El Señor de los Anillos: 8 cosas que la trilogía mejoró con cada película

Latrilogía de Peter Jackson, El Señor de los Anillos, sigue siendo una de las mejores del cine. No sólo da vida al genio creativo de J.R.R. Tolkien, sino que narra magistralmente una emocionante aventura sobre la superación de obstáculos imposibles en el reino más fantástico y terrorífico de la Tierra Media.

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Para los fans, decidir cuál es la mejor de las tres películas es un debate interminable, aunque todos parecen estar de acuerdo en que todas son obras maestras por razones específicas. Elegir cuál es la mejor película es difícil, pero cada una de ellas mejoró con respecto a la anterior. A medida que el viaje avanzaba y los héroes crecían, también lo hacía el esfuerzo de los creadores.

8 Cuanto más lejos viajaban, más fuerte se hacía la hermandad

Cuando se formó la Comunidad, el público creyó que estarían juntos como un grupo variopinto para siempre. Sin embargo, su dinámica aún tenía mucho trabajo, con Gimli y Legolas enfrentados, y la vulnerabilidad de los hobbits en el combate. Fue triste verlos separados, y la fe en su amistad quedó en entredicho.

Con Sam y Frodo, y María y Pippin separados, tendrían que depender el uno del otro para estar a la altura de las circunstancias, mientras que Aragorn, Gimli y Legolas creían que todo se resolvería al final. La amistad de Sam y Frodo se vio más cuestionada que el resto. La creciente tensión entre los dos estaba tan bien construida con cada película, que se sentía tan real como desgarradora. A pesar de los crecientes desafíos en el camino, la Comunidad se reunió más fuerte que nunca al final.

7 Muchos de los héroes tuvieron un crecimiento fantástico a lo largo de las películas

Es muy raro ver una franquicia cinematográfica con múltiples personajes que experimentan un increíble crecimiento de carácter, no sólo el protagonista. Sam y Aragorn son los que más crecen. Sam empezó siendo tímido y temeroso, pero acabó siendo el personaje más valiente e inspirador. Aragorn siempre fue un líder fantástico, pero cuando finalmente aceptó su papel de rey, por fin se hizo con el suyo propio.

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Otros personajes estuvieron a la altura y cumplieron su parte en la Guerra del Anillo. María y Pippin, pasaron de ser tontos despistados a fieros guerreros a lo largo de la segunda y tercera película. Éowyn también experimenta su propio crecimiento, que conduce a una de las mejores escenas de lucha de la trilogía.

6 La espiral mental de Frodo y Sméagol construyó el drama de la trilogía a la perfección

Hay muchas dinámicas de personajes interesantes a lo largo de la trilogía de El Señor de los Anillos, pero ninguna es tan compleja y central para la trama como la de Frodo y Sméagol. Frodo oye hablar por primera vez del retorcido personaje bajo el nombre de Gollum a través de Gandalf en la primera película. Cuando finalmente se encuentran, Frodo se compadece de Gollum, mirando más allá de su locura y viendo a la persona que una vez fue, Sméagol. Frodo hace lo que a la mayoría no se le ocurriría, intenta ayudarlo.

El conocimiento del pasado de Sméagol añade humanidad al personaje y también presagia lo que le ocurrirá a Frodo. A pesar de lo que la gente pueda pensar, Frodo tiene la esperanza de que Sméagol encuentre su camino y, al ayudarlo, él mismo tiene una oportunidad de salvarse. Lamentablemente, con el trato que recibe Sméagol y lo traicionado que se siente, su lado más oscuro regresa. Cuando Frodo finalmente se corrompe y lucha con Gollum por el anillo es una muestra de lo enloquecedor que es ser el Portador del Anillo y también hace un final muy dramático.

5 Las apuestas subían con cada película que pasaba

En la primera escena de la trilogía, se establece que el reinado de Sauron podría sumir a la Tierra Media en el caos. Cuando Frodo se encuentra con Galadriel, se le muestra una visión de la Comarca en llamas y de su pueblo esclavizado, visión que se haría realidad si él fallaba.

La segunda película hace un trabajo aún mejor al mostrar el impacto de Sauron en el mundo con la manipulación de Théoden, Rey de Rohan, y el asesinato de varios Ents por parte de Saruman. A medida que se involucran más personajes, lo que está en juego aumenta, ya que los personajes queridos podrían convertirse en grandes pérdidas, como cuando Elrond informa a Aragorn de que Arwen morirá si no tienen éxito en la película final. Por si eso no fuera suficiente presión para los héroes, también está el riesgo del poder del Anillo, que no sólo vuelve loco a Boromir, sino que corrompe gradualmente a Frodo a medida que avanza el viaje.

4 Las peleas se vuelven más grandes y creativas

A pesar de lo emocionante que es La Comunidad del Anillo, las batallas no son tan asombrosas como en la secuela, y hay una emocionante mejora con la película final. Es cierto que la pelea de Gandalf con el Balrog es indiscutiblemente impresionante, pero el resto de las peleas de la primera película son de corta duración. La segunda película cuenta con la primera batalla de alto nivel en el Abismo de Helm, que combina las peleas dramáticas con la estrategia en una prolongada batalla que define la película.

En El Retorno del Rey, las batallas finales están a otro nivel. Hasta llegar a la batalla por Minas Tirith, los héroes son llevados al límite, pero además, está claro que los creadores de la película se divirtieron mucho. Desde Aragorn cargando con un ejército de fantasmas hasta Legolas derribando sin ayuda a un Oliphant, por no hablar del intenso cara a cara entre Éowyn y los Nazgul, además de Frodo contra Gollum a kilómetros de distancia, las batallas alcanzan su punto álgido en el final.

3 Aumentar el miedo mantiene al público en vilo

Aunque La Comunidad del Anillo tiene muchos momentos escalofriantes, desde las intensas escenas de persecución hasta el desarrollo dramático de las batallas, nunca llegó a los niveles de ansiedad que alcanzaron la segunda y, aún más, la tercera película. El viaje de Sam y Frodo a Mordor es cada vez más traicionero, inquietante y desesperado, ya que son guiados por Sméagol.

La escenografía, la localización, el maquillaje y el vestuario, junto con las increíbles interpretaciones de los actores, hacen que el público se sienta abrumado por la carga de ficción que llevan estos personajes. En El Retorno del Rey la producción se supera a sí misma, especialmente en lo que respecta a la historia de Sam y Frodo. A medida que los espectadores siguen a los héroes adentrándose más y más en Mordor, el miedo aumenta, lo que sirve para la mayor recompensa al final, cuando los héroes se liberan finalmente de los terrores de su viaje.

2 Desafiar la fe del público en un final feliz

Aunque la primera película deja entrever que el viaje no será nada fácil, todavía hay esperanza. Los héroes saben lo que deben hacer y siguen teniendo fuerza, pero a lo largo de Las dos torres esa fuerza es llevada al límite. Afortunadamente, Sam devuelve la esperanza al final de la película y los héroes consiguen superar sus batallas.

Sin embargo, a lo largo de El Retorno del Rey, los héroes tienen que soportar muchas cosas. Pippin es el objetivo de Sauron, el ejército de hombres está en gran desventaja una vez más, y Frodo se está perdiendo ante la influencia del Anillo. En el amargo final, cuando Frodo sube a duras penas al Monte del Destino y el tiempo se agota para todos, aferrarse a la esperanza es muy agotador para los espectadores, pero merece la pena por el edificante final.

1 Las bandas sonoras mejoraron cada historia

Por debajo de la actuación, la escenografía y los efectos especiales se encuentra la banda sonora, que se encarga de transmitir el impacto emocional de cada escena. El compositor musical Howard Shore añadió la pieza final a esta trilogía perfecta y la música mejora con cada película.

Cada banda sonora tiene la esencia de la película y, a medida que el drama y la emoción se intensifican, también lo hace la composición de Shore. La primera película rebota de lo alegre a lo dramático, mientras que la segunda es en general intensa y deprimente, excepto durante el discurso de Sam, cuando se enciende un poco de esperanza para los héroes. La tercera película recupera muchos temas musicales y los actualiza, por así decirlo, con tonos nuevos y más dramáticos, a la altura de la película final. Aunque algunos temas se repiten, hay ciertos sonidos, como el tema de Barba de Árbol y la música triunfal cuando Aragorn recibe a Anduril, que ayudan a marcar ciertas escenas y a realzarlas.

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