10 duras realidades de volver a ver El Señor de los Anillos

El Señor de los Anillos, de J.R.R. Tolkien, es una de las trilogías de libros más grandes e influyentes de todos los tiempos, que ha definido la fantasía épica desde su publicación. Las adaptaciones cinematográficas dirigidas por Peter Jackson no son diferentes. La trilogía cuenta con grandes batallas, música increíble y efectos especiales innovadores. A día de hoy, sigue definiendo el género de la fantasía en términos de narrativa, construcción del mundo y genialidad.

Por desgracia, las películas rara vez son tan perfectas como las recuerdan los fans, y la trilogía de El Señor de los Anillos tampoco es diferente en ese sentido. Tanto si se trata de agujeros en la trama como de chistes que resultan más incómodos que divertidos, los defectos de la trilogía pueden estropear el visionado de estas películas que, por lo demás, son increíbles.

10 Chistes que no son tan divertidos

Como la mayoría de las películas familiares sobre la guerra y los monstruos, la trilogía de El Señor de los Anillos tiene su parte justa de momentos tontos para aliviar la tristeza de la pérdida de los personajes favoritos de los fans. Algunos de estos momentos, como el de Boromir jugando con Merry y Pippin, son dulces y divertidos. Otros son graciosos, como cuando Gimli cuenta los orcos a los que está liquidando.

Algunas bromas, sin embargo, no cayeron bien. Cuando se forma la Comunidad durante el consejo de Elrond, Pippin pregunta bruscamente a dónde van a ir a pesar de haber estado escuchando. El chiste caracteriza a Pippin como si le faltaran unas cuantas células en el cerebro, y resulta más molesto que divertido.

9 El personaje de Boromir no era tan profundo en la versión teatral

Uno de los atributos únicos de la trilogía de El Señor de los Anillos es que existen dos versiones: la versión teatral y la versión extendida. Por desgracia, esto puede ser una desventaja en muchos sentidos. Una de ellas es que la caracterización que debería haber ocurrido en la versión teatral termina en la versión extendida.

Por ejemplo, el personaje de Boromir no es tan simpático en la versión teatral como en la extendida. Aunque tiene algunos momentos heroicos, muchas escenas de la versión extendida revelan más sus motivos y le dan más profundidad. Una de esas escenas habría hecho que el público entendiera por qué actuó de esa manera.

8 El destino de Saruman no se resuelve en la versión teatral

Otra desventaja de tener dos versiones de la trilogía de El Señor de los Anillos es que algunas líneas argumentales quedaron sin resolver. El mejor ejemplo es el destino de Saruman después de que los Ents destruyan Isengard.

En los libros, Gandalf y Théoden se enfrentan a Saruman en Las Dos Torres, y Saruman es asesinado posteriormente por Grima Lengua de Gusano al final de El Retorno del Rey. En la versión extendida de la trilogía, Saruman es asesinado por Grima en El Retorno del Rey tras un intenso enfrentamiento con Gandalf y el Rey Théoden. En la versión teatral, la trilogía se olvida de él y no se le vuelve a ver tras el ataque de los Ents. Es un agujero argumental que deja al público muy insatisfecho.

7 Elrond no dejaría que Isildur se marchara sin más

En La Comunidad del Anillo, Lord Elrond de Rivendel expresa sus dudas sobre la capacidad de la humanidad para enfrentarse a Sauron, citando el incidente en el que Isildur cortó el Anillo de Sauron de su mano, pero no aprovechó la oportunidad para destruirlo. En los libros se establece que obligar a alguien a entregar el Anillo o tomar el Anillo por la fuerza nunca termina bien.

Aun así, no hay ninguna razón lógica para permitir que Isildur se vaya con el Anillo sin hacer nada. Si el Anillo fuera tan peligroso como declaró Elrond, al menos lo habría vigilado para asegurarse de que no cayera en las manos equivocadas.

6 La caracterización de Faramir es frustrante

La caracterización de Faramir en las películas de El Señor de los Anillos puede resultar frustrante para los espectadores, hayan leído o no los libros. En los libros, Faramir reconoce inmediatamente la maldad del Anillo Único y se niega a tomarlo una vez que descubre lo que Frodo y Sam pretenden hacer con él.

En las películas, Faramir cede brevemente a la tentación e intenta llevar a Frodo y el Anillo a Gondor. Al final, se da cuenta de que fue un error y lo deja ir. Sin embargo, el escenario no hace nada para que el personaje de Faramir sea mejor o más realista que su versión en el libro. Sólo añade más dramatismo del necesario.

5 Los Ents deberían haber tomado la decisión de atacar a Saruman por su cuenta

En Las dos torres, los Ents que custodian el gran bosque de Fangorn organizan un ataque a Isengard para vengar la destrucción de su hogar. Es una escena épica, pero la forma en que toman su decisión es extraña.

A pesar de la magnitud de los crímenes de Saruman, los Ents dudan en ir a la batalla, y los hobbits tienen que enfurecerlos para que luchen. Esto no tiene mucho sentido. Como cuidadores de Fangorn, los Ents no deberían haber necesitado que los hobbits les hicieran enfadar por la destrucción de sus árboles. Que se nieguen al principio parece un drama innecesario.

4 Gandalf debería haber sido capaz de derrotar al Rey Brujo

Durante el asedio a Gondor, Gandalf se enfrenta al Rey Brujo, el líder de los Nazgul. El Rey Brujo se impone, destrozando el bastón de Gandalf y haciéndolo volar.

Aunque se supone que la escena eleva la apuesta, no tiene sentido narrativo. Gandalf consiguió destruir un Balrog con menos poder del que tiene entonces, y un Balrog es un demonio. El Rey Brujo es un fantasma al que se le dio fuerza sobre los vivos. Eowyn se enfrentó a él hasta que Merry le dio por la espalda. Gandalf después de la resurrección debería haber sido un rival para él.

3 La muerte de Denethor no fue tan dura

Lord Denethor intenta quemarse vivo a sí mismo y a su hijo enfermo, Faramir, en el libro. Gandalf interrumpe, se lleva a Faramir y trata de convencer a Denethor de que salga de su delirio, pero Denethor está demasiado lejos. Vuelve a la pira, la enciende y permanece inmóvil entre las llamas hasta que muere. En la película, Pippin arrastra a Faramir fuera de la pira mientras Denethor se incendia y entra en pánico, corriendo por el palacio gritando hasta salir volando por un precipicio.

No está claro por qué los cineastas hicieron este cambio. Tal vez pensaron que Denethor era demasiado despreciable para darle tanta dignidad. Aun así, es una forma lamentable de morir comparada con la de verlo pasar.

2 Frodo no se siente tan heroico

Frodo hace muchas cosas grandes en las películas. Es él quien decide llevar el Anillo Único a Mordor. Es él quien tiene que cargar con el terrible objeto hasta el Monte del Destino. Es el que sacrifica su pacífica vida en la Comarca para salvarlo.

Sin embargo, hay muchos momentos en los que Frodo no se siente tan heroico como podría haber sido. El momento más importante es cuando envía a Sam lejos después de confiar en la palabra de Gollum sobre la suya. El deseo de Frodo de redimir a Gollum es noble, pero en este caso, actúa de forma increíblemente tonta, lo que le cuesta.

1 Los aficionados no pueden recuperar la sensación de esa primera experiencia de visionado

El Señor de los Anillos es una trilogía increíble para ver en cualquier momento. La emoción que hay detrás de la historia es desgarradora y el esfuerzo realizado en la trilogía, desde la música hasta las batallas y los efectos especiales, aún no ha sido superado.

Para la mayoría de la gente, ver El Señor de los Anillos por primera vez es el mejor momento. Encariñarse con los personajes, no saber quién va a vivir o quién va a volver, y ser testigo de la enorme escala de las batallas y los decorados por primera vez es una experiencia sublime que no se puede recrear. Compartirlo con alguien que no lo haya visto antes es lo más parecido que pueden hacer los fans.

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