Crítica de 'El Libro de la Selva' de John Favreau

EL ORIGEN DEL SUPERHOMBRE

Crítica de 'El Libro de la Selva' de John Favreau

El origen fabulado del hombre, crítica de 'El Libro de la Selva' de John Favreau (sin spoilers)

En 1894, el peridista y poeta inglés Rudyard Kipling creó uno de los grandes clásicos de la Historia de la literatura, con una obra protagonizada por un pequeño niño criado según las Leyes de la Jungla por animales parlantes. 122 años después, todavía queda quien trata de analizar 'El Libro de la Selva' de John Favreau según su rigurosidad biológica, o si tiene sentido que algunos animales hablen y otros no. Rodada integramente sobre una pantalla verde con el debutante Neel Sethi como único personaje de carne y hueso, la película del director de 'Iron Man' no es tanto una adaptación de la novela de Kipling, sino más bien un remake libre de la película de animación de 1967 que bebe de infinidad de fuentes para crear su propia historia. Pero ante todo, la nueva película de 'El Libro de la Selva' supone una de las más apabullantes muestras de cine espectáculo vistas durante los últimos años, y lo mejor que ha dado Disney en el terreno de las la traslación a imagen real de sus clásicos.

Crítica de 'El Libro de la Selva' de John Favreau

La creación del hombre

Antes de seguir, detenedme si os suena esta historia: Niño proveniente de otro mundo es acogido por una comunidad que trata de criarlo como uno de los suyos, a pesar de ser conscientes de que es diferente al resto. Destinado a un gran poder de naturaleza cuasi-mesiánica y que además es superior a cualquier cosa que nadie haya visto, algunos tratan de ocultarlo instándole a no destacar con sus dones, otros le ven potencial para un bien mayor, mientras no faltan los que quieren aprovecharse de él o lo consideran una amenaza que necesita ser erradicada. A toda costa. El joven se ve forzado a crecer en busca de la luz, descubriendo la verdad sobre su origen, así como el apocalíptico poder destructivo de sus habilidades y su naturaleza primordialmente heroica.

Sobre el papel podríamos estar hablando tanto del Mowgli de John Favreau como de Superman, siendo la única diferencia sustancial el que actualmente solo uno de los personajes de ficción lleva los calzoncillos rojos. Tampoco es que sea algo especialmente relevante para la nueva película de 'El Libro de la Selva', más allá del parecido meramente circunstancial. Parte de estas similitudes entre Mowgli y Superman estaban ya tan presentes en los originales que incluso hay un cómic de el último hijo de Krypton dedicado a ello. Pero el que Favreau recree la historia de Rudyard Kipling como una exaltación de El Viaje del Héroe, hace todavía más evidentes estos paralelismos.

Crítica de 'El Libro de la Selva' de John Favreau

Separados al nacer

Lo que si es especialmente remarcable en consideración a esta lectura, es la enorme capacidad simbólica que tiene la nueva película de Disney Pictures. Una capacidad simbólica que aun pudiendo dar pie a infinidad de interpretaciones interesantes, tiene un rasgo todavía más importante, y es el de no ser necesario para disfrutarla. Con esto quiero decir que -independientemente de si le buscamos un significado más elevado o no- esta nueva versión de 'El Libro de la Selva' funciona arrolladoramente bien, tanto como revisitación para nostálgicos de todas las edades, como lo hace para cualquiera que se acerque a ella por primera vez.

En términos de epopeya visual, el film dirigido por Jon Favreau alcanza coutas técnicas difícilmente superables, con un despliegue de medios capaz de cerrar la boca a cualquier detractor del CGI. Llega a ser abrumador saber cómo todo lo que vemos discurrir por la pantalla ha sido generado prácticamente de la nada, así como de las pocas ocasiones en las que alcanzamos a tener un minúsculo destello del ordenador. Los escenarios y personajes se sienten tan vivos, que si no fuera porque los animales hablasen sería incluso difícil mantener presente que nada de lo que estamos viendo en pantalla es real. Algo, que no solo coloca a la cinta de Jon Favreau a una altura únicamente equiparables por films como el 'Avatar' de James Cameron o 'La Vida de Pi' de Ang Lee, sino que además vuelve a repetir una importante virtud respecto a lo citado anteriormente: Que a pesar de destacar en ello, no lo necesita.

Crítica de 'El Libro de la Selva' de John Favreau

Un mundo vivo

Siendo capaz de conseguir escenas de acción tan desbordantes como la que tiene lugar en el templo de los Bandar-logs o el asalto de Shere Kang, si la nueva película de 'El Libro de la Selva' no contase con ese realismo que te hace sentir empequeñecido en la butaca -y fuera, por ejemplo, una película de animación tradicional- seguiría constituyendo un film de aventuras increíblemente solvente. Tanto, que nos obliga a trasladarnos a los días de 'El Secreto de la Pirámide' o 'Willow' para encontrar films que transmitieran sensaciones similares, siendo en este sentido una cinta que sabe recuperar ese sabor vieja escuela de finales de los ochenta / principios de los noventa, sin que por ello el resultado sepa a viejo. Aun tirando de varios clichés de la época, el derroche de energía de la nueva película de Disney Pictures atraviesa la pantalla, debiendo ser necesario tener lo niveles de cinismo en la estratosfera para no sentirse invitado a zambullirse en ella.

Sin complicarse demasiado la vida, con una trama que se limita a plantear un detonante que obliga a los protagonistas a emprendar un viaje con una serie de retos físicos y personales, la nueva versión de 'El Libro de la Selva' sabe dedicar el tiempo necesario para familiarizarnos con los personajes y sus relaciones. No todos disfrutan del mismo tiempo en pantalla y hay pasajes que podrían haberse explorado mejor, pero desde luego sabe llegar al espectador en los puntos cruciales de su historia. Cuando trata de que sintamos el amor maternal de la loba Raksha por el pequeño cachorro humano, logra conseguirlo con una entregadísima Lupita Nyong'o; cuando trata que sintamos la hermandad de Mowgli con la manada de lobos, lo consigue; cuando trata de implicarnos el celo con el que otro descastado como Bagheera toma al pequeño en su cobijo para convertirse en su mentor, lo consigue; cuando crea la amistad entre este y un Baloo que se presenta como un bribón buscavidas que recurre a él en una de sus tretas, lo consigue... Todas y cada unas de las relaciones principales entre los personajes centrales de la historia, desde el odio de Shere Khan -inmenso Idris Selba- hacia Mowgli hasta la camaradería que se fragua entre el trío central es algo que se siente auténtico, y a lo que la cinta dedica el tiempo y mimo necesario para ganárselo.

Si alguno conoce la historia por la novela de Kipling, probablemente no haga falta reincidir en que la historia esta mucho más apegadas a la película de animación de los sesenta que a la obra literaria, pero tampoco se puede hablar exactamente de un remake al presentar tanta diferencia tonal como puede haber entre el Batman de Adam West y las versiones de Christopher Nolan y Tim Burton. No es que esto vaya a sorprender a nadie, ya que la película animada de 'El Libro de la Selva' era poco más que un conjunto de secuencias festivas sin demasiada conexión que se limitaban a beber del choque entre la alocada cultura beat y la rigidez tradicional de la época, por lo que todo lo que tiene que hacer el nuevo film es crear una historia con un mínimo de desarrollo.

Shere Khan, el Lex Luthor de la Jungla

Para ello tira de las bases fundamentales del monomito, pero también de diferentes pasajes de la novela de Rudyard Kipling para añadir capas de profundidad a la historia. Capas, en las que se otorga especial relevancia a la ley que rige la selva en la que vive Mowgli, las diferentes jerarquías entre sus habitantes y ese sugerente carácter de fábula presente en secuencias como la del cuco. Tampoco faltan los guiños a otras adapaciones como la serie anime 'Jungle Book Shōnen Mowgli' de Fumio Kurokawa y Kimio Yabuki -esos pandas rojos...-, e incluso aportaciones propias como la interesante aproximación a una Kaa a la que pone voz Scarlett Johansson, que combina la sabiduría centenaria de la versión literaria con la voracidad de la anterior versión Disney.

Peligrosa e hipnótica, la descomunal pitón es presentada como una figura oracular escondida en lo más profundo de la jungla, y cuyo rol podría describirse como una combinación entre La Serpiente del Paraíso y las figuras proféticas de Pitia en la mitología griega. Si en la novela de Kipling Kaa entraba en estado de hibernación en busca de una solución en la guerra contra los perros jaro, aquí se muestra como poseedora de la verdad, capaz de ofrecer respuestas sobre el pasado, presente y futuro de aquellos que adentran en sus dominios, con el peligro que esto implica. Lamentándose únicamente que su presencia en pantalla no fuera mayor, este acercamiento a Kaa forma parte de un conjunto de detalles que hacen que, a pesar de su ligereza aventurera, la nueva versión de 'El Libro de la Selva' transmita cierta sensación de relato bíblico más grande que la vida.

Para conocer su destino, el héroe debe enfrentarse a la muerte

La importancia al borde de lo apocalíptico y lomesiánico que se otorga a la flor roja como chispa distintiva del hombre, que la humanidad se presente como algo lejano cuyos únicos representantes son Mowgli y un padre perdido entre ensoñaciones, que se mantenga el rol de los elefantes como gigantes creadores, el cariz de irrealidad que transmite este Edén en el que los animales viven en armonía o su incisivo homenaje a 'Apocalypse Now!' con tintes antropológicos contribuyen a potenciar este aspecto, logrando que -sin nunca dejar de ser una aventura para toda la familia- el film tenga un gran poder alegórico. Sin embargo, si hay un referente al que la nueva película de 'El Libro de la Selva' de Jon Favreau parece deberle mucho, es sin lugar de duda 'El Rey León'.

Entre momentos como la estampida de búfalos, los paralelismos entre Shere Khan y Scar y otros que será mejor no destripar, las similitudes son tantas, que si sustituyésemos a Mowgli por un cachorro peludo y a Baloo por Pumba y Timón, prácticamente tendríamos una gloriosa película de 'El Rey León' en imagen real. Tampoco es algo que realmente perjudique a la cinta, ya que sigue siendo mucho más que su hilo narrativo. Dejando de lado cómo pasamos de A a B y C, lo que nos narra tampoco tiene realmente mucho que ver, presentando una historia completamente distinta sobre la aceptación de lo diferente y la reivindicación del individuo.

Crítica de 'El Libro de la Selva' de John Favreau

Todo esto es tuyo, Simba. Digo Mowgli

En grandes rasgos, la nueva película de 'El Libro de la Selva' de Jon Favreau es un film con tantos puntos fuertes, que aun si hubiera prescindido de algunos seguiría siendo una gran película. No es que sea perfecta, ya que parte de sus peajes nostálgicos resultan forzados, su desarrollo argumental en ocasiones confunde ligereza con aleatoriedad y se ve la trampa en sus maniobras para esquivar una calificación más adulta de la designada. Sin embargo, ninguno de estos puntos flacos pesa demasiado, y lo que funciona lo hace tan espectacularmente bien, que es imposible no rendirse al impresionante poderío la que tiene todas las papeletas para convertirse en una de las mejores películas de aventuras de los últimos tiempos.

Tan emotiva como intensa, tan aventurera como cercana, tan divertida como llena de simbolismo, tan entrañable como por momentos sobrecogedora -ojo a los padres con niños muy pequeños, que aunque a todos nos gustaba asustarnos con las películas de nuestra infancia, hay algunos que no lo sobrellevan demasiado bien-, 'El Libro de la Selva' de Jon Favreau es una maravillosa adaptación que usa la obra original y sus versiones posteriores para construir su propia historia. Funciona como apabullante película Disney, que sabe llevar al terreno de la imagen real lo que tan bien está sabiendo hacer el estudio con sus películas animadas. Funciona como recuperación de toda la energía del cine de aventuras a la mejor tradición de 'Indiana Jones' y 'La Momia' (sin por ello dejar de ser un film para toda la familia, y sin que esto equivalga a ser demasiado infantil). Por funcionar, funciona incluso como mejor película de animales parlantes desdee 'Babe, El Cerdito Valiente', y al mostrar exactamente lo que debió haber sido 'El Hobbit' antes de que Peter Jackson decidiera convertirlo en una mera explotación de 'El Señor de los Anillos'.

Al nuevo Superman le hizo falta un Balú

Pero si hay algo que no me puedo quitar de la cabeza, volviendo al segundo párrafo de la crítica, es que Jon Favreau a conseguido hacer, sin ningún tipo de pretensión ni alarde de seriedad impostada, todo lo que Zack Snyder pretendía conseguir con Superman y nunca llegó a lograr de forma convincente. De la misma forma que lo que el director de 'El Hombre de Acero' aspiraba, la nueva versión de 'El Libro de la Selva' en imagen real supone una actualización de acuerdo a las sensibilidad contemporánea de la película de animación de los sesenta, consiguiendo preservar sus rasgos característicos pese a darle una lectura más compleja y adulta. Es mucho más dura, pero no por ello sacrifica ni su optimismo ni su alegría vital. La sensación de gravedad es mucho mayor, pero no por eso se transforma en un calvario de lamentaciones con ceño continuamente fruncido. Es muchísimo más oscura, pero no por ello erradica el color y la emoción.

Por conseguir, incluso consigue otorgar a su personaje una lectura mesiánica, sin necesidad de forzarlo hasta lo grotesco, ni caer en la obviedad del subrayado. Podría añadir además como logra crear grandes escenas de acción en las que se entiende perfectamente lo que está ocurriendo, pero la verdad es que lo último a lo que aspiro es a hacer leña de un árbol caído al que ya se le ha dado lo suyo. Lo que pretendo recalcar es cómo, sin terminar de ser tan redonda como fue 'Mad Max: Furia en la Carretera' el pasado año, 'El Libro de la Selva' de John Favreau debería ser tomada como ejemplo de lo que el buen cine espectáculo debería ser.

Crítica de 'El Libro de la Selva' de John Favreau

Christopher Walken, como el Coronel Walter E. Kurtz Loui

Buena dirección, buena actuación de un reparto en el que destacan las voces de Bill Murray y Ben Kingsley como Balú y Bagheera y los ya citados Nyong'o, Elba y Johansson, una narración clara, una historia que pese a tener ciertas carencias en cuanto a solidez no se complica la existencia innecesariamente, un trasfondo rico que no es empujado contra la cara del espectador, escenarios con personalidad propia con tanto carisma como los personajes, un puñado de escenas de acción que se graban a fuego en la retina... Cada una en su estilo, 'El Libro de la Selva' no dista con su reinvindicación del cine de aventuras para toda la familia de lo que pudimos disfrutar en 'Deadpool' dentro del humor juvenil gamberro. Pese a ser dos películas completamente diferentes, ambas tienen en común tanto la entrega y pasión que se transmite en cada fotograma, como la calidad para llevarlo a cabo. Si este es el nivel que va a tener el cine de catarsis de este 2016, que siga llegando, por favor.

Si tras todo este tocho alguien tiene aun alguna duda de qué va 'El Libro de la Selva' de Jon Favreau, dejémoslo en que se trata de un mino sobre el nacimiento del hombre. De esa caverna evolutiva que circunstancialmente nos ha colocado en la cúspide de nuestra pirámide trófica, del poder que esto otorga y sobre la responsabilidad de estos dones. Usando el fuego como símbolo de esa chispa de Prometeo robada a los dioses, es la intelgencia y su capacidad de crear lo que distancia a Mowgli -único humano de la selva de Seeonee- del resto de los animales, y lo que le hace ser temido, admirado, envidiado y contemplado como un extraño entre el resto. Pero ante todo, es un relato sobre la hermandad entre lo diferente. De como aquello que nos aleja de los demás puede ser más una virtud que un defecto, y cómo la fuerza de una comunidad radica no en la homogeneidad que se crea silenciando todo lo que se salga de la norma, sino abrazando su singularidad como parte de un mundo diverso y en constante cambio.

Scarlett Johansson en los créditos finales

Con segunda parte ya en marcha, solo cabe esperar que Favreau continúe explorando el universo de 'El Libro de la Selva' con la misma energía, y que tengamos más de este Mowgli interpretado por Neil Sethi, de Balú y Bagheera, de la serpiente Kaa de Scarlett Johansson, de los perros jaros y tanto más como queda por contar. Para concluir, como de costumbre, 10 razones para ver 'El Libro de la Selva' tras el trailer de rigor:

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