Crítica de 'El Escuadrón Suicida', el mal prevalece

EL ESCUADRÓN SUICIDA DE CINE

Crítica de 'El Escuadrón Suicida', el mal prevalece

Acompañamos a los villanos de DC Comics con la crítica de 'El Escuadrón Suicida' de David Ayer

A pesar de la controversia levantada por la mayoría de ellos, 2016 ha sido bastante interesante en lo que a antagonistas y supervillanos de películas de superhéroes respecta. Sin embargo, ninguno de ellos será nunca tan polémico, destructivo ni una amenaza tan grande como lo ha terminado siendo para la película del Escuadrón Suicida que la propia Warner. Traslación a la pantalla grande del pelotón de supervillanos obligados a realizar misiones de alto riesgo para el gobierno de DC Comics, el film dirigido por David Ayer es un desastre estructural, narrativo y de guión salvado únicamente por el desbordante carisma del elenco protagonista, así como de la dirección artística y la música que los acompaña.

A pesar de que el Deadshot de Will Smith no tiene mucho que ver aquel implacable pistolero nihilista de la serie original -centrándose más en su faceta posterior como padre que en su carácter seco y socarrón- y que la relación entre el Joker de Jared Leto y la Harley Quinn de Margot Robbie no es tan abusiva como en los cómics, tanto ellos como el Capitán Búmeran de Jay Courtney se apoderan con tal energía de los personajes, que consiguen escapar indemnes hasta de las más perezosas líneas de guión. Tampoco habría que quitarle mérito a otros ilustres secundarios como la Katana de Karen Fukuhara, el Killer Croc de Adewale Akinnuoye-Agbaje o una imponente Viola Davis, que como Amanda Waller es toda la presencia que el Nick Furia de Samuel L. Jackson ha llegado a tener jamás.

Crítica de 'El Escuadrón Suicida', el mal prevalece

Ellos son junto a la colección musical de la banda sonora y el flamante diseño de vestuario y caracterización lo único a lo que es posible aferrarse dentro de esta carnicería resultante de los tira y afloja entre el director David Ayer y Warner Bros. El primero quería una película mucho más árida y violenta cercana a lo que ya hizo en 'Training Day', mientras que los segundos buscaban algo mucho más ligero, humorístico y festivo, en la línea de lo que había logrado Marvel con los 'Guardianes de la Galaxia'. Tras padecer numerosos cortes y mutilaciones al pasar por incontables manos de la compañía y transformarse en algo parecido a lo que estos buscaban, el resultado es una película en la que -como Green Lantern o la primera entrega de GI Joe- casi todo el desarrollo se lleva a cabo mediante la sobrexposición por medio de flashbacks, la lógica interna pasa de estar llena de agujeros a ser prácticamente inexistente y se suceden escenas y situaciones completamente redundantes.

Crítica de 'El Escuadrón Suicida', el mal prevalece

Hay dos tramas alrededor del Escuadrón Suicida que da nombre a la película con las que básicamente se puede resumir esta batalla entre director y productora. La primera, un prometedor rumbo de colisión con el Joker que desaparece abruptamente del mapa en el momento menos oportuno, y la segunda un dantesco festival de masillas armados con forma de plastas quemadas, monstruos de CGI baratos, tentáculos metálicos que parecen salidos de 'Transformers 4' y una cataclísmica amenaza a nivel mundial, que de nuevo vuelve a tener la forma de un torbellino informe de luces, relámpagos y cosas raras girando sobre si mismas. John Peters, cuanto daño has hecho a DC.

Crítica de 'El Escuadrón Suicida', el mal prevalece

Con una Encantadora de Cara Delevingne completamente desperdiciada en un papel que podría resumirse como bailar alrededor de un efecto especial al más puro estilo de un videoclip de Madonna de los noventa, es desgraciadamente la segunda trama la que prevalece, hasta el punto de engullir toda la película, convirtiéndola en una revisitación del clímax de 'Cazafantasmas' que se prolonga prácticamente desde el principio de la cinta hasta el final. Y aunque aquí a lo mejor soy yo el raro, si tienes un pelotón de tipos que -a pesar de sus pintas y algunos poderes bastante limitados- parecen encajar mejor en una historia de corte urbano/sucio al mejor estilo de 'Die Hard / La Jungla de Cristal / Duro de Matar', 'Ases Calientes', 'Deadpool' o 'The Raid', no entiendo quien en su sano juicio ha podido pensar que lo mejor le venía a la película del 'Escuadrón Suicida' era otra apocalíptica amenaza más grande que la vida.

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De corte místico, eso sí. No sea que cante demasiado que vuelve a ser exactamente el mismo clímax que en 'El Hombre de Acero' y 'Batman v Superman'. Salvo porque en esta ocasión el clímax ocupa toda la película y hay que presentar a los personajes a prisa y corriendo para meternos de lleno en él.

Diluyéndose rápidamente en lo que solo se puede describir como un continuo intercambio de balas y golpes pobremente rodados -mención especial a ese asalto final en el que algún lumbrera decidió que molaría que toda la escena quedase cubierta por una densa neblina-, mientras que los personajes toman decisiones tan absurdas como lo que hace Waller con sus propios hombres para qudarse a merced de un grupo de criminales, el film se encuentra desgraciadamente más cerca del Escuadrón Suicida de Adam Glass que de cualquier cosa que haya sido firmada por John Ostrander.

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Como un remake extendido del 'Bad Blood' de Taylor Swift o la versión con superhéroes del 'Armaggedon' de Michael Bay, 'Escuadrón Suicida' no solo no mejora los defectos de 'Batman v Superman', sino que los acrecenta hasta niveles abismales. Todos salvo uno al que se aferra tan astutamente como es el sentido del humor. Y si bien está muy lejos -lejísimos- de nada que nos hayan podido ofrecer Edgar Wright, Matthew Vaughn, Shane Black o Rhett Reese y Paul Wernick en esos términos, la película sabe hacer suya esa fórmula de ser consciente de sus propias deformidades, tapándolas a base de chistes y gracietas de patio como ya hizo en su día 'Thor 2: El Mundo Oscuro'.

Salvar los trastes en toda regla, el 'Escuadrón Suicida' de David Ayer destaca más por saber vender simpáticos a sus protagonistas que cualquier virtud que se le pueda encontrar como película en sí. Como tal, es algo que puede interpretarse de forma positiva de cara a una posible secuela, pero que más les convendría estudiar bien si no quieren que esta se convierta en una secuela única.

Crítica de 'El Escuadrón Suicida', el mal prevalece

 

En general, lo más probable es que solo haya dos resultados posibles al acudir al cine a ver 'El Escuadrón Suicida'. El primero, que si vas buscando una buena película de acción con villanos te encuentres con una decepción supina que te haga ver 'Con Air' de Simon West como un clásico a la altura de 'Traidor en el Infierno', y el segundo que -si solo buscas un rato descerebrado de de diversión ligera de jiji-jaja con mucho molar y mucho personaje carismático sin dar importancia a ningún criterio minimamente cinematográfico- encuentres la hora y media de palomiteo que estabas buscando. Si eres de los segundos, enhorabuena. En el caso contrario, quedate con el consuelo de que es un padecimiento que solo dura 100 minutos, y al menos es vistoso y se hace entretenido.  

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