunque en la mayoría de los casos disten mucho de arquetipos. Sí destaca, por pura simpatía, el droide de asistencia del hogar y altamente emotivo al que da vida Lluís Homar.

Por lo demás, es difícil hablar de la película sin desvelar el giro de su trama. Pero, aunque la narración es muy clásica, todo está bien hilvanando y la historia es sólida, queda cierto regusto de que no acaba de funcionar. Probablemente sea porque el final es excesivamente emotivo y no consigue atrapar al público en esa emotividad.

Pero Eva también tiene secuencias maravillosas. Especialmente son las de Eva en el laboratorio de su tío, sobre todo la primera vez que ve al robot. Y, como ya vimos en el trailer, el sistema de creación de la mente del robot es precioso. El gato libre también nos gustó mucho. El problema es que hay un plano, sólo un plano, que te borra la buena sensación de todos los efectos especiales.

En conclusión, Eva es una película con bastante magia, entrañable y que se ve muy a gusto. No es una película para los fanáticos de la ciencia ficción, los robots sólo forman parte del contexto. Muy atractiva y que, pese a sus fallos, se ve muy bien.

¿Qué ves cuándo cierras los ojos?




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