Mini Maker es un taller de escultura caótica para antiperfeccionistas

Mini Maker es un taller de escultura caótica para antiperfeccionistas

Mini Maker, de Vertical Slice, es uno de los juegos de arte más disparatados que he conocido en años, y me encanta. Actualmente en desarrollo y a solo 2 dólares en itch.io, trae la promesa del caos y la libre expresión a través del extraño mundo de la escultura surrealista.

¿La premisa? Haz cualquier "cosa" que te apetezca, pero hazlo bajo la influencia de las peticiones un tanto arbitrarias de estas extrañas personitas de malvavisco.

El juego comienza con un sencillo reto de diseño. Tras un breve tutorial, rápidamente se me dio acceso a una tienda que me permitía gastar el dinero de las comisiones que había ganado. Aquí podía comprar paquetes misteriosos cada vez más extraños, que contenían extremidades bulbosas, "WOW" animados y otras curiosidades. Los he utilizado para diseñar criaturas extrañas y a veces aterradoras, desde plantas hasta juguetes que parecen haber salido del espacio oscuro bajo la cama de Sid, el villano de Toy Story.

Mini Maker es un taller de escultura caótica para antiperfeccionistas

A medida que avanzaba por los diferentes niveles o "talleres", mi objetivo era complacer a estos raros tipos artísticos con mis creaciones, el tipo de personas que se ciernen sobre ti mientras trabajas y sienten la necesidad de comentar cada pequeña edición. Sus comentarios pueden ser divertidos a veces, pero sobre todo me gustaría que dejaran de mirarme desde la esquina de la pantalla, con esos ojos huecos.

Como si la presencia de estos centinelas de malvavisco no fuera lo suficientemente mala, mi espacio de trabajo es constantemente invadido por vándalos voladores, tomates bifurcados y sensibles, y algún que otro ninja que planta bombas. No tengo ni idea de en qué tipo de empresa clandestina está metido el artista al que interpreto para justificar tales ataques, pero, oye, eso hace que el juego sea un poco más interesante.

Lo extraño de Mini Maker, y algo que podría convertirse en una fuente de frustración, es que no hay botón de deshacer. Tienes que comprometerte de verdad con cualquier modificación que hagas, ya que vas encajando piezas en combinaciones inconcebibles, contra el opresivo tic-tac del temporizador. Hay que saber que se cometerán errores.

Menos mal, porque no estoy seguro de que haya siquiera una forma de perder

; parece que te pagan sin importar qué tipo de monstruosidad horrible se manifieste desde los anales depravados de tu subconsciente. Tanto si se cubre de zumo de tomate volador como si se infecta con alguna sustancia extraña, verde y pegajosa, los pequeños malvaviscos parecen aceptar siempre tu escultura sin importar el estado. El único estado de pérdida real ocurre cuando se te acaba el tiempo. Imagen 1 de 4

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Algo que me enseñaron en la universidad de arte ha aflorado mientras jugaba a este juego: "No hay errores". Es una noción que Mini Maker hace hincapié, y un sentimiento que cualquier artista que se considere surrealista, o quizás más apropiadamente dadaísta, debería aprender a vivir.

En la universidad, nuestros tutores solían darnos un grupo específico de materiales de arte, un límite de tiempo y una dirección vaga, y luego nos dejaban ir a lo loco. Mini Maker destila esencialmente ese proceso parcialmente limitado pero altamente exploratorio en formato de juego, sólo que, a diferencia de muchos juegos, no hay un estado de victoria general. Se gana creciendo como artista.

En este momento, el juego está inacabado, sin un verdadero sistema de menús para ajustar la configuración, y los controles no son súper intuitivos, como la imposibilidad de girar el objeto con el botón central del ratón en lugar de W, A, S, D.

Pero aún así es fácil ver su potencial como salida para los artistas escultores inadaptados. Tiene muchas cosas a su favor, desde la estética llamativa hasta la libertad de crear cualquier cosa extraña que se te ocurra, aunque sea a partir de una selección limitada de piezas. De todos modos, siempre encuentro que este tipo de limitaciones, e incluso los límites de tiempo, favorecen mi extraña forma de hacer arte.

Ahora mismo se está ultimando un modo para dos jugadores, así como la posibilidad de fotografiar tus creaciones in situ, y muchos más extras que, con suerte, harán que el juego sea mucho más completo. Además, se está organizando un concurso para conseguir tu imagen en el juego.

Así que, si buscas juegos artísticos experimentales, dale una oportunidad y comprueba qué extravagantes curiosidades conjuran tu cerebro y el Mini Maker.

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