10 series de televisión con un gran ritmo

La mayor ventaja que tiene la televisión sobre el cine es su duración: muchas historias requieren una duración prolongada para explorar todos los rincones de sus mundos, lo que las hace más adecuadas para las adaptaciones episódicas. Las series de televisión, si tienen éxito, se dividen además en temporadas anuales que suelen ceñirse a una sola trama (o a un grupo de subtramas relacionadas).

Por lo tanto, mantener un ritmo constante tiene un efecto significativo en la historia general, ya que incluso un pequeño descarrilamiento podría desequilibrar toda la serie. Dicho esto, algunas series saben exactamente cómo manejar los flujos y reflujos de sus respectivas narrativas.

10 La Corona se transforma a través del carácter de la Reina

The Crown es una de las series de televisión más caras de la historia, y se nota. Empezando por el papel de la princesa Isabel como emisaria de su padre, se transforma rápidamente en las experiencias de una joven reina que aprende a gestionar un imperio cada vez más reducido.

La tercera temporada avanza unos años, llevando a la reina Isabel de Claire Foy a Olivia Colman. A pesar de ello, The Crown avanza en su línea temporal con una consistencia que muchos biopics no logran alcanzar o mantener.

9 Bocazas maneja temas delicados con una sinceridad increíble

Una serie dolorosamente precisa sobre la pubertad (y todo lo que conlleva), Big Mouth ha conseguido mantenerse fresca e inventiva a lo largo de cuatro temporadas profundamente emotivas.

Revela que el crecimiento no se produce necesariamente al mismo ritmo para todos; algunas personas, como Nick, se toman su propio tiempo, mientras que otras, como Jay, se desarrollan considerablemente antes. Sin embargo,Big Mouth no se centra únicamente en las hormonas, ya que profundiza en temas delicados como la depresión y la ansiedad con una sinceridad increíble.

8 A Sense8 le queda mucha más narrativa por ofrecer

Aunque Sense8 fue cancelada tras dos temporadas (y un final de serie de larga duración), la serie consiguió abarcar la amplitud de sus arcos de personajes sin perder fuelle.

Esto es bastante impresionante, teniendo en cuenta lo fácil que es precipitar una historia hasta su inoportuna conclusión, una opción que suele llevar a la decepción de los fans. Dicho esto, está claro que a Sense8 le queda mucha más narrativa que ofrecer a sus espectadores.

7 Travelers es un producto acabado a pesar de su inoportuna cancelación

Travelers no hace nada nuevo con el concepto de los viajes en el tiempo, pero el hecho de que espere que sus diversos protagonistas superen las volátiles situaciones en las que se les coloca demuestra que la serie cree en la fuerza de su trama.

Travelers fue cancelada tras su tercera temporada, pero la forma en que está diseñado su final proporciona una completa satisfacción. No hay nada más que decir, ni queda ningún hilo atrozmente suelto por anudar.

6 Dear White People probablemente cerrará el círculo en la cuarta temporada

Dear White People toma una ruta fascinante en términos de narrativa, transformando un grupo de estudiantes negros políticamente activos en una universidad de élite a través de múltiples encarnaciones. Sam White reconoce poco a poco los resbalones que implica ser un líder, pero eso no le impide buscar estrategias alternativas para evitar convertirse en un vendido.

De hecho, cada uno de los principales personajes de Dear White People madura de forma inesperada. La cuarta y última temporada de la serie está preparada para resolver el tentador misterio que rodea a la Orden de X.

5 30 Rock redefinió a fondo el género de las comedias de situación

Aunque siete temporadas de travesuras con temática de SNL pueden no ser suficientes para los devotos fans de 30 Rock, sus singulares arquitecturas ponen de manifiesto todo lo que puede ir mal en una máquina con tantas piezas móviles.

Se supone queThe Girlie Show es una alusión a SNL, pero funciona igual de bien para describir el hilarante absurdo de su programa matriz. La obra maestra de la comedia de Tina Fey redefine la comedia de situación tan a fondo que todo el género puede dividirse en dos períodos distintos: antes y después de 30 Rock.

4 Lo que hacemos en las sombras maneja el concepto de su predecesor con delicadeza

Lo que hacemos en las sombras (2014), de Taika Waititi y Jemaine Clement, es un ejemplo espectacular del estilo de falso documental, obteniendo la aclamación universal por su narrativa basada en la crispación.

La serie de televisión de FX aborda el concepto de compañero de piso de los vampiros con la misma delicadeza, aunque ambientada en la otra punta del mundo, en Nueva Zelanda. Los cuatro vampiros de Staten Island (y su facilitador Guillermo) desarrollan una relación interdependiente a lo largo de dos temporadas perfectamente construidas, con una tercera actualmente en marcha.

3 Veep teje la realidad y la hipérbole tan estrechamente que se vuelven indistinguibles

El innegable talento deVeep reside en manifestar el lado (apenas) humano del drama político en Washington D.C., llevando a su audiencia a través del verdadero circo que es el gobierno de Estados Unidos.

Veep teje la realidad y la hipérbole con tanta fuerza que resulta imposible separarlas, subrayando el oscuro terror de tener narcisistas despistados a cargo de la seguridad nacional. Selina Meyer acaba cumpliendo su sueño de convertirse en POTUS, pero lo que realmente importa son los amigos que pierde por el camino.

2 Boston Legal ajusta su ritmo narrativo según el flujo emocional

Boston Legal es uno de los mejores spin-offs de la televisión, que lleva el legado de The Apprentice a través del sofisticado descaro de Alan Shore y la obstinada energía de Denny Crane. Aunque no es exactamente científica en su representación de los escenarios legales, la perspectiva progresista de la serie y el humor afilado ayudan a consolidarla en la conciencia de la cultura pop.

Boston Legal se abre paso a través de cinco extraordinarias temporadas, ajustando su ritmo narrativo según el flujo emocional general de la historia. Los casos pueden ir y venir, pero Crane, Poole y Schmidt son eternos.

1 Seinfeld cumple implacablemente con su intención original: ser sobre nada

Seinfeld no necesita ni presentación ni justificación: es la serie que dio forma a los años 90 más que cualquier otro programa de televisión (en cualquier otra década). Sólo hay una débil conexión entre las temporadas, o los episodios, para el caso, pero eso importa poco en un programa que es implacable en el cumplimiento de su intención original: ser "sobre nada".

Sus cuatro protagonistas no cambian, no reciben ni buscan un cierre, y desde luego no mejoran como personas. Y ese es el punto de Seinfeld.

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