Avatar: Los 10 mayores logros de Sokka

Sokka es el único no bender del Equipo Avatar, pero a pesar de ello es una parte crucial de Avatar: The Last Airbender. El joven miembro de la Tribu del Agua viaja por el mundo con Aang, Katara, Toph y Zuko utilizando su inteligencia e ingenio para salvar el día en docenas de ocasiones.

Más adelante, Sokka aprende el arte de la lucha con espada del Maestro Piandao, lo que le hace sentirse un miembro más del Equipo Avatar, aunque todos los demás siempre han insistido en que Sokka es mucho más importante de lo que él cree. En resumen, se puede decir que la presencia de Sokka es absolutamente esencial para la eventual victoria de Aang sobre el Señor del Fuego Ozai.

Sokka se encuentra accidentalmente en un recital de haiku sólo para chicas en Ba Sing Se. Procede a mostrar su sorprendentemente decente juego de palabras, para disgusto de Madame Macmu-Ling.

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La clase de mujeres jóvenes aprecia las respuestas hábiles y campechanas de Sokka a la interpretación casi elitista del haiku por parte de su profesor, pero luego mete la pata en su actuación final al incluir una decimoctava sílaba. Aun así, el hecho de que consiga jugar con la poesía a pesar de su total falta de preparación demuestra que Sokka puede manejar situaciones nuevas con garbo.

Aang y Katara están encantados con Jet y su grupo de luchadores por la libertad, hasta el punto de rechazar la revelación de Sokka de que los métodos revolucionarios de Jet sólo parecen nobles en la superficie. Es el primero en descubrir la estrategia secreta de los Combatientes por la Libertad para destruir una gran presa fluvial, que desataría una enorme inundación en la inocente aldea de Gaipan.

Katara y Aang no consiguen impedir que Jet inicie la primera fase de su plan, pero Sokka convence inteligentemente a los habitantes de Gaipan para que se trasladen a tierras más altas antes de que la aldea sea destruida.

Zuko y Sokka viajan a la prisión de Boiling Rock, donde el jefe Hakoda (y otros guerreros de la Fuerza Invasora) están presuntamente cautivos. Consiguen identidades falsas como guardias de la prisión y precipitan una avalancha de acontecimientos que finalmente les permite escapar en una góndola.

Afortunadamente para los héroes, Mai decide salvar al "imbécil que la abandonó", ayudándoles a completar su intento de libertad sin ninguna baja. Lo más importante es que Sokka nunca se separa de su padre después de este momento.

La Muralla Exterior de Ba Sing Se es evidentemente reparada después de ser destruida por el asedio del General Iroh, lo que obliga a la Nación del Fuego a idear medios alternativos para entrar en la capital del Reino de la Tierra.

Los avances tecnológicos permiten a los militares desarrollar una nueva y peligrosa superarma, conocida únicamente como el Taladro, que es más que adecuada para el propósito. La máquina resulta imposible de destruir, pero Sokka se da cuenta de que es necesario debilitar la estructura interna del Taladro antes de que cualquier ataque externo pueda causar daños con éxito.

Después de que Aang comience su batalla con el Señor del Fuego Ozai en el Bosque de Wulong, Toph, Sokka y Suki se quedan para ocuparse de la flota de globos de guerra voladores de la Nación del Fuego. Toph se hace con el control de una aeronave y Sokka crea intencionadamente un rumbo de colisión para acabar con el resto.

"Airship Slice" es probablemente uno de los gritos de batalla más alentadores de ATLA, en parte por la jocosidad de Sokka al acuñar el término. Dicho esto, los papeles de Toph y Suki son tan importantes como el de Sokka.

La primera batalla del Hombre de Combustión con el Equipo Avatar revela el enorme abismo que existe entre sus respectivos poderes: supera sin esfuerzo el aire-control de Aang, la tierra-control de Toph y el agua-control de Katara de forma consecutiva.

Su segundo encuentro es ligeramente menos pesimista, ya que expone la mayor debilidad del villano. No obstante, cuando el Hombre de Combustión ataca al Equipo Avatar en el Templo del Aire del Oeste, Sokka es el único que consigue asestar un golpe directo en su tercer ojo, derrotando sin querer al superdotado villano.

La Nación del Fuego es invadida en el Día del Sol Negro por una fuerza masiva compuesta por guerreros del Reino de la Tierra, la Tribu del Agua del Sur y la Tribu del Pantano de la Niebla. Hakoda asume el puesto de mando debido a su experiencia, pero cuando resulta herido, pide a su hijo que complete la misión.

Sokka maneja las maniobras militares con una madurez increíble, al menos hasta que Aang descubre que la Nación del Fuego siempre había estado al tanto de la invasión. Sokka intenta valientemente evacuar a sus soldados, pero es demasiado tarde.

La falta de habilidad de Sokka es una fuente de dolor en su vida, pero lo compensa con creces desarrollando una serie de brillantes inventos y tácticas. Es capaz de construir desde bombas rudimentarias hasta primitivos submarinos, por no hablar de astutas estrategias para desplegar sus inventos.

Puede que el genio científico de Sokka no esté pulido, pero brilla lo suficiente como para que todos los que le rodean reconozcan su brillantez. Por desgracia, tarda mucho más que los demás en aceptarse a sí mismo como es.

Los Maestros Aire pueden volar utilizando sus bastones, mientras que los Maestros Fuego se impulsan en el aire utilizando chorros de llamas, pero el vuelo como medio de transporte sólo se concibe en el Templo del Aire del Norte.

La Leyenda de Korra contiene máquinas voladoras como dirigibles y biplanos, ninguno de los cuales habría existido si Sokka no se hubiera dado cuenta de cómo evitar que el globo de guerra flotara indefinidamente en la atmósfera. Explica que "una tapa es en realidad la respuesta", porque "si controlas el aire caliente, controlas el globo de guerra".

Sokka adora su bumerán de la Tribu del Agua y su espada de meteorito sin medida, y utiliza sus armas con un grado de destreza que lo diferencia de la mayoría de la gente que le dobla o triplica la edad.

Sin embargo, cuando Toph se queda colgando de una aeronave de la Nación del Fuego que se está derrumbando, Sokka se ve obligado a sacrificar sus preciadas posesiones para salvarla (y, hasta cierto punto, a él mismo) de una muerte segura. Afortunadamente, las novelas gráficas revelan que el boomerang regresa de algún modo a Sokka.